Yes, Daddy

Capítulo 7: Trato

Mi abdomen se contrae mientras subo, cuando termino simplemente me dejo caer en el suelo de la habitación. La música me hace perder la noción del tiempo, me levanto del suelo tomando la botella de agua y saliendo del cuarto de ejercicios.

Voy a la cocina pasando como si nada, todos tenían una semana libre a petición mía. Era consciente de que muchos aquí tenían el empleo solo por la paga, dejo la botella en la nevera para ir a mi habitación. Mi vista va a la cama en donde está el contrato de el Señor Clark, doy un suspiro para quitarme la ropa y ir a la ducha.

Es solo un contrato, solo debes leerlo y entregarlo si no estás dispuesta.

Una parte de mi se niega a ser la sumisa de alguien, era algo en lo que no estaba de acuerdo.

Pero otra parte de mi, la masoquista. Quería saber hasta donde podía llegar el Señor Clark, quería saber si podía hacerme llegar con una simple caricia o si sus fetiches son placenteros.

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Terminó de ponerme el pijama para acostarme boca abajo en la cama y empezar a leer el contrato. Muerdo mi labio viendo todo el primer papel habla sobre no contarle nada a nadie, lo firmó  pasando al  otro papel.

Frunzo mi ceño al ver todas las reglas, al final puedo ver el número del Señor Clark. Lo apunto en mi teléfono para marcarle, luego del segundo pitido contesta.

Llamada:

— Eso fue rápido.— sonrío levantandome de la cama, miro la ventana de mi cuarto intentando relajarme.

— ¿Como es que tu puedes tener todas las relaciones que quieras y yo solo puedo tener sexo contigo?— pregunto, puedo escuchar su respiración pesada al otro lado.

—  Soy muy celoso con mis cosas, Señorita Diana. No permito que nadie toque lo que es mío.— suelto una risa, nunca falla el hacer a la mujer un objeto.

— Ven a mi apartamento, podré explicarte lo que no entiendas. Así estarás más segura si firmar o no.— dudo un poco.

— Esta bien.— cuelgo luego de decir eso.

FIN DE LA LLAMADA.

Gritó un poco poniendo una mano en mi cabeza, muy bien. Solo relájate. Tomo todos los papeles volviéndolos a poner en su lugar, me pongo una ropa más suelta para tomar el sobre y mis cosas.

— Dios... dame una señal si estoy haciendo lo correcto.— suelto una risa al escuchar la canción que suena en mi lista de musica, Church; Chase Atlantic. — Bien señor, gracias por la señal.— me coloco el cinturón para manejar hasta casa del Señor Clark.

Me empiezo a perder en mis pensamientos, era extraño que el Señor Clark cayese tan rápido. Claramente no dudo de mis atributos o de mi talento para seducir, es solamente que el no tiene la pinta de ser como los demás  y eso, me asusta.

Aparcó en el mismo estacionamiento de antes, tomo el sobre y bajo del auto. El portero me sonríe en cuanto me ve, me entrega una llave la cual tomo sin preguntar.

¿Momento de asustarme? Si.

Voy al elevador sin dudar, ya no era momento para salir corriendo. En el elevador empiezo a arreglarme, acomodo mi ropa un poco igual que mi cabello.  Las puertas se abren dejándome más tensa que antes, camino hasta su puerta esperando a que abran. Justo entonces recuerdo la llave, la busco en mi bolso abriendo la puerta.