Alerta Capítulo +18, lean bajo su propio riesgo.
¿Qué?
— Quítate la ropa.— vuelve a repetir su orden causando una timidez en mi.
Vamos Diana, tu causaste todo esto.
Me quitó los zapatos quedando en mi altura normal, pasó mis manos por mis pantalones desaprochandolos. Los bajo por completo ante su mirada, veo como su postura se vuelve mucho más rígida. Era una braga negra de encaje de seda, casi parecía una tanga.
Dejo el pantalón en la silla junto con las botas, cuando empiezo a quitar el top veo que traga seco. Mis pechos quedan al descubierto luego de quitarme el top, su mirada viaja a cada parte de mi cuerpo. Se acerca tomando en su mano mi seno izquierdo, veo como juega con el metal que hay en ella.
— No se por que no vi venir esto, eres totalmente rebelde.— deja de tocarme causando un alivio tremendo, me hace dar la vuelta para tomar mi cabello. Puedo sentir como empieza a peinarlo, cuando termina toca un poco mi cintura provocando que mi piel se erize y mis pechos se endurezcan.
— ¿Qué te gusta del sexo?— justo cuando dice eso me tenso, el lo nota. Traza una línea de mi cuello a mi trasero. Se detiene cuando llega a la mitad, suelto un grito cuando me golpea con fuerza. Puedo sentir la zona arder pero en mi retorcida cabeza solo puedo pensar en lo divertido que es.
— Te hice una pregunta, cuando tu Señor te haga una pregunta tu la respondes. ¿Entendiste?— me da otra vez pero con más fuerza, jala mi cabello haciendo que mi cuerpo se estire.
— S-si.— mi voz suena dudosa pero solo puedo concentrarme en lo bueno que se siente. Su mano presiona mi palpitante trasero con tanta fuerza que me hace perder el orden de mis palabras. — Yo.. tuve sexo solo una vez, cuando tenía 16. Nada más.— su agarré se vuelve suave en ambos lugares, mi mente empieza a recordar cosas que me había prohibido recordar.
Tengo 20 así que fue hace... ¿cuatro años?
— ¿Usas vibradores o otro aparato?— niego, puedo incluso sentir como su respiración se corta. — Volteate.— hago lo que me ordena viendo su miembro duro a través de su pantalón para dormir. Subo mi mirada viendo sus ojos llenos de deseos, siento la mesa chocar con mi columna. Mi pecho sube y baja agitado, suelto una maldición cuando me toma con fuerza y me hace apretarme a su cintura y cuello. Puedo sentir sus dientes rechinar, puedo sentir su torso duro igual que sus músculos trabajados. De solo tocarlo puedo sentirme mareada por tanta perfección.
Abre la puerta de la habitación dejándome de pie, puedo ver como busca algo en una de las gavetas. Saca algo negro y luego se vira a mi, me lo pone en los ojos y lo apreta con fuerza.
Puedo sentir como sus manos viajan por todo mi cuerpo, inclino mi cabeza hacía atrás cuando empieza a bajar mis bragas. Cuando caen al suelo puedo sentir su aliento en mi intimidad, sus manos viajan por todo mi cuerpo con suavidad.
— Ponte en cuatro, no quiero que hables ni grites. ¿Entiendes?— asiento, puedo sentir como me mira enojado.
— Si,Daddy.— me pongo en la posición que pide escuchando como suelta un jadeo por mi atrevimiento de llamarlo así. Empiezo a creer que tiene un fetiche con el nombre, mi pecho toca el suelo. Se aleja y luego vuelve. Cuando siento algo en mi espalda todos mis sentidos se alertan, mi cuerpo recibe un golpe que hace muerda mi mano con dolor.
Puedo sentir mi espalda arder seguido de mi trasero, dolía pero incluso podía sentir el dolor combinado con placer. El sigue azotandome provocando que mis ojos se llenen de lágrimas, tal vez por el dolor o por el inmenso deseo que empieza a crecer en mi.
Siento como jala de mi cabello, su respiración agitada se queda en mi oído. Mueve sus labios cerca de los míos provocando que mi cuerpo tiemble ante el.
— ¿Aprenderas a obedecerme? ¿Aprenderas que solo la idea de que un hombre te toque me enloquece? ¿Aprenderas que de ahora en adelante tu y tu cuerpo me pertenecen?— sus preguntas me hacen dudar, su agarré en mi cabello es cambiado por un agarré en mi cuello.— Aprenderé.— sentenció, su agarre disminuye hasta el punto de desparecer. Me toma por completo llevándome a una superficie dura pero extrañamente cómoda.
Siento como quita el vendaje de mi rostro, pestañeo un poco acostumbrando me a la luz. Cuando lo hago siento mi cuerpo tener un orgasmo visual, puedo ver al Señor Clark de espaldas a mí. Mi boca se llena de saliva que se me dificulta tragar cuando veo sus músculos trabajados, puedo ver como viene hasta donde mi con dos cosas en mano. Mis mejillas se sonrojan cuando me da una mirada rápida, ahora viendo donde estoy veo que estoy en el sillón raro.
— Te voy a ayudar a que no te duela cuando entre en ti.— su tono de voz serio y directo hace mi piel erizar, jadeo cuando veo como pone un líquido en mi intimidad y en el objeto.
Cuando lo intenta adentrar junto mis piernas, el las vuelve a separar dándome una mirada de advertencia. Cuando lo empieza a empujar dentro intento juntar las piernas otra vez, el se detiene para buscar algo debajo del sillón. Cuando siento algo frío en mis tobillos me quejo, miro lo que hace viendo como esposa mis pies. Sube hasta mi estirandose sobre mi, su pecho desnudo choca contra el mío. Muerdo mi labio al sentir su calidez cerca de mi, sube mis manos haciendo que lo mire con más interés.
— A ver si con eso te estas quieta, Sumisa— lo último lo dice en un tono juguetón. Alzo una ceja, yo también puedo jugar así.
— Prefiero tus manos sobre- dejo de hablar cuando el introduce el dildo sobre mi interior, arrugó mi frente sintiendo el dolor punzante. Abro mis ojos viendo como me mira detenidamente, lo mueve provocando que yo vuelva a pegar mi cabeza al sillón. El sostiene el objeto, lo saca y lo vuelve a hundir, puedo sentir mi cuerpo moverse por si solo.
— Detente— pido, el me ignora siguiendo sus movimientos. Intento moverme pero las esposas no me ayudan para nada, Muerdo mi labio con tanta fuerza que puedo sentir el sabor metálico. Todo mi cuerpo se empieza a tensar, evito mirarlo viendo a otra parte de la habitación. Justo cuando siento mis sentidos nublarse el se detiene, lo miro viendo como lo saca de mi. Pestañeo varias veces sintiendo un vacío, acaso eso era todo?
— No te lo dejaré tan fácil pequeña, apenas empiezo tu tortura.— sentencia, veo como tira la envoltura que traía el dildo. Vuelvo mi cabeza hacia atrás incomoda, puedo sentir toda mi entrepierna mojada y palpitante.
Pero aún así, me sentía vacía. Necesitaba más.
Lo necesitaba a él.
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Yes, Daddy
Ficção AdolescenteCuando tienes la opción de pecar con tremendo pecado como El. No te molesta hacerlo hasta con los ojos cerrados. Piensa bien lo que haces por que después no hay salida. ••• "Hasta que el deseo, el fuego y el pecado nos consuma." * créditos de port...