Yes, Daddy

Capítulo 29: Si.

Diana

Mi día había sido perfecto, desperté con Aarón abrazado a mi y sin dejarme ir a alguna parte sin que le diera un beso o un abrazó. Luego tuve que llevar a Eva y Zack de compras para que se les subiera el humor, Zack contó al final que le pasó y resulta ser que el hermano de Aarón tuvo sexo con el. Para el colmo de los colmos unos chicos nos escucharon y empezaron a llamarlo marica.

¿Adivinen quién ahora tiene sus nudillos casi rotos y no puede volver a ese centro comercial?

Para mi sorpresa y la de todos, Eva.

Iba a golpearlos debo decir, pero estaba tan débil y en mi defensa. Recien me ponían la inyección anticonceptiva, a lo que me recuerda.

— Dylan y tu usan protección?—pregunto viendo a la familia de Aarón detrás del cristal de la puerta.

Si, acepte ir a su fiesta familiar.

Zack fue al baño y no volvió, sospecho fue por que el hermano de Aarón también  fue.

Dylan y su hija están en la piscina, Eva aún no es notada por los dos ya que recién llegamos y nos cambiamos. Solo esperábamos a Zack para salir pero creo que no vendrá.

— Tomo pastillas anticonceptivas, pronto me pondré la inyección pero no creo que sirva de algo.— hace una mueca, yo la miro atenta. — Le dejé en claro que no soy una cualquiera, no voy a andar acostandome con el y al otro día hacer como si nada. Me entregué a el por que me gusta muchísimo pero el solo me hace aún lado.— se queja, le doy un sorbo a mi bebida.

— Problemas del primer mundo, ve y enfrentalo. Yo me llevó a la traidora de Lily.— salimos de nuestro escondite, me acercó a la piscina haciéndole una cara a Lily. Ella viene a donde mi corriendo para abrazarme, le devuelvo el abrazo haciendo que moje mi traje de baño.

Puedo ver a Eva dudar pero al final se acerca a Dylan, le dice algo al oído y el sale de la piscina. Como Zack ambos desaparecen, sonrió victoriosa.

Así los entrené.

Dejo a Lily con la hermana de Aarón para irme de aquel lugar, se respiraba el amor y eso me agobiaba. 

Tal vez por que jamás lo tuve y por eso no puedo evitar sentir envidia.

▪︎  ▪︎  ▪︎

Odio todo.

— Si señora, Diana es la mejor porrista que allá visto en toda mi vida. Incluso compitió contra la capitana y ganó, ahora debe preparar a los porristas para competir contra los mejores lo cual será este viernes por que adelantaron el juego. — miro hacia abajo apenada. Eva y Zack no dejaron de hablar de mis logros desde que Aarón tomó mi mano enfrente de todos.

— Iré por más jugo para Lily.— ella me mira confundida mientras se come unas papas, yo tomo su vaso con una sonrisa torcida para adentrarme a la casa.

Pasó una mano por mi cara para empezar buscar el jugo de Lily, miro a otro lado viendo al padre de Aarón caminar hasta mi con una cerveza. Por un largo minuto, me asesina con la mirada.

— ¿Cuanto?— pregunta, lo miro confundida y el aprieta sus puños. — ¿Cuanto quieres para que te alejes de mi hijo?— niego.

— No hay ninguna cantidad de dinero que haga que me quiera alejar de su hijo señor. Debe entender que no estoy con Aarón  por su dinero, le pido un poco de respeto.— dejo el jugo en su lugar.

— No eres quien para pedir respeto. ¿Crees que no sé de los fetiches que tiene mi hijo? Incluso siendo la sumisa de mi hijo sigues siendo eso, no eres nada más. Así que pediré que te alejes.— lo miro con rabia, estaba apunto de clavarle un cuchillo en el cuello. Lo juro.

Respiro hondo intentando calmarme.

— ¿Para qué quiere que me aleje de su hijo? El muy bien dejo en claro que no me quería fuera de su vida. — bueno, no con palabras exactas pero si con gemidos y caricias.

Me mira serio, pero incluso en sus ojos puedo ver un destello de pena.

Pena voy a sentir por el cuando digan de que murió.

—El esta comprometido con otra chica.— me da una sonrisa victoriosa cuando ve que no digo nada, se aleja con su cerveza hasta donde los demás.

Intentó respirar con calma pero siento que el aire no me llega.

— Diana cariño... Lily ya está muriéndose por la sed.— Aarón aparece con una sonrisa pequeña, lo miró directamente.

— ¿Estas... comprometido? — su sonrisa se borra al instante, me sostengo de la mesa un poco sin que se de cuenta.

— Si.— le doy una pequeña sonrisa que se convierte en una mueca.

Esto dolía más que un castigó.