Capítulo 8: Zack

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Me levanto al sentir mi teléfono vibrar, maldigo al ver la hora y los miles de mensajes de Eva. Al ver uno en particular sonrió.

Daddy: Llegas tarde a mi clase.

Yo: No me digas :0

Se que eso me dejara un problema pero no me importaba, pongo mi teléfono a cargar antes de que se muera por completo. Entro al baño para darme una ducha rápida, mi cuerpo está completamente marcado por el Señor Clark. Me terminó de duchar para ponerme el uniforme de deporte, era el único que iba a tapar mi cuerpo por completo. Cuando termino dejo mi cabello suelto para que no se vea el gran chupeton.

Tomo mi mochila y mi teléfono quejandome por no ponerlo a cargar, tomo las llaves de mi auto y arranco directo a la escuela. Veo la hora con molestia, ya había perdido la mitad de las clases.

— DIANA.— pasó de largo el salón del Señor Clark pasando al lugar del almuerzo, en cuanto abro las puertas todos me miran. Algunos maestros me miran pero yo voy directo a la mesa de Eva y sus idiotas, digo... amigos.

— Buenos días.— dicen con burla, les saco el dedo del medio provocando que se rían, miro a Eva con una sonrisa. Ella me mira desconfiada hasta que alguien se sienta a su lado, el chico me mira confundido señalando mi  cuello. Aprovecho que Eva está hablando con otros chicos y tapo más mi cuello.

— Dime Zack, acepto tus flores y carta?— el chicho que me avisó, Zack le lanza una mirada seria. Lo miro sintiendo un poco de pena, traía unas flores y un papel todo arrugado.

— Se burló enfrente de toda la escuela, incluso lo sigue haciendo.— nos hace mirar a la mesa de los deportistas, hago una mueca cuando veo que señala a la rubia oxigenada.

Mi mirada hace que una de las chicas empieza a invitarme a la mesa, luego de eso todos me invitan. Miro a Eva quien discretamente señala a Zack, me levanto de la mesa y tomo su mano. Cuando solo veo una silla hago sentar a Zack ahí, pongo mis manos en su cuello y les sonrió a todos.

— Chicas... el es Zack, es un muy buen amigo así que quiero que lo traten bien.— luego de decir eso todas empiezan a hablar con el, menos la oxigenada. Ella se queda abrazada a un chico, al menos se ve feliz.

Siento mi teléfono vibrar, lo tomó con una sonrisa por el comentario de Zack. Dejo una mano sobre su cuello acariciando su cabello castaño. Miro la bandeja de notificaciones sintiendo mi estómago contraerse. Disimuladamente miro a todos los lugares, cuando mi mirada choca con el dueño del mensaje que exigía me alejará de Zack la apartó.

— ¿Estas bien?— Zack se voltea a verme confundido, una de sus manos toma mi mano y otra mi frente. La mueve por toda mi cara confundido, yo solo le sonrió con miedo.  Mi teléfono vuelve a sonar, evito mirar a ambos chicos.

— Estoy bien, solo tengo que ir al baño. — le doy una sonrisa, me alejo de el dejando que las chicas se arrojen a el.

Eso es, solo dejen un poco de carne y ellas caen como buitres.

Salgo del comedor ignorando mi teléfono, voy directo al baño sintiendo mi corazón casi salir por mi boca. Miro mi reflejo en el espejo sacando mi cabello, mi cuello aún tenía pinta de haber tenido un buen polvo.

— Ni eso tuve.— amaro mi cabello en un moño caído para mojar mi rostro, la puerta se abre provocando que también moje mi cuello. Me levanto viendo al Señor Clark por el espejo, el me toma del cuello para pegarme a la pared más cerca. Suelto un quejido cuando siento algo afilado en mi espalda, eso definitivamente dolió.

— ¿Qué parte de que no me gusta verte con un chico no entiendes.?— su agarre es fuerte, pero no lo suficiente como para dejarme sin aire o sin hablar. Lo miro con una sonrisa, el me mira apunto de sufrir una crisis.

— Creo que en la parte del contrato de Sumisión que no firme, por ende. No tienes permitido tocarme.— el suelta mi cuello para tomar mis manos y subirlas por sobre mi cabeza, con su rodilla separa mis piernas. Quedo baja ante el, sus labios rozan con los míos haciéndome enloquecer. Los aleja para ponerlos en mi cuello, su boca vuelve a marcar mi cuello.

— Quieres esto tanto como yo, no te hagas la de rogar. Mi don no es exactamente la paciencia.— suelto un jadeo cuando su aliento suena en mi oreja, tenía una pequeña debilidad en esa zona. — Quiero que vengas a un lugar en la tarde, te mandaré la ubicación. Mientras, no dejes que algún chico se te acerque. — me mira serio, se aleja de mi haciendo que mis brazos por sin bajen. Lo miro tocando mi pecho, el sale del baño como si nada.

Me miro en el espejo observando mis mejillas rojas, el incluso logra que me sonroje.

Me negaba a volver al comedor así que solamente podía pasarme por los pasillos vacíos, me quedo enfrente del tablero viendo como los atléticos colgaban unos papeles. Habla sobre un nuevo juego por ende, también había que practicar.

Camino hasta los salones deteniéndome enfrente del Salón 57, cuando escucho unos ruidos extraños me acercó. Puedo ver por la pequeña ventana al maestro de arte con una chica sobre la pared. Tapó mi boca cuando reconozco quien es.

Eva, Eva... parece que ya te llevaste el premio gordo.

Sin que me vean sigo mi camino con una gran sonrisa, voy al comedor por mis cosas encontrando a Zack saliendo. Recuerdo la amenaza de el Señor Clark por lo que doy media vuelta.

— Espera, tengo algo tuyo.— me volteo viéndolo con mi mochila, rodeo los ojos.

¿Como pude ser tan estúpida de olvidar eso?

Tomo mi mochila viendo como el me mira con una sonrisa tierna, le doy la misma sonrisa provocando que el se rasque la nuca. El abre su boca para decir algo pero se arrepiente, lo miro curiosa viendo como ahora luce decidido.

— Conoces a alguien que quiera ser mi pareja para el baile de Halloween? El de mejor disfraz se lleva la  cinta del mejor disfraz.— asiento perdida, toco mi barbilla pensativa. Ni siquiera sabía si había una fiesta.

— No hablo con muchas personas, veré si te puedo ayudar. — le doy una sonrisa para luego ver como todos salen del comedor. Ambos nos despedimos para ir a nuestro respectivo salón, justo cuando llegó a mi asiento un mensaje del Señor Clark llega con una ubicación.

Miro el reloj con ansias, solo esperó salir bien de esta.

Yes, Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora