Capítulo 38: Londres

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Diana.

Bajo del auto en cuanto me dejan en la casa de Aarón, su auto está ahí así que simplemente entro a la casa.

- YA LLEGUÉ.- grito ignorando lo obvio, dejo las llaves aún lado igual que mi bolso. En cuanto veo las escaleras suspiro, todo en este mundo tenía escaleras o qué?

Aarón aparece con una sonrisa, lo miro con una sonrisa pequeña. Se acerca a mí para darme un beso en la frente, pongo mi cabeza en mi su pecho sintiendo mi humor mejorar de la nada.

- ¿Cómo es que fuiste hacer compras y no compraste nada?- ¿eh?

- Ah... las compras si, no me gustó nada.- miento, el me separa para analizarme. Toma mis muletas poniéndolas aún lado, ahora solamente me puedo sostener de el.

- Sabes que aún que seas mi pareja o te amé... sigues siendo mi Sumisa, verdad?- me ahogo con mi propia saliva cuando toma mi cabello y lo saca de mi cuello. - Recuérdame las reglas... por favor.- sonríe arrogante.

- Siempre tener el teléfono con carga y en la mano, No tener un lengua fuerte enfrente de mi amo, No beber ni fumar, Siempre estar lista para todo castigo o juego, No tener relaciones sexual con alguien más, No tener celos o pensar que estamos en una relación y no mentirle. - sonrío, el me me mira con una sonrisa que se borra dejando ver su mirada llena de deseo.

- ¿Entonces por qué me mientes? Te recuerdo que cuando mientes, no miras a la cara.- mi piel se eriza cuando me toca de la cintura.

- ¿ Me vas a castigar aún teniendo un pie roto? - pregunto divertida, el me da una sonrisa juguetona para subirme como una princesa.

- No te voy a castigar Diana... te voy a hacer el amor.- empieza a subir las escaleras haciéndome poner nerviosa.


▪︎ ▪︎ ▪︎


No sabía explicar este sentimiento en mi pecho, se siente tan bien. Me siento completa, sus caricias y besos me hacen sentir amada. La forma tan delicada en la cual entra y sale de mi mientras intenta no dejar caer mi pie.

Estas extrañas corrientes en mi abdomen al sentir su mirada sobre mi me recuerdan a nuestra palabra de seguridad.

Su fuego aún seguía siendo tenebroso, pero ya no tenía miedo de quemarme por que ambos. Nos hicimos adictos a aquel fuego, nos hicimos adictos a cada uno.

En cuanto siento mi punto límite arqueo mi espalda, el gruñe dando una embestida más. Como de costumbre termina dentro de mi, me hace acostarme en la cama. Me mira con una sonrisa para besar mi frente y toda mi cara. Lo golpeo con diversión para darle un pequeño beso.

- Me gustas Aarón Clark.- digo, el golpea su frente con la mía divertido.

- Me gustas Diana Parker.- se separa para darme una sonrisa, va hasta el baño para abrir la llave.



Abro el cajón de al lado buscando el cargador de mi teléfono, en cuanto lo encuentro frunzo el ceño. ¿ Por qué tenía dos boletos de ida a Londres?

El sentimiento de abandono roza mi pecho pero lo ignoro tan rápido como vino, el me explicara el asunto. No debo hacer ideas tontas, ya no más.

Ahora estaba enamorada de él y iba a ser paciente, daré lo mejor de mi para que esta relación sea saludable.

Sin importar las sorpresas que encuentre en el camino.

Yes, Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora