Capítulo 31: Álvaro

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Nota: Recuerden que es una historia +18 así que no debo decirles que leen bajo su  propio riesgo y Les recomiendo escuchar la música así se conectan con estos dos ;)

Zack

— ¿Segura que debo hacer esto?— preguntó mientras Eva baja del auto poniéndose y cerrando su abrigo. Toma la mano de su actual pareja dejándome atrás con mis nervios y negatividad.

— Si hablas de por que vine,no creas que dejaré a Eva en un lugar en donde les gusta cogerse todo lo que se mueve. — Dylan pasa una mano por el hombro de Eva,blanqueo los ojos.

Caminamos hasta aquel club cual prometi no volver. El guardia nos pide nuestra identificación, cuando le doy la mía me detiene. Trago en seco.

— El jefe me pidió que si te viera alguna vez por aquí pasarás directo a donde el este, hoy está en el salón prohibido. — asiento confuso, nos deja entrar. Una chica con poca ropa guía a los provoca diabetes a otro lado mientras que una chica me guía a otro lugar.

Me deja en la puerta devolviendose, abro la puerta con mucho cuidado. La dejo un poco abierta para entrar, me quedo congelado en cuanto veo tal escena.

— Te dije que te podías venir y más sobre mí?— el golpea al chico con un látigo, un nudo se forma en mi pecho al escuchar el sollozo mezclado con gemido del chico. Su trasero estaba rojo igual que su espalda, estaba encadenado a la pared. El pasa una mano por su cabello dejando que caiga hacía atrás, toma un vaso dándole un fuerte trago. Su mirada choca con la mía dándome señales de que debo correr.

Pero al contrario, lo miró. Su pecho estaba desnudo y aún se notaban mis marcas. Cuando la escasa luz violeta  choca contra su pecho puedo ver gotas de sudor y una que otra sospecho es por la corrida del chico.

— Vaya... no sabía que vendrías. — se queda callado mirando a donde yo miro, la cabeza del chico cae mientras las cadenas jalan de sus brazos. Me da una sonrisa que me hace estremecer del miedo, camina hasta al chico pasando un dedo por el torso plano del chico. Desata las vendas del chico dejándolo ver, toma su mentón con suavidad. El chico aparta la vista, hago una mueca al ser testigo de como ahora Álvaro debora la boca del encadenado.

— Tengo cosas que hacer Álvaro, si tienes ganas de hacerme perder el tiempo. Lamento informarle que no eres tan importante.— abro la puerta pero el ruido de unas cadenas me detienen, me volteo viendo como suelta la chico. Este empieza a vestirse mientras que Álvaro se limpia el pecho con una toalla, la arroja al suelo para darle un papel al chico.

— El precio está ahí, puedes pagarlo en el bar. — el chico baja su cabeza avergonzado pasando por mi lado, le doy una mirada seria para luego ver al otro chico.

— Necesito un favor.— digo, el alza su ceja mientras se coloca una camisa de botones blanca. Se la pone sin meter dentro de los pantalones creandome un poco de ansiedad, me controlo al ver como me mira atentó. — Diana tuvo un problema con tu hermano, quiero saber por que y como lo arregló. — el sonríe negando.

— Te ayudo pero con una condición...— asiento esperando que hable, se acerca a donde estoy provocando que retroceda. Otra vez terminó sobre la pared y el con sus manos impidiendo me salir. — Que dejes de usar a tu amiga, muy en el fondo quisiste verme y aprovechas esta oportunidad. — su mirada viaja hasta mi entrepierna, sonríe arrogante.

Miro a otro lado tratando de encontrar un poco de valentía, cuando la tengo lo encaró.

— Escucha. Tienes pinta de que te gusta tener todo lo que quieres y si lo que quieres es que me vuelva acostar contigo. Entonces tendrás un problema...— mis palabras quedan al aire cuando lo veo arrodillarse, sus manos desabrochan la correa y el propio pantalón. Cuando baja mi ropa interior ya estoy agarrando me de la pared con toda mi fuerza, le da una lamida suave mientras me mira directamente a los ojos. Cierro mis ojos cuando lo mete a su boca por completo, tomo su cabello jalando de él.

El sentir como succiona, sube y baja me hace gemir. Tomo mi cara entre mis manos cuando notó que mi cuerpo no resiste su velocidad, se levanta lentamente cuando termina de subirme la ropa. Cuando estamos cara a cara empiezo a aflojar mi agarré en la boca, el pasa un dedo por sus labios llevándose mi líquido a su boca.

 Cuando estamos cara a cara empiezo a aflojar mi agarré en la boca, el pasa un dedo por sus labios llevándose mi líquido a su boca

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— ¿Qué era lo qué estabas diciendo antes?... No te pude escuchar bien— su sonrisa hace que mis piernas tiemblen, salgo de la pared para caminar hasta la puerta. Salgo de ese lugar sintiendo sus pasos después de los míos con una distancia que agradezco.

En cuanto veo a Eva en la barra voy a ella, tomo asiento robándole su bebida. Hago una mueca cuando está baja por mi garganta, veo como Álvaro se sienta con Dylan en una mesa. Mi mirada vuelve al bar, le hago una seña al barman y este me atiende con una sonrisa.

— Ustedes conocen al Jefe,no?  ¿De casualidad saben quién lo dejó así?— señala su pecho, ambos mentimos negado. El infla sus mejillas dejándose caer para hablar más con nosotros. — Es una lástima...— Eva lo mira confusa, yo simplemente intento no sonrojarme y tomar de mi bebida sin atragantarme.

— El jefe es conocido por ser el mejor Dominante, jamás nadie lo había visto con una marca y de la nada tiene chupetones y arañazos. El chico que fue, tiene mi respeto sin duda alguna. Recuerdo el día en que le hice una marca, tuve el peor castigo. Sin duda alguna, el Jefe no es alguien que se pondría de rodillas.— sin poder evitarlo me ahogo con mi bebida.

Eva me da palmaditas en la espalda con una sonrisa, el chico me mira y luego a Álvaro. Cuando volteo a verlo ya me está viendo.

Su mirada está llena de una lujuria insaciable, un peligro que a cualquiera le daría miedo. También está llena de pecado, un pecado del cual estoy por formar parte.

Y no me agrada la excitación que recibo de todo esto.

Yes, Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora