Eva
— Ya está, hay dos habitaciones. La tuya es esta y la mía aquella.— el señala cada habitación, yo asiento repetidamente. El entra a su habitación así que hago lo mismo, la mía tenía un balcón que daba a la playa. También la cama era muy grande, dejo mi maleta en la cama para ver la habitación.
Había otra puerta que creo es el baño y un clóset, no era mucho pero siento que podría vivir aquí feliz. Voy al balcón sintiendo el olor a la marea, mi cabello castaño vuela por todas partes.
— ¿Te gusta?— pego un salto tocando mi corazón, el ríe caminando a mi lado, ambos nos quedamos perdidos con el azul del mar.
— Es hermoso, muy hermoso. Apuesto a que si pinta un cuadro con el atardecer y esta vista quedará hermoso.— el me mira con una sonrisa, su mano pasa por mi cara quitando el cabello de mi rostro. Me sonrojo cuando se acerca un poco a mí, se sigue acercando por lo que tomo un fuerte suspiro y me alejo de el.
— Debemos sacar sus pintoras del auto, Profesor Dylan.— salgo de la habitación rápido, toco mis mejillas cuando no me ve.
Controlate Eva, tu puedes. Simplemente no caigas en sus encantos.
Bajamos todos los materiales para su nueva pintura, cuando empieza a preparar sus cosas yo pongo la música.
Sin poder evitarlo empiezo a mover mi cabeza al ritmo de la música, luego mis pies y para último mis dedos. Dylan empieza a mezclar los colores mientras que yo me dejo llevar por la música, eso hasta que noto que me mira.
— Yo... perdón si lo interrumpo. —digo, el asiente volviendo a la pintura.
— ¿Por qué te cambiaste de curso a mitad de año?—alzo mis brazos restandole importancia.
— Soy buena en contaduría, aún estado en adelantado soy la mejor de la clase. Con el tiempo me empeze a aburrir hasta que lo vi.— el lápiz en su mano se cae por lo que me adelanto a tomarlo y entregárselo.
— Debería medir sus palabras Señorita Eva.— sonrió entregándole el lápiz, cuando lo toma lo aprieto con fuerza impidiendo que lo tome.
— Soy muy consiente de mis palabras Dylan, eres tu el que tiene miedo.— me burlo, sus ojos sueltan un destello de deseo. Aflojó el lápiz dejando que lo tomé, vuelve a pintar pero esta vez en silencio y con mucha tensión.
Me alejo de el cuando empiezo a ver como borra y vuelve a dibujar, empiezo a servir agua. Caminó a su lado viendo como dibuja el mar, hago una mueca.
— Señor Dylan...— lo llamó el me mira por un momento que se siente eterno. — Tiene facilidad para pintarme, cree que si posó para usted se le haga más fácil?— mi pregunta hace que el sonría, trago secó.
Esto parece una muy mala idea.
— Póngase un traje de baño y baje.— me sonrojo sintiendo mi intimidad humedecida.
▪︎ ▪︎ ▪︎
Caminó suavemente por las tablas de madera recibiendo la espalda ancha de Dylan, para mi fea sorpresa no hay ningún cuadro.
Quedó detrás suyo sintiendo mi cuerpo erizarse por el cambio de temperatura que hay. Ya había anochecido, ahora solo estábamos nosotros dos. La luna, el olor a la marea y el ruido de las olas chocar.
Incluso había unas cuantas velas prendidas haciendo que mi cuerpo se sienta un poco más cómodo, el se voltea dejando su teléfono. Su mirada escanea cada parte de mi cuerpo, toma asiento enfrente de mí. Señalo el cuadro pero el niega con una sonrisa pequeña, no era para nada buena.
— No soy de los que necesita ver y pintar Eva, mi memoria es buena.— asiento, vuelvo a abrir mi boca para decir que me tapare pero el se adelanta.
— Aún cuando no la necesite, quiero que se quede ahí. — me tenso, mi corazón iba a mil por hora. El se acomoda más en el sillón, yo simplemente me abrazo a mi misma.
Infló mi pecho dejándolo bajar, lo miró con intensidad. El me mira con curiosidad, con un movimiento suave me quito las manos de mi pecho. El pone una mano en su barbilla mientras que su pie sube y baja con ansiedad, antes de pensarlo bien simplemente hago eso que mi mente pida que haga.
Deslizó mis manos por la parte trasera de mi sostén desabrochandolo, con suma delicadeza hago caer la prenda superior aún lado. El mira donde cae y luego a mí, su pecho sube y baja con normalidad.
Sus ojos escanean mis siguientes movimientos, juego con el borde de mis bragas con una sonrisa. Me acercó a el viendo como moja sus labios ansioso, tomó asiento entre sus piernas.
— Debe tener cuidado con lo que desea Profesor Dylan, puede pedir a alguien bueno pero luego le puede tocar a alguien dispuesto a quemarse.— mis palabras hacen que se tense más, puedo sentir una presión en mi intimidad que me enloquece.
Sin verlo venir el me alza del sillón, ahora me tiene a mi debajo de el. Me mira con tanta fuerza que mi pecho arde de deseo, sus ojos viajan por toda mi piel.
— Esto esta mal.— dice mientras una de sus manos abandona el agarre en mis muñecas, su mano libre recorre mis pezones. Aprieta uno de ellos para llevarlo a su boca, cuando lo saca puedo sentir mi intimidad más húmeda. Su mano deja de tocar mi ahora sensible zona para ir hasta la área de mis bragas. — Estas muy mojada.— sonríe arrogante. Su mano hace aún lado la tela para jugar con mi humedad.
Cierro mis ojos cuando empieza a hacer pequeños círculos, mi estómago se contrae cuando empieza a subir de velocidad. Muerdo mi labio dejando salir un gemido pequeño, el se detiene para verme. Me libera de su agarré pero aún está sobre mi, ambos nos miramos con deseo.
— Dijiste que soy el culpable por que seas virgen, no?— asiento, el me levanta para hacerme quedar un poco acostada en el sillón. Baja mis bragas por completo tirandolas a otra parte, sube mis piernas a sus hombros provocando que tape mi boca con mis manos, su aliento choca contra mi intimidad causando un fuerte sonrojo en mis mejillas. — Entonces déjame recompensarte.— puedo sentir como deja un beso en esa zona, un suspiro brota de mis labios cuando empieza a mover su lengua.
Verlo de esa forma causa un inmenso deseo en mi, su mirada choca con la mía dejándome ver su mismo deseo.
Hasta que el deseo nos consuma, profesor.
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Yes, Daddy
Teen FictionCuando tienes la opción de pecar con tremendo pecado como El. No te molesta hacerlo hasta con los ojos cerrados. Piensa bien lo que haces por que después no hay salida. ••• "Hasta que el deseo, el fuego y el pecado nos consuma." * créditos de port...