Capítulo 9: Fuego

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Camino por el estacionamiento cuando siento a alguien correr hasta a mí, me volteo viendo a Eva y a Zack. Alzo una ceja cuando ambos intentan entrar a mi auto, ambos lucen emocionados. Abro el  auto dejando que entren felices, me voy a arrepentir de esto.

Le lanzo mi mochila a Zack quien la detiene con su cara, entro a mi auto cerrando la puerta y colocandome el cinturón. Arranco el auto dejando que ambos hablen de lo que sea que estén hablando, yo solo tomo la ruta a su casa.

— Vamos a tu casa.— dice señalando con su dedo,yo niego.

— Tengo que hacer algo, otro día será.— ella me mira achicando sus ojos.

— Ese algo tiene que ver con que llegarás tarde y tu cuello?— sonrío para aparcar el auto.

— Tu buen humor se debe a qué?— ella deja de sonreír en ese momento, Zack se baja del auto cuando nota el nuevo ambiente.

— Saque buena puntuación en un examen, eso es todo.— sonríe falso, le doy la misma sonrisa viendo como se baja del auto. Cuando entra a su casa junto con Zack salgo de ahí, miro por el retrovisor con un mal presentimiento.

Aquí fue la primera mentira.

Al llegar a mi casa tomo una botella de agua congelada y la coloco en mi cuello.  Hago mis ejercicios luego de dejar por un buen rato la botella pegada a mi cuello, cuando termino veo la hora.

— Mierda.— dejo todo en su lugar para subir rápido las escaleras, me quitó la ropa arrojando la a cualquier parte de la habitación. Me doy una ducha tomando el tiempo de lavar cada parte de mi cuerpo nerviosa, cuando salgo notó que estoy más tarde.

Me colocó unos pantalones rasgados junto con un top, me pongo unas botas con tacón para tomar mi teléfono y llaves. Dejo mi cabello húmedo y rápido bajo las escaleras, vuelvo a mi auto poniéndo la ubicación que me mandó el señor Clark.

—Ahora si me metí en problemas— suelto ese comentario viendo como la ubicación me manda a las afueras de la ciudad. Arranco el auto intentando encontrar una solución o excusa por si pasa algo para lo que no estoy lista.

▪︎ ▪︎ ▪︎

Al llegar bajo rápido, la casa era hermosa. Era blanca con toques grises, también tenía una ventana gigante. Hago una mueca, sinceramente no me gustaría estar sola de noche en esta casa.

Toco la puerta esperando a que la abran, cuando veo que nadie abre la puerta simplemente me siento en las escaleras. Pongo mis manos en las rodillas dejando caer mi cara, me volteo cuando la puerta se abre. Veo al Señor Clark con unos pantalones de dormir medios caídos y una camisa manga larga de lana. Tiene una toalla secando su cabello, infló mis mejillas levantandome del suelo.

— Llegas tarde.— me deja pasar mirándome serio, yo me burlo viendo como se seca el cabello.

— Me dejaste afuera así que, estamos a mano.— antes de pasar a otra parte el me detiene extendiendo su mano.

— Teléfono y Llaves.— ¿ah? Le entrego lo que me pidió viendo como los deja en un cajón con llave, miro como camina por la casa despreocupado. Lo sigo haciéndome sonar por toda la casa.

— ¿Qué pasa con tu apartamento?— pregunto mirando el interior, debía tener mucho dinero. Inconscientemente choco con el, me tocó la nariz alejandome. El me da una mirada borde mientras mira su computadora.

— El apartamento es solo para que mi familia no sepa mis fetiches.— asiento viendo como el contrato de sumisión está al lado de su computadora, vuelvo mi vista al señor Clark. — Si te aburres puedes ir por la casa, puedes encontrar algo que te guste.— su tono de voz me hace entrar en desconfianza pero aún así hago lo que dice.

Subo las escaleras, la casa era más grande que el apartamento pero igual se sentía vacío. Aún que el apartamento también se sentía igual o peor. Veo varias puertas, abro una encontrando el lugar apagado y con las ventanas cerradas. Entro al cuarto abriendo una gaveta, hay puras corbatas. Sonrió cuando pasó por las camisas blancas, tomó una llevándola a mi nariz. El olor a limpio invade mis fosas nasales, dejó la camisa en su lugar para salir de la habitación y cerrar la puerta. Sigo caminando hasta que me decido a abrir una puerta, cuando lo hago siento mis ojos abrirse con fuerza.

Había un sillón rojo con una forma extraña, luego había todo un lugar lleno de esposas y látigos. Puedo ver también un tubo de pole dance, abro mi boca sorprendida. Siento como algo toca mi cintura, pego un salto alejandome y tocando mi pecho.

— Joder...— respiro hondo viendo al Señor Clark, el me mira serio mientras me acorrala. Siento el frío metal del tubo en mi espalda, sus dedos viajan a mis labios apretandolos. Intento quitar su mano pero el sigue presionando mis labios impidiendo que hable.

— Cuida tu vocabulario cuando estes conmigo, Diana.— tomo su mano para que me suelte, cuando lo hago solo provocó mi propia muerte.

— No seas tan tonto. — toco mis labios el cierra sus ojos, veo como pasa su lengua por sus labios y su pecho sube y baja agitado. 

— Me estoy controlando por que aún no firmas el contrato, pero no pases tu límite. Te puedes quemar y te aseguro que no te gustará.— sonrió de lado, todo rastro de miedo desaparece. Pongo mis manos en su cuello ignorando la mirada de advertencia que me da.

— Vine dispuesta a quemarme.— su agarre en mi cintura se vuelve más fuerte. — Firmamos el contrato o no? — mi pregunta hace que se tense, pego un pequeño grito cuando me suelta y jala fuera del cuarto.

Baja las escaleras sin importar mis tropiezos, me lleva hasta el contrato dándome el bolígrafo. Bajo su intensa mirada lo firmó notando que su firma ya estaba, cuando lo firmó el me señala otra parte del papel.

— Cuál es tu palabra de seguridad? Que sea fácil y corta— juego con el bolígrafo hasta que encuentro una, lo escribió  provocando que el sonrisa.

— Fuego?— el me mira con intensidad, con hambre, con deseo. Siento mi pecho arder y mi intimidad palpitar.

Que me consuma su fuego, Señor Clark


Kaleam_crazy

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