Lo que nos unió (Luimelia)

Capítulo 48

–"Noah me gusta, es lindo nombre a ti que te parece?

–"Me gusta también me parece muy lindo nombre"

–"Entonces, Bienvenido a la familia Noah Gómez Ledesma"

–"Mi peque ya tiene nombre" –dije acariciando la panza.

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Era un día lluvioso en Madrid y se encontraban acostadas en la habitación mirando una película, Amelia estaba sentada con la espalda apoyada en varias almohadas, mientras tenía a Luisita entre sus piernas apoyando su cabeza en el hombro de la morena, con las manos de ambas apoyadas en el vientre ya bastante pronunciado.

Habían decidido no salir para estar un poco juntas, ya que durante la semana Amelia trabajaba mucho y Luisita trabajaba pero no tanto como antes, solo hacía cosas en la oficina.

Estaban muy a gusto las dos en su casa, bien relajadas mientras tomaban una manzanilla. Amelia tenía su mano encima de la de la rubia mientras la acariciaba con su dedo suavemente.

–"Sentiste Amelia?"

–"El que amor?"

–"Que se ha movido cariño" –"QUE, DE VERDAD?. SIEMPRE ME LO PIERDO"

Amelia ante la felicidad, cambio de posición para ella ahora ponerse de frente entre las piernas de Luisita y colocar sus manos en el vientre...

–"Joo ya no se mueve más"

–¡Mira! – La rubia le agarro la mano a la morena, para indicarle donde ponerla.. 

–"Sentiste?"

–"Si mi amor, me estoy muriendo de amor". Sin pensarlo, Noah dio otra patadita un poco más fuerte seguidas de otras.

–"Holaa hijito, te habla mami".

–"Amor te has dado cuenta de una cosa?" – dijo luisita mirando como Amelia colocaba su cabeza en la panza.

–"Que mi vida?" . – Respondió dándole un beso al vientre.

–"Que se calma cuando le hablas". –Habló mirando a su mujer...

–"Bueno ya tenemos un método para tranquilizarlo mas adelante ahahah"

–"Ay ni me lo recuerdes, que va a parecer que este bailando o jugando fútbol"...

–"Mi niño hermoso te amo" –acaricio el vientre.

–"Oye, y a mí no me amas?" –Dijo Luisita haciendo puchero... 

 –"A usted también la amo muchísimo". 

Se colocó encima sin hacerle mal a la panza, para dejarle un beso dulce en sus labios, poco a poco ese beso fue subiendo de tono, haciendo que Luisita quedara encima de la morena. Esta se sentó abrazándola, para tenerla lo más cerca posible o lo que la panza las dejara, mientras sus lenguas se entrelazan entre sí.

Quitándose sus remeras, la morena empezó a dejar besos por el cuello de Luisita, haciendo que ella tirara el cuello hacia un costado para dejarle vía libre, mientras sus manos acariciaban los muslos de la rubia.

Luisita Pov.

Beso mi cuello mordiéndolo ligeramente, cerré los ojos totalmente adormecida, estaba que no podía abrirlos por más que quisiera. Sentir su lengua en mi piel era mi punto débil.

Deje que me hiciera lo que quiera, ya sentía que estaba perdida en su encanto. Desabrocho mi sostén dejándolo tirado por algún lado, bajo hacia mis pechos lamiéndolos suavemente. Provocando que muerda mis labios.