____ se removió en la cama cuando Harry se deslizó bajo las sábanas. Le dio un beso en la frente y murmuró:
-Duerme, nena. Yo tengo que ir a trabajar hoy, pero te puedes quedar aquí.
Ella se sentó y levantó la sábana para taparse los pechos. Era una idea absurda pensar que debía intentar cubrirse. Había pasado la mayor parte del día de Navidad desnuda. En los brazos de Harry. Le había hecho el amor hasta que ambos se habían quedado dormidos del cansancio.
Pero ahora se sentía insegura y un poco nerviosa. Su mano voló hasta la gargantilla que le había regalado y trazó las líneas del diseño de cuero con los dedos.
No se sentía cómoda quedándose en el apartamento de Harry todo el día cuando él no estaba allí. Ninguna de sus cosas estaban ahí. Era la casa de Harry. Definitivamente un piso de soltero. Olía a hombre. Y aunque ella no tuviera mucho, al menos el apartamento de Mia era muy femenino. Se sentía cómoda allí. Estaba empezando a sentirlo como algo suyo.
-En realidad, había pensado que podría volver a mi apartamento si vas a ir a trabajar -dijo quedamente.
Él frunció el ceño pero se recuperó rápidamente.
-Si eso es lo que quieres. Me pasaré por allí cuando acabe lo que tengo pendiente en la oficina. Podemos pasar la noche allí si quieres.
Ella asintió. A pesar de tener distintos lugares donde dormir, no había habido ni una noche que hubieran pasado separados desde que se conocieron. De hecho, quitando las horas en las que Harry estaba en el trabajo, habían sido inseparables.
-Si quieres te dejo allí de camino al trabajo.
-¿No haré que llegues tarde?
Él sonrió.
-Soy el jefe, ¿recuerdas? Puedo llegar cuando quiera.
-De acuerdo. En ese caso, sí.
-Dame cinco minutos para una ducha y luego ya es toda tuya.
Ella lo observó caminar desnudo hacia el cuarto de baño con toda esa belleza y rasgos masculinos expuestos ante sus ojos. Su pelo, que estaba totalmente revuelto debido al sexo, solo lo hacía más delicioso, si cabía.
Se paró en el marco de la puerta y la volvió a mirar con ojos ardientes, casi como si supiera qué dirección habían tomado sus pensamientos. Luego sonrió y su expresión cambió. A ____ se le cortó la respiración porque su sonrisa era extraordinaria. Él no solía sonreír muy a menudo. Tenía una mirada más oscura. Casi siempre estaba serio. Pensativo. Pero cuando sonreía, ____ no encontraba el aire para respirar.
Se sentó cuando él desapareció dentro del cuarto de baño. Sin embargo, había dejado la puerta entreabierta. ¿Era una invitación? Se relamió los labios cuando de repente sintió la boca reseca.
Si se duchaban juntos tardarían la mitad. O a lo mejor no. Porque si entraba en la ducha con él, estaba claro que iban a hacer de todo menos ducharse.
Que no tenía por qué ser necesariamente algo malo.
No, sería algo muy, muy bueno.
Lanzó las sábanas a un lado y se bajó de la cama, momento en el que le entró un escalofrío al haber dejado la calidez del lecho. Su calor aún estaba presente de cuando había estado tumbado en la cama con ella.
Vaciló por un momento sin dejar de mandarle miradas al cuarto de baño mientras esperaba a que el vapor de agua comenzara a salir de la ducha. Después de unos pocos minutos, ____ oyó cómo el agua empezaba a correr y en silencio comenzó a dirigirse a la puerta.
La ducha era enorme. Lo bastante grande como para acomodar a dos personas. O incluso a tres. Estaba rodeada por completo de mamparas con múltiples grifos: uno encima de la cabeza y dos en la pared. El perfil de su cuerpo era visible a través del cristal empañado y pudo verlo enjabonarse mientras bajaba las manos más... y más...
____ abrió la mampara y entró en la ducha antes de perder el coraje. Harry abrió de repente los ojos y se rodeó el miembro con una mano. Parpadeó de sorpresa, pero rápidamente esa sorpresa se transformó en deseo. Sus ojos se derritieron y su mano comenzó a moverse a lo largo de su sexo.
Pasó de estar semiflácido a totalmente erecto en dos segundos. Si todavía quedaba alguna duda en su mente de que no la quisiera con él en la ducha, se esfumó cuando su cuerpo volvió a la vida frente a sus propios ojos.
-Eso me corresponde a mí -murmuró ella mientras deslizaba la mano sobre su erección y apartaba la suya en el proceso.
-Totalmente de acuerdo -contestó él.
El agua caía por su espalda y se deslizaba por su hermoso cuerpo. El pelo lo tenía empapado y ____ pudo ver que era más largo de lo que parecía. Con el peso del agua no había ningún rizo rebelde que se alzara. Le caía por el cuello hasta llegar a los hombros.
-Eres guapísimo -susurró mientras se acercaba hasta que sus cuerpos se tocaran.
El agua la golpeó y la mojó también. El calor se extendía como una tentación exquisita.
El cuerpo de Harry se tensó y sus ojos se volvieron más rudos y oscuros. Le rodeó la cintura con los brazos y la acercó a su cuerpo mientras ella seguía acariciándolo con la mano.
-Tú eres la guapísima, ____. Nunca me cansaré de mirarte.
Ella sonrió y se puso de puntillas para poder besarlo.
-Nunca he tenido sexo en la ducha -dijo con voz ronca sobre sus labios.
-Entonces tendremos que remediar eso inmediatamente.
Ella se deslizó por el cuerpo de Harry hasta ponerse de rodillas mientras el agua seguía cayéndoles por encima. Levantó la mirada para ver que Harry tenía su mirada fija en ella. Luego la bajó para mirarse la entrepierna, donde ____ lo había estado acariciando hasta conseguir que estuviera completamente duro.
Tan ligera como una pluma, acercó su boca a la cabeza de su miembro y le pasó la lengua por la sensible parte inferior. Algunas gotas de agua cayeron sobre su lengua y llenaron su boca mientras lo chupaba con más ímpetu.
Un gemido torturado sonó por encima del torrente de agua. Harry llevó las manos hasta el pelo de ____, que ya estaba empapado y echado hacia un lado de su cabeza. Le rodeó el rostro con las palmas de las manos y la sostuvo con fuerza mientras se introducía dentro de su boca.
Sus rasgos eran duros y se le habían formado arrugas en la comisura de los labios y en la sien. _____ pudo ver cómo su pecho subía y bajaba mientras respiraba irregularmente y ella lo hundía más en su interior, hasta la campanilla.
Succionándolo ligeramente, lo metió incluso más adentro y le hizo el amor con valentía. Llegó hasta la parte trasera de su garganta y ella tragó. Esta vez Harry emitió un siseo. La violenta expulsión de aire se escuchó más alto que el agua al caer.
Le acarició la cabeza, luego las mejillas y las líneas de su rostro mientras su boca lo acogía. Sus caricias eran infinitamente suaves, tan tiernas que el corazón de ____ le dio un vuelco a modo de respuesta.
Él era su adicción. Había reemplazado a todo lo demás. Con él, no había necesidad de echar mano a los mecanismos del pasado para lidiar con su vida. Él era su ancla. Él era lo que el sexo y las pastillas solían ser para ella. Un lugar seguro dentro de un mundo lleno de inseguridades.
¿Había simplemente intercambiado una adicción por otra?
El pensamiento se instaló en su mente. Una sombra que la hizo parar por un momento. Pero luego lo apartó, decidida a no dejar que el pasado arruinara lo que tenía con Harry justo aquí y ahora. Ya había terminado de vivir en el pasado, ¿no? Harry le había regalado una vida nueva. Le había hecho creer que estaban empezando de cero, que lo que había sido hasta ahora no importaba. Que lo que estaba por venir era lo importante.
Con todo lo demás que le había dado por Navidad, este era el regalo más preciado que ella hubiera podido desear recibir nunca.
Inspiró profundamente otra vez y vertió cada pedacito de su corazón y sus sentimientos por él en los movimientos. Esperaba que pudiera ver, que pudiera sentir lo que le estaba dando. Era lo único que tenía para darle. Esperaba que fuera suficiente.
El agarre de Harry se hizo más fuerte en su rostro. Luego bruscamente deslizó las manos por debajo de sus brazos. La alzó y su boca se encontró con la de ella en un choque pasional que la dejó jadeando en busca de aire.
Luego la elevó entre sus brazos y en un rápido movimiento se giró y la pegó contra la pared de la ducha.
-Rodéame la cintura con las piernas -gruñó.
La rotundidad de su deseo le provocó un escalofrío que le recorrió toda la espalda. Su vientre se encogió y las mariposas comenzaron a revolotear en su estómago. Su miembro ya había encontrado su abertura, así que cuando ella juntó los tobillos en la parte baja de su espalda, él se impulsó hacia delante y se hundió por completo en ella con una sólida embestida.
Hincó los dedos en las nalgas de su trasero. Las masajeó, las amoldó y las abrió mientras volvió a introducirse en ella. Le pasó la boca de forma tentadora por el cuello y luego hundió los dientes en la sensible piel, lo que provocó que otro jadeo se escapara de su garganta.
La lamió mientras se abría paso dentro de ella una y otra vez y la hacía rebotar contra la pared de la ducha. Sus manos parecían estar en todas partes y su boca la estaba volviendo loca de lujuria. Tendría una marca en el cuello luego, evidencia de su posesión y de la violenta fuerza con la que la estaba poseyendo. Y aun así quería más. Más fuerza. Más ferocidad. Nunca sería suficiente.
-No voy a durar mucho más, nena -dijo bruscamente. Su voz sonaba tensa e incoherente-. ¿Cuánto te queda? Te quiero a punto.
Ella movió un brazo de los que tenía alrededor del cuello de Harry, donde se estaba agarrando con fuerza, y lo deslizó entre sus cuerpos hasta llegar a su clítoris. Tan pronto como se tocó, el cuerpo se le tensó como si sus músculos se hubieran enredado los unos con los otros.
-Estoy cerca -jadeó.
-Bien. Sigue así.
Se inclinó hacia ella y atrapó su mano entre ambos cuerpos. ____ apenas tenía espacio para acariciar ese erecto bulto de nervios que tenía entre las piernas. Harry siguió embistiéndola, haciéndola rebotar contra la pared de la ducha e introduciéndose más profundamente en ella. ____ se sentía agitada y llena de moretones. La fuerza con la que la poseía era abrumadora.
Era suya. Le pertenecía de verdad. A él.
Sus muslos se sacudieron y todo el cuerpo le tembló. El deseo subió por su vientre, intenso y provocador. Abrumador. Su clímax fue creciendo a una velocidad que era casi atronadora. Un gruñido penetró sus oídos. Los latidos de su corazón pegaban contra su caja torácica. Gritó roncamente y luego el gemido de triunfo de Harry se unió a los de ____.
Enterrado hasta lo más hondo, y con el pecho subiéndole y bajándole del esfuerzo, la besó en el cuello. En la mandíbula. Luego en los labios y su aliento se mezcló con el de ella.
Vagamente ____ se percató del agua que aún seguía cayendo sobre ellos. Del vapor de agua que los estaba ahogando, del aire tan húmedo que era difícil de respirar.
-Dios -murmuró Harry-. Me vuelves loco, ____. ¿Cómo demonios voy a conseguir moverme ahora y mucho menos terminar de ducharme e ir al trabajo?
Ella sonrió contra su cuello y luego se deslizó por la pared de la ducha para sostenerse sobre sus temblorosas piernas.
-Supongo que tendré que terminar de lavarte yo -murmuró ella.
-Oh, no -se quejó-. Voy a lavarte el pelo a ti y luego te voy a echar de aquí. Si me vuelves a poner las manos encima, nunca vamos a salir del cuarto de baño.
Su sonrisa se hizo más grande y se inclinó hacia delante para besarlo en su firme mentón.
-No voy a discutir con un hombre que quiere lavarme el pelo.