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____ se despertó al sentir unos suaves labios rozar su hombro. Hizo un gesto de dolor cuando abrió los ojos y su cabeza comenzó a latir con fuerza. Tenía los ojos hinchados. La garganta, rasposa y dolorida de todas las lágrimas que había derramado la noche anterior.

-Nena, despierta, por favor.

La suave voz de Harry vagó por encima de sus orejas y cerró los ojos otra vez mientras otra ola de dolor se adueñaba de ella de nuevo.

-____, necesito que me mires.

A regañadientes, se medio tumbó de espaldas para poder mirarlo a los ojos. Harry hizo una mueca cuando vio su rostro. Debía de tener un aspecto realmente malo al ver su reacción.

Harry pasó los dedos por su semblante y luego se inclinó para besarla.

-Nena, sabes que lo que hice estuvo mal. No fui justo contigo ni con Ash. Ya he arreglado las cosas con él, pero tengo que hacer lo mismo contigo.

Se quedó en silencio durante un momento como si le estuviera dejando digerir las palabras. Luego continuó.

-Tengo que ir a la oficina esta mañana. A menos que quieras que me quede y hablemos ahora. Nada es más importante que tú. Pero si necesitas más tiempo, iré a la oficina, haré unas cuantas llamadas, me pondré al día con Gabe y Ash, y luego volveré para que podamos solucionar esto.

Ella asintió; tenía la garganta demasiado en carne viva como para hablar.

-Quiero que descanses, tómatelo con calma hoy -añadió gentilmente-. Cuando llegue a casa, hablaremos. Y entonces iremos a por algo de comer.


Pasaremos la noche juntos, solos tú y yo.

-Está bien -accedió ella con voz ronca.

____ volvió a ponerse de lado mientras él se alejaba de la cama. Y cerró los ojos otra vez para adentrarse en el negro vacío.

Sus pensamientos eran caóticos. Había estado pensando en la situación toda la noche. Solo una hora antes del amanecer había podido quedarse dormido por completo.

El problema era que no había nada que pudiera hacer para arreglar el conflicto que existía entre ella y Harry. O bien confiaba en ella, o no. No había solución mágica. Nada que pudiera hacer para cambiarlo. Dependía de él y si no confiaba en ella, nada de lo que hiciera o dijera podría cambiar ese hecho.

No tenía ninguna duda de que Harry estaba arrepentido de verdad por cómo se habían desarrollado las cosas la noche anterior. Pero eso no significaba que confiara en ella, ni tampoco que no fuera a ocurrir otra vez.

Lo escuchó prepararse en silencio para ir al trabajo. Cuando llegó la hora de irse, volvió a la cama y se inclinó para darle un beso en la frente. Sus labios se quedaron en contacto con su piel durante un momento, como si fueran reacios a abandonarla.

Una parte de ella no quería que se fuera. Quería que se quedara y la abrazara para poder hacer como que este problema no existía entre ellos. La otra quería que se fuera para así poder tener tiempo para ella, para aclarar sus sentimientos encontrados.

Finalmente Harry se alejó tras haberle quitado el cabello que tenía sobre el rostro y la frente. Luego se oyeron sus pasos al salir del dormitorio hasta que debido a la distancia dejaron de escucharse.

Sus ojos ardieron con más lágrimas y los cerró con más fuerza, decidida a no sucumbir otra vez. Se había pasado toda la noche alternando entre enfado y profunda tristeza. Aún no estaba segura de cuál era el claro vencedor. Sus emociones eran un lío últimamente. Entre Jack y Harry se encontraba en la montaña rusa del terror.

Estuvo dormitando y comprobaba el reloj cada vez que se despertaba. Finalmente se dio cuenta de que quería que el tiempo pasara sabiendo que Harry volvería a casa mucho más temprano de lo usual.

Incluso después de todo lo que había pasado tenía ganas de verlo.

Suspiró. ____ sabía perfectamente bien que lo perdonaría y que pasarían página. La pregunta era si Harry de verdad iba a hacer el esfuerzo de controlar su temperamento y de morderse la lengua en el futuro. Algunos dirían que ____ tendría que ser más fuerte, pero a la mierda con eso. Nadie se merecía ser desollado vivo porque otra persona se encontrara de mal humor. Problemas tenían todos. Esa no era excusa para pagarlo con los demás.

La rabia sentaba mucho mejor que el patético agotamiento que había desplegado la noche anterior. Con la rabia podría lidiar con esto. La hacía sentirse más fuerte y menos vulnerable. La desesperanza y las malditas lágrimas eran para los débiles.

Pero también estaba el hecho de que la confianza llevaba tiempo. ¿Estaba siquiera siendo justa con Harry? Se habían conocido hacía muy poco tiempo y la confianza se ganaba. ¿Qué era lo que verdaderamente había hecho para ganársela en este tiempo?

La calma la invadió. Podrían solucionar esto. La confianza no era automática. Algunas veces llevaba meses, incluso años, conseguirla por completo. Nada en su vida o en su pasado era conveniente para ganar una fe instantánea. Y Harry lo estaba intentando. Eso lo sabía sin lugar a dudas.

Su teléfono móvil sonó y ella automáticamente alargó la mano para cogerlo. Miró la pantalla LCD mientras contenía la respiración; se dio cuenta de que deseaba que fuera Harry. Frunció el ceño cuando vio el nombre de Kaden como contacto identificado.

-¿Hola?

-Señorita Willis, soy Kaden. Intenté llamar al señor Styles pero no está disponible en este momento. Solo quería hacerle saber que el señor Kingston ha vuelto al apartamento.

Ella se sentó de golpe en la cama.

-¿Jack está ahí?

-Sí, señora. Volvió hace una media hora.

Apartó las mantas a un lado y sacó las piernas de la cama.

-¿Dónde estás tú ahora? ¿Sigues allí?

-Sí, señora.

-Voy para allá. Quédate ahí, por favor. A Harry no le gustaría que fuera sola. No dejes que Jack se vaya antes de que llegue, ¿de acuerdo?

Kaden vaciló por un breve instante.

-De acuerdo. Estaré aquí y subiré con usted. Esas son las condiciones.

-Por supuesto -respondió precipitadamente-. Salgo ya.

Cortó la llamada y se apresuró a salir de la cama para vestirse. Tenía un aspecto horrible pero no iba a perder tiempo duchándose e intentando tener mejor apariencia. Puede que Jack no se quedara allí durante mucho tiempo. ¿Quién sabía en lo que estaba pensando?

Unos pocos minutos después, bajó al vestíbulo y le pidió al portero que llamara a un taxi. Veinte minutos más tarde, llegaba al complejo de apartamentos. Kaden la estaba esperando justo fuera de la entrada principal.

-¿Aún sigue aquí? -preguntó sin aliento mientras se acercaba corriendo a la puerta.

-Sí. Subiré con usted. Le dejé un mensaje a la recepcionista del señor Styles, pero me dijo que estaría en reuniones a puerta cerrada todo el día.

-Sí -murmuró ____ mientras se montaban en el ascensor-. Está bastante ocupado esta mañana.

Usó su llave para entrar en el apartamento y Kaden la acompañó, quedándose a su lado.

-Jack -susurró cuando lo vio de pie junto a la isla de la cocina.

La cabeza de Jack se alzó y sus ojos reflejaron sorpresa cuando la vio.

Ella voló hasta él y lo abrazó con fuerza.

-Jack, he estado muy preocupada. ¿Dónde has estado? ¿Por qué no has llamado? ¿Por qué dejaste que pensara lo peor?

Jack se separó y le regaló una sonrisa torcida. Tenía un aspecto horrible. Estaba más pálido y más delgado. Más cadavérico. Y tenía dos manchas oscuras en los párpados inferiores que le dijeron que no había dormido en no sabía cuánto tiempo.

-Tenía cosas que hacer, nena. Te lo dije.

La ira se apoderó de su cuerpo.

-¡Eso son tonterías! Tenías un buen sitio donde quedarte. Harry hizo esto por ti. Todo esto. Y tú no te has parado siquiera a pensar que estaba muerta de preocupación por ti.

Los ojos de Jack se volvieron más decaídos.

-Él no hizo esto por mí, nena. Lo hizo por ti y ambos lo sabemos.

-¿Importa por quién lo haya hecho? -gritó.

-Sí, sí que importa.

Ella se giró, agitada, y miró hacia donde Kaden se encontraba con una expresión indescifrable.

-¿Puedes dejarnos un poco de privacidad?

Kaden no parecía muy alegre ante esa petición.

-No me hará daño -dijo, exasperada-. Puedes quedarte fuera. No habrá forma de que ninguno de los dos se vaya a ningún sitio si estás guardando la puerta.

Kaden bajó los hombros y luego de mala gana se fue hasta la puerta, salió y luego la cerró a su espalda. Seguidamente ella se volvió a girar hacia Jack.

-¿Qué demonios pasa contigo Jack? ¿Qué pasa con las drogas? ¿En qué estás metido?

Una expresión desalentadora se reflejó en los ojos de Jack.

-Deja que te prepare una taza de chocolate caliente. Yo ya me he preparado una. Podemos hablar entonces. Tienes frío y odio decir esto, nena, pero tienes un aspecto horrible. ¿Styles no está cuidando de ti como prometió?

La acusación en la voz de Jack solo la cabreó más. Comenzó a preparar la otra taza de leche con cacao y la dejó junto a la suya para añadirle la mezcla mientras ella se quedaba allí de pie, molesta.

-Harry está cuidando de mí perfectamente. No estamos hablando de mí. Estamos hablando de ti. Tienes la oportunidad de hacer algo mejor con tu vida. ¿Por qué estás tan decidido a no aprovecharla? Harry está dispuesto a dejar que estés aquí todo el tiempo que necesites. Puedes conseguir un trabajo de verdad. Salir de la vida en la que estás ahora.

Jack terminó de remover el chocolate y luego se giró hacia el fregadero para dejar la cucharilla dentro y luego recogió la leche. ____ cogió una de las tazas de la mesa y caminó hacia el salón para sentarse en el sofá. Estaba enfadada y necesitaba controlarse. Pero la estaba carcomiendo. Este no era el Jack que ella conocía. Parecía darle igual lo que le ocurriera de una forma u otra. Le enfurecía saber que tenía una oportunidad para ser mejor ahora y que la estuviera simplemente mandando a tomar viento.

Le dio un sorbo al chocolate y permitió que dejara un cálido rastro por su garganta hasta llegar al estómago.

Jack vino y se sentó frente a ella en el sillón con su propia taza en las manos.


Pero no bebió. Solo se la quedó mirando con ojos tristes.

-No te puedes preocupar por mí ahora, ____. Tienes una vida. Un hombre que se preocupa por ti. Tienes que centrarte en eso y dejar de preocuparte por mí.

Ella soltó un ruido de exasperación y vació la mitad de la taza.

-No puedo simplemente dejar de preocuparme por ti, Jack. Me he estado preocupando por ti durante demasiados años. Eso no se va porque mis circunstancias hayan cambiado. ¿Por qué no te preocupas más de ti mismo?

-Vine porque había planeado llamarte por teléfono desde aquí -dijo con voz queda-. Quería decirte adiós.

La señal de alarma se extendió por su espalda.

-¿Adiós? ¿Adónde te vas?

-Fuera -dijo simplemente, sin añadir nada más.

____ terminó el chocolate caliente y dejó la taza de nuevo en la mesita con un golpe.

-¿Dónde? -insistió-. ¿Cuáles son tus planes? No lo hagas, Jack. Por favor, te lo suplico. Quédate aquí. Te ayudaré a encontrar un trabajo. Puedes tener una buena vida. Puedes darle la vuelta a todo. Por favor, te quiero.

Él le dedicó una mirada llena de ternura.

-Tú no me quieres, ____. No como lo quieres a él. Veo cómo es él contigo. Te mereces eso. Te mereces más de lo que yo podré ofrecerte nunca. Que tú seas feliz ya es suficiente para mí. Eso es todo lo que siempre he querido.

-Solo porque lo quiera a él no significa que lo que siento por ti sea menos importante -dijo con énfasis-. Es una clase de amor diferente. Tú eres mi hermano, Jack. Mi familia.

-Yo no soy tu hermano -respondió él con un hilo de voz.

Fue entonces cuando ella se dio cuenta. Le llegó de repente y se preguntó cómo había podido estar tan ciega. Inspiró hondo y la habitación comenzó a darle vueltas en la cabeza. Parpadeó para deshacerse del repentino mareo pero el salón seguía girando a su alrededor. Frunció el ceño y sacudió la cabeza para aclararse.

-Tienes sentimientos hacia mí -susurró-. No me ves como a una hermana.

-Ahora te das cuenta -dijo con un deje de amargura en la voz.

Ella bajó la cabeza y cerró los ojos pero luego le costó la vida volverlos a abrir. Dios, ¿qué le estaba pasando? De repente no podía pensar con claridad, no podía siquiera pronunciar las palabras que quería decir.

-Lo siento mucho, Jack -sus palabras fueron torpes y sentía la lengua demasiado grande en su boca-. Nunca lo supe. Nunca me di cuenta... Amo a Harry. Lo amo total y completamente. Te quiero a ti, por supuesto, pero no de esa manera. Lo siento mucho. Nunca tuve intención de hacerte daño.

La habitación estaba empezando a quedarse en blanco a su alrededor.

____ intentó ponerse de pie pero sus piernas no querían cooperar. Se tambaleó y se puso de pie con ayuda de sus manos. Vio la mirada llena de alarma de Jack y luego un miedo atroz se apoderó de sus ojos. Bajó la mirada para mirar su taza de chocolate caliente y luego alargó la mano para coger la de ella. Blasfemó cuando la encontró vacía.

-¿Jack?

Salió como un gimoteo. Algo iba mal. Terriblemente mal.

-No me encuentro muy bien -susurró.

Lo último que vio fue a Jack lanzarse hacia ella, pero no llegó a tiempo. Se cayó al suelo y el mundo se volvió negro.


Mi Fervor (02)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora