Harry se lanzó a por ____, pero la joven se le escapó de las manos en una carrera loca y errática hasta el ascensor. La maldita mujer no tenía siquiera los zapatos puestos. ¿Adónde pensaba que iba?
La puerta del ascensor se abrió al instante y él se apresuró hacia delante con el brazo estirado para prevenir que se volviera a cerrar. Se le escapó por cinco centímetros.
Quería darse de golpes en la cabeza contra la maldita pared. Pero en cambio cogió el teléfono y llamó a la portería.
-Soy Harry Styles -informó con calma-. Una mujer está bajando en el ascensor. No lleva zapatos. No la deje salir del edificio bajo ninguna circunstancia. Bajaré tan pronto como el ascensor vuelva a llegar a mi planta.
-Sí, señor -respondió el portero tajantemente.
Satisfecho porque _____ no se iba a escapar, pulsó el botón de llamada al ascensor con fuerza y esperó a que este volviera a subir. Mientras lo hacía, procesó todo lo que _____ le había contado.
Estaba enfrentándose a una difícil batalla. _____ no pensaba que fuera merecedora de él, lo cual tenía gracia. Él tampoco era un santo. Tanto él como Ash se habían follado a medio Manhattan y por ninguna otra razón más que porque querían hacerlo.
¿Cómo demonios podía juzgar a _____ por usar el sexo como mecanismo de evasión cuando él esencialmente había hecho lo mismo? Y _____ había tenido una vida mucho más dura que él. Ella al menos tenía una excusa. Harry no podía decir lo mismo.
Las puertas del ascensor se abrieron y Harry se precipitó al interior mientras presionaba con ímpetu repetidas veces con el pulgar el botón de la planta baja.
La situación con Jack era más complicada, pero no insuperable. Todo lo que tenía que hacer era mantener a _____ fuera del asunto y asegurarse de que estaba a salvo. Tendría que pasar por encima de su cadáver si quería ir a salvar al maldito Jack. Ella no lo había dicho, no lo había admitido, pero Harry había visto la verdad en sus ojos. Esa aplastante tristeza que acompañaba a la comprensión de que había sido traicionada por alguien a quien amaba y en quien confiaba.
Jack la había lanzado a los lobos. El capullo la había usado como garantía para un dinero que no tenía intención de devolver. Harry se vio asediado por la urgencia de querer ir tras ese imbécil y tomarse la justicia por su propia mano, literalmente.
Cuando el ascensor llegó por fin a la primera planta, Harry se apresuró a salir y miró a derecha e izquierda en busca de _____. Para su alivio, la joven estaba sentada en un rincón del vestíbulo con el portero y el guardia de seguridad flanqueándola.
Una sonrisa se dibujó extrañamente en sus labios cuando vio que tenía en las manos una taza de café y que el portero había entablado conversación con ella. Como si ver a una mujer descalza deseando salir de un edificio en pleno invierno fuera una ocurrencia diaria.
Los ojos de _____ cayeron sobre él cuando lo vio acercarse y el miedo se instaló en esos brillantes ojos azules. Harry sintió como si alguien le hubiera dado un puñetazo en las entrañas. Le tenía miedo.
-_____ -dijo con calma-. Volvamos arriba y dejemos que estos dos caballeros sigan con su trabajo.
Luego se dirigió a los dos hombres y dijo:
-Gracias por cuidar de mi _____. No quería que saliera fuera con el frío que hace tal y como va vestida.
-No, por supuesto que no, señor -dijo el portero vigorosamente. Luego sonrió cálidamente a _____-. Fue un placer conocerla, señorita Willis. Espero volver a verla pronto. Si alguna vez necesita cualquier cosa, no dude en llamarme.
-Gracias, Roger -contestó con una sonrisa.
Harry levantó una ceja. Él había vivido aquí durante un tiempo y nunca había tenido la ocasión de conocer el nombre del portero. Se sintió avergonzado de ese hecho teniendo en cuenta que ella había averiguado el nombre de Roger en menos de cinco minutos.
El guardia de seguridad asintió cortésmente a Harry y luego sonrió en dirección a _____ antes de volver a su puesto de trabajo. ____ suspiró, se puso de pie y le entregó la taza a Roger.
-Gracias -le dijo de nuevo-. Fue estúpido por mi parte. Gracias por pararme y ser tan amable.
Harry cogió la mano de ____ y tiró de ella hasta llevarla al ascensor. No dijo nada más durante todo el trayecto hasta el ático. Solo la acercó a él y la mantuvo bien cerca de su costado. Le gustaba sentirla junto a él, tan suave y maleable. Un complemento perfecto para su propio cuerpo, que era mucho más duro.
Pero luego frunció el ceño cuando se dio cuenta de que era dócil porque estaba... derrotada.
Oh, ni hablar. ____ no iba a volver a su apartamento como un cachorrito maltratado.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, le levantó el mentón para forzarla a mirarlo a los ojos.
-Vas a entrar en el apartamento con la cabeza bien alta y los hombros echados hacia atrás -le dijo-. No derrotada ni asustada. Esta es tu casa. Tu santuario. Este es el único lugar, más que ningún otro, donde estás completamente a salvo del mundo exterior. De cualquier juicio y de que te hagan daño. ¿Lo entiendes?
Ella se lo quedó mirando durante un rato, sus ojos estaban serios y pensativos. Pero lo que más le dolió a Harry fue que por un breve instante la esperanza se hizo eco en ellos y rápidamente después desapareció. Como si fuera un concepto tan extraño para ella que no se permitía experimentarlo.
Entonces finalmente asintió y susurró:
-Lo entiendo.
Harry la besó en la frente y la sintió temblar.
-No, no lo entiendes, nena. Pero lo harás. Te lo prometo.
Tiró de ella hasta el apartamento y dejó que las puertas del ascensor se cerraran detrás de ellos. ____ parecía cansada tanto física como emocionalmente. Era relativamente temprano según sus estándares, pero en ese momento no podía pensar en nada que le gustara más que llevársela a la cama y dejarla dormir en sus brazos. Quería que se sintiera protegida. Segura. Y más importante aún, querida. Como si ella de verdad importara.
____ no tenía ninguna experiencia en ninguna de esas cosas, y era más que evidente en esos dolorosos recuerdos que tenía de su infancia y de sus años adultos. Harry no podría cambiar su pasado, pero podía asegurarse de cambiar su presente y alterar el curso de su futuro.
-Vayámonos a la cama. Estás agotada -decidió Harry.
Ella levantó la mirada nerviosamente hasta la de él. Tenía los ojos muy abiertos, lo que le daba una apariencia torturada. Estaba demasiado delgada pero su belleza... brillaba como un haz de luz. Había algo en su rostro y en sus ojos que era irresistible. Harry no podía explicar por qué se había sentido tan inexorablemente atraído hacia ella esa primera noche que la había visto al otro lado de la sala en la fiesta de Mia, pero había sabido incluso entonces que ella era suya.
-Nena, no voy a lanzarme sobre ti -murmuró.
Harry le cogió las manos y le acarició las palmas con sus pulgares con movimientos suaves y circulares.
____ tragó saliva y luego asintió.
-Estoy cansada.
-Estás agotada -repitió él.
Aún con las manos entre las suyas, Harry la guio hasta su dormitorio y una vez allí, cerró la puerta a sus espaldas. Luego se giró y cogió el borde de la camiseta de ____ y comenzó a levantársela para quitársela por la cabeza.
Ella le sujetó el brazo con los ojos llenos de alarma.
Harry esperó un momento y la miró intensamente a los ojos.
-Nena, en esa cama no habrá nada que nos separe. Ni la ropa, ni barreras, ni nada. Dije que no iba a lanzarme sobre ti, y es cierto. No te voy a mentir. Pero no vas a llevar nada de ropa puesta. Además del hecho de que no te hacen justicia, cada vez que duermas en mi cama estarás desnuda.
-Me entrará frío -contestó ella frunciendo el ceño.
Él sonrió ante la rápida excusa y el intento de mantener esa barrera entre ellos. Ella aprendería dentro de poco que él no permitiría que hubiera ninguna barrera entre ellos.
-Yo te mantendré caliente.
____ se mordió el labio con consternación y luego suspiró mientras bajaba el brazo en señal de rendición.
-Recuerda -continuó suavemente-. No entras aquí derrotada y abatida. Mantén la cabeza bien alta. Que te sometas a mí no significa que seas nada menos. Yo soy un capullo controlador. No hay duda sobre ello. Pero lo último que quiero es que seas una marioneta sin cerebro.
La confusión nubló sus preciosos ojos azules.
-Supongo que no entiendo nada de esto. Estoy confundida, Harry. Esto me resulta muy... abrumador.
Él la besó en la nariz y lentamente tiró de la camiseta hacia arriba.
-Tenemos todo el tiempo del mundo. Quiero que confíes en mí. Mientras seas capaz de hacer eso, todo irá bien. Yo cuidaré de ti y nunca haré nada que te pueda abrumar.
-¡Pero acabo de decir que lo estoy! -protestó.
Harry sonrió y terminó de quitarle la camiseta, dejando así sus pechos -y sus moratones- a la vista.
-Solo quiero tenerte desnuda. Abrumador sería que te fuera a follar esta noche. Eso ya vendrá mañana. Hoy es para que te adaptes a estar aquí.
Ella se quedó boquiabierta.
-¿Y no consideras que eso sea abrumador?
-No.
-Claramente tú y yo tenemos opiniones diferentes sobre lo que significa abrumador -murmuró ____.
-Así me gusta -dijo él con satisfacción.
Ella levantó una ceja mientras él comenzaba a bajarle la cremallera de los vaqueros.
-Que seas atrevida. Tienes fuego dentro, ____. No lo has perdido. Eres inmensamente perfecta para mí.
-Estás loco -murmuró otra vez-. O quizás yo soy la loca.
-Mientras estemos juntos, me parece bien.
____ lanzó las manos al aire mientras él le bajaba los pantalones por sus piernas.
-Siempre te sales con la tuya de verdad, ¿no es así?
Él sonrió otra vez y la ayudó a quitarse los pantalones.
-Ya te lo dije. Nada que merezca la pena va a ser fácil, nena. Y las cosas no se consiguen sin luchar por ellas -se inclinó hacia delante y rozó el moratón de las costillas con los labios-. Te lo advierto. Voy a luchar por ti y no tengo ninguna intención de perder.
Cuando volvió a levantar la cabeza, vio cómo la esperanza brillaba de nuevo en sus ojos, aunque esta vez sí se quedó ahí. Lo estaba mirando con asombro y con todo el cuerpo temblándole. Pudo ver entonces que por fin estaba calando en ella que esto era real y que él iba completamente en serio.
-Quítate la ropa interior -le ordenó.
Esta vez ella no opuso resistencia. Hubo un breve instante de vacilación cuando deslizó los pulgares por debajo del borde de la sedosa tela, pero un momento después las braguitas cayeron al suelo y ella las apartó con los dedos del pie.
-Sube a la cama y espérame ahí -dijo con voz suave pero firme-. Voy a ducharme y vengo. Ponte cómoda. Ah, y... ¿____?
Ella alzó la mirada para encontrarse con la suya como respuesta a su llamada.
-No intentes ir a ninguna parte. He bloqueado el ascensor e incluso si te las ingeniaras para llegar abajo, no te dejarán salir sin mí.
-¿Soy una prisionera entonces? -preguntó con voz ronca.
Harry sonrió.
-Nunca. Pero haré lo que tenga que hacer para garantizar tu seguridad. Incluso si significa que me tenga que asegurar de que no te vas mientras estoy en la ducha. Ahora métete en la cama para que no cojas frío. Ajustaré la calefacción.
Dejándola ahí de pie, Harry se dirigió al cuarto de baño y abrió el agua de la ducha. Le estaba dando tiempo para entrar en la cama ella sola y unos pocos minutos para que se tranquilizara a propósito antes de que él se le uniera.
Iba a necesitar mucha paciencia, mucha más de la que estaba acostumbrado a darle a una mujer. Antes, si esta no estaba completamente metida en el tema, cortaba el contacto con rapidez. Él sabía lo que quería y no tenía ningún deseo de liarse con una mujer que no le daba exactamente lo que él pedía.
_____ también iba a requerir mano firme, y eso a él no le importaba lo más mínimo. Se deleitaba en el pensamiento de cuidar de ella, y la joven terminaría por aprender lo que él esperaba de ella, y Harry disfrutaría de cada minuto que le otorgara su protección y cuidado. Y con el tiempo ella también lo haría.
Había cosas de las que tenía que ocuparse. Mentalmente repasó la lista mientras se duchaba rápidamente. La seguridad era su prioridad máxima. No podía permitir tener a ____ desprotegida cuando esos cabrones no tenían ningún reparo en ir tras ella por el dinero que Jack les debía.
Y también necesitaba ropa y zapatos. Estaba el problema del apartamento de Mia, aunque Harry sabía que iba a pasar muy poco tiempo allí. Estaba tentado de instalarla en su apartamento, pero no quería abrumarla tanto desde el principio.
_____ necesitaba tener cierta independencia antes de que Harry tomara el control por completo, aunque ya de por sí controlara todos los aspectos de esa independencia. Era un poco retorcido -bueno, vale, muy retorcido- pero él quería que ____ volviera a recuperar su confianza. Que tuviera al menos la percepción de tomar sus propias decisiones aunque estas fueran en un ambiente completamente seguro.
Tendría su propio espacio. Tendrían citas. La ducharía con afecto. Pasarían tiempo juntos, y, al final, cuando ella estuviera más segura de cuál era su papel en la vida de Harry, la trasladaría a su apartamento. ¿A partir de ahí? Ni idea, eso era lo más lejos que había llegado. Y él sabía que hasta ese día en el que ella viviera con él no se iba a quedar tranquilo.
Hasta entonces tenía que asegurarse de que los problemas de ____ desaparecieran. Frunció el ceño mientras salía de la ducha para secarse. Jack era un gran problema. Ella sentía mucha lealtad hacia él y ese tipo no era nada bueno. No podía permitir que Jack interfiriera en su vida y que la pusiera en peligro, lo que significaba que Harry tendría que romper esa dependencia. Y eso a ____ no le iba a gustar.
Sin molestarse en vestirse, se enrolló una toalla en las caderas y salió del cuarto de baño.
Su mirada se suavizó y una sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio que ella ya estaba dormida profundamente. Tenía la cabeza apoyada en la almohada, o mejor dicho, en medio de todo el montón de almohadas y estaba bien acurrucada bajo las mantas. Estas le llegaban hasta la barbilla y las pestañas descansaban delicadamente sobre sus mejillas.
La imagen que tenía frente a él era perfecta. ____ pertenecía a su cama. Nunca se había sentido tan satisfecho por el hecho de que una mujer estuviera en su cama. Esto estaba bien, ella era lo que necesitaba.
Dejó que la toalla cayera al suelo y luego cuidadosamente apartó las mantas lo suficiente para poder deslizarse dentro. Ella se removió ligeramente y dejó escapar un sonido adormilado que rozó agradablemente sus oídos. Harry la atrajo hacia él, la rodeó con sus brazos y luego recolocó su cabeza sobre su hombro.
Pasó una pierna por encima de las de ella para que estuviera completamente pegada a él y luego, y solo entonces, se relajó y se quedó dormido abrazado a ella.