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____ recorrió la última manzana hacia su apartamento, insensibilizada. Insensibilizada del frío. De la incesante lluvia que había empapado su ropa. No había llegado muy lejos con el taxi. No le había quedado mucho dinero suelto de cuando había ido a comprar. Así que había caminado y caminado, confusa y con un dolor que le atravesaba el corazón.

Harry tenía derecho a estar enfadado. Eso no se lo refutaba. Pero no le había dado siquiera la oportunidad de explicarse. Había estado tan furioso, y luego le recordó que él era el propietario del apartamento. Que ella estaba allí debido a su generosidad. Le recordó que no tenía nada. Nada más que la desesperanza de la situación de ambos.

Él no confiaba en ella. Se lo había dejado más que claro. Y ella no podía mantener una relación donde él pensara lo peor de ella a cada cosa que pasase. Nunca podría superar eso. Sin importar lo mucho que lo intentara ni lo mucho que se entregara a él, nunca conseguiría hacerse un hueco en su confianza.

No estaba segura siquiera de por qué había vuelto, pero necesitaba sus cosas. Se llevaría ropa. Obviamente no se la iba a llevar toda, pero sabía que necesitaba el abrigo. Y los vaqueros y las camisas. Podría llevarse la comida que había comprado para Jack y luego quizás esperar a que él volviera. ¿Habría vuelto ya? ¿Se lo habría perdido? Al menos tendrían algo que comer durante un tiempo. Podría mirar en los centros de acogida que frecuentaba y quizás, a lo mejor, uno de ellos tendría una cama libre.

O quizá debería llamar a Harry. Intentar explicárselo. Se merecía al menos eso. Necesitaba saber por qué nunca podría darle la espalda a Jack. Ella nunca se lo había explicado por completo. Nunca había compartido esa parte de sí misma.

¿Lograría entenderlo? ¿Podría llegar a entenderlo?

¿Qué bien haría si no iba a confiar en ella nunca?

Cuando entró fatigosamente en el edificio de su apartamento, el portero pareció alarmarse. Ella le hizo un gesto con la mano para que no se preocupara y se dirigió al ascensor. Solo quería estar en algún lugar cálido y seco, aunque fuera por un rato.

Tenía que haber alguna forma de arreglar esto. Harry era lo mejor que había tenido en la vida. Lo único bueno e intachable. Ella no quería que los problemas de Jack tocaran a Harry. Harry no se lo merecía. Él se merecía a alguien sin las manchas que ella llevaba en el alma. Alguien en quien poder confiar totalmente. Y era posible que ella ni siquiera lo culpara por la desconfianza que se había instalado entre ellos. Ella quería su confianza, quería que él tuviera fe en ella, pero en realidad, con todo lo que sabía y conocía de ella, ¿era siquiera razonable pedirle que lo hiciera con tanto fervor?

Una ola de tristeza se apoderó de ella y la abrumó. ____ no quería ser esa persona que había sido durante mucho tiempo. Quería ser alguien merecedor de amor y confianza. Quería a alguien que creyera en ella. Había pensado que Harry podía ser esa persona, pero había estado equivocada.

Entró en el apartamento y se fue directamente a la cocina en un intento de prepararse un chocolate caliente. Cuando abrió el armario donde se encontraban las tazas, su mirada se posó en el tarrito de pastillas que Jack le había dejado. Por un momento bastante largo simplemente se lo quedó mirando. Y luego, como si estuviera aturdida, alargó la mano y lentamente rodeó el tarrito de plástico con los dedos.

Lo bajó y lo depositó sobre la mesa, frente a ella. Una pastilla. Solo una haría que las cosas fueran más manejables. La transportaría a un lugar más cálido y feliz. Le daría ese sentimiento de bienestar. Le daría la confianza en sí misma y un subidón más que necesario para poder tomar decisiones.

Se la llevaría de esta horrible realidad a la que estaba enfrentándose. Y lograría que sobreviviera a la inminente confrontación con Harry.

Antes de que pudiera pensar mejor en ello, abrió el frasco con las manos temblorosas y sacó una pastilla. ¿O debería tomarse dos? Había pasado un tiempo. Una eternidad, parecía, sin haberse tomado ninguna. Probablemente una la dejaría atontada. Dos la dejarían inconsciente.

Devolvió la segunda al tarro y se metió la otra en la boca. Cogió un vaso y lo llenó de agua. Se lo llevó a los labios y sorbió la cantidad suficiente de líquido para poder tragarse la pastilla. Y luego se quedó petrificada.

Oh, Dios. Oh, Dios. ¿Qué estaba haciendo?

Escupió el agua y la pastilla forzosamente en el fregadero mientras se agarraba al borde del mismo y los sollozos comenzaban a brotar de su pecho. ¿Qué era lo que casi había hecho?

Con rabia, cogió el tarrito y lo vació de pastillas por el desagüe al mismo tiempo que abría el grifo para que el agua se las llevara. Luego arrojó el tarro hasta el otro lado de la cocina y lo oyó caer al suelo. Entonces enterró el rostro en sus manos y lloró.

Oh, Dios. No podía hacerlo. Otra vez no. Nunca más.

Tenía que parar esto ahora. No era bueno para ella. Si su relación con Harry la iba a llevar a eso, tenía que terminarla. No podía hacerse esto a sí misma. No después de haberse esforzado tanto y durante tanto tiempo para levantar su vida y superar la adicción.

Puede que ____ no tuviera mucho, pero al menos ahora su vida significaba algo.

Sin cambiarse, se apresuró hacia la puerta sabiendo que tenía que enfrentarse a Harry ahora antes de que perdiera todo el coraje. Tenía que romper y decirle que se iba del apartamento. Tenía que enfrentarse a Harry y cortar con él cara a cara.

No le iba a dejar que se preguntara cuál iba a ser su destino o qué era lo que estaba haciendo. Volvería a su apartamento y le diría adiós. Y luego volvería a su vida. Puede que no fuera la mejor, pero era una que podía vivir con su orgullo y cordura intactos.

Al recordar que no tenía más dinero suelto en el bolsillo, volvió al cajón y lo sacó todo. Lo que le sobrara del taxi se lo devolvería a Harry. No iba a coger más de lo que fuera estrictamente necesario. Luego se acordó de que la mochila de Jack seguía en el sofá, así que se la echó al hombro antes de salir del apartamento.

Cuando llegó al vestíbulo, el portero parecía alarmado.

-Señorita Willis, ¿adónde va? Creo que sería mejor si esperara aquí.

Mi Fervor (02)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora