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Harry tuvo que soltarla y retroceder para poner distancia entre ellos. Respirar le dolía. Tenía el pecho tan tenso que parecía que lo estuvieran sujetando con tornillos.

Tenía que calmarse.

Lo primero era lo primero. Antes de que pudiera funcionar o que su relación evolucionara... joder, había sido paciente durante una semana. Sí, no era mucho tiempo, ¿pero para él? Podía haber sido perfectamente un año. Nunca había esperado tanto tiempo para tener algo que quisiera. Pero antes de que pudiera soltar los términos de su relación, tenían que discutir la razón por la que se había ido, sin ningún tipo de protección, y sin decirle nada a nadie.

Eso le volvía loco. Por el espacio de unas pocas horas había estado fuera de su control. Más allá de su habilidad para darle lo que necesitaba, para protegerla. Aún no podía revivir esas horas en la cabeza sin perder la cordura.

Quizás Ash tenía razón. Quizás estaba completamente obsesionado. Pero «obsesión» parecía ser un término demasiado suave para lo que pensaba y sentía con respecto a ____.

¿De dónde salía? ¿Era así cómo se sentía Gabe con Mia? ¿Por qué había perdido el control con ella y por qué había estado tan decidido a que nadie se interpusiera entre ellos?

Harry no tenía una explicación. Algunas cosas simplemente eran tal cual, como esta obsesión que tenía con ____. No iba a luchar contra ella. Maldición, no podía. Estaba completamente a su merced en lo que a ella se refería, y perdía toda razón. Ni siquiera tenía la capacidad de tomar decisiones racionales.

Señor, si esto era lo que el amor y las emociones le hacían a un hombre, no estaba seguro de quererlo. Pero quería a ____. Con cada aliento. Con cada pensamiento coherente. La quería y no iba a dejarla marchar sin haber luchado primero por ella.

-¿Estás bien? -le preguntó cuando tuvo mayor control de sí mismo.

Él se la quedó mirando y buscó algún signo que le indicara que estaba herida o aturdida. Pero todo lo que vio fue inseguridad mientras temerosa lo observaba con ojos heridos y grandes. Dios. Había pensado que la estaba echando cuando él era el que pensaba que lo había abandonado a él.

-Estoy bien -dijo en voz baja-. Harry, lo siento. Sé que lo que hice fue estúpido.

-¿Estúpido? Sí. Eso lo describe bien. Dios, ____. ¿Te haces alguna idea de lo que podría haber pasado? Sé que has vivido en esas calles y que es solo por la gracia de Dios que no te hayas convertido en una estadística más de una ciudad llena de malas estadísticas. ¿Por qué lo hiciste? ¿Dónde fuiste? ¿Qué pensabas que estabas haciendo?

Ella se hundió en el sofá como si las piernas no quisieran sostenerla más. Las manos le temblaban y se quitó el abrigo para dejarlo seguidamente en el butacón que tenía a su lado. Harry no se podía sentar todavía. No se había calmado lo suficiente. Así que se puso a andar arriba y abajo frente a ella, expectante.

-Tenía que encontrar a Jack -dijo con voz queda.

-Jack.

La palabra sonó explosiva en el salón. Maldito Jack. Había arriesgado su vida porque tenía que encontrar a Jack. Un hombre que la había lanzado a los lobos. A quien no le importaba ella lo más mínimo cuando había pedido dinero que sabía que no podía devolver y luego la había dejado con el marrón.

-Tenías que encontrar a Jack -repitió.

-Estaba preocupada -dijo, casi suplicante-. Es todo lo que tengo, Harry. Y con esos hombres...

Harry resopló profundamente.

-Exacto, ____. Precisamente por esos hombres es exactamente por lo que no deberías haberte ido sola. ¿No se te ocurrió contármelo? ¿Contárselo a Kaden y Trevor, que están contratados para protegerte? ¿Piensas que los contraté porque sí? ¿Crees que tengo por costumbre contratar seguridad profesional para seguir a la gente que no me importa?

Ella bajó la mirada y Harry continuó; necesitaba sacarse toda la furia de encima y las imágenes de ella tirada en la acera, sangrando.

-Y él no es lo único que tienes. Me tienes a mí.

____ volvió a levantar la mirada, con los ojos llenos de tristeza.

-No me refería a eso de esa forma, Harry. Por favor, créeme. Sé que puedo parecer muy desagradecida. No tenía intención de hacerte sentir como si no fueras importante. Solo me refería a que él es la única familia que tengo. Durante mucho tiempo, solo hemos estado él y yo.

-Él no es tu hermano -dijo Harry con tensión, haciendo referencia al otro problema que lo había estado molestando desde que Ash le había dado esa información.

Maldita sea, la advertencia de Ash no hacía más que repetírsele en la cabeza una y otra vez. ¿Estaba tomándole el pelo ____? ¿Estaba siendo la víctima de una trama montada por dos amantes de la calle para aprovecharse de él? Mirándola fijamente a los ojos no parecía que fuera así. Pero bueno, a lo mejor era una actriz maravillosa. No había culpa en su expresión mientras revelaba que sabía que Jack Kingston no era su hermano. O quizás él estaba viendo solo lo que quería ver.

Solo había tristeza.

-¿Estás jugando conmigo, ____? -preguntó en un tono tan bajo que denotaba peligro-. ¿Es esta una trama que tenéis montada tú y Jack? ¿Le diste el dinero que te dejé?

El poco color que tenía en el rostro de repente se esfumó. Era tan desolada la mirada que se instaló en sus ojos; estaba llena de completa desolación y absoluta culpabilidad. En ese momento supo que había estado terriblemente equivocado de siquiera sugerir tal cosa, incluso aunque nunca se lo hubiera tragado, para empezar. Lo había dicho debido al miedo, a la ira y a su frustración. Había sentido la necesidad de replicarle mordazmente, de hacerle sentir, solo por un momento, lo que él estaba sintiendo. Se arrepintió por completo mientras la veía titubear, con el rostro pálido como si le hubiera dado una bofetada.

____ se puso de pie inestable ya que las rodillas le temblaban. Casi se cayó al suelo y Harry se lanzó a por ella pero ____ se echó hacia atrás, el color había abandonado sus mejillas. Su expresión lo asustó. Más que su desaparición. Más que la idea de que estuviera jugando con él. Sus ojos se veían atormentados y traicionados, tan heridos que Harry se preguntó si volvería a recuperarse de nuevo.

Con paso vacilante caminó hacia la cocina, sus andares eran como los de una persona mayor. Sus hombros estaban hundidos en una postura de derrota y su mirada esquiva. Tenía los brazos sobre su vientre como si se estuviera defendiendo de un puñetazo en el estómago.

Harry la observó con creciente miedo mientras abría uno de los cajones de la cocina. Un momento más tarde, sacó un sobre que le resultaba bastante familiar. El sobre del banco que le había dado cuando había sacado el dinero. Dentro había varios miles de dólares en billetes, mayormente de veinte. Se lo había entregado lleno hasta reventar, y aún seguía así.

Lo trajo hasta donde él estaba pero no lo miró a los ojos ni una vez. Se lo tendió, la mano le temblaba tanto que Harry se la cogió para que parara. Cuando ella intentó deshacerse del agarre, él la asió con más fuerza y la mantuvo ahí temiendo que si la dejaba ir nunca la volvería a recuperar.

-Usé cien dólares -susurró-. Lo siento. Cogí un taxi hasta el centro de la ciudad. Pensé que sería más rápido. No quería desaparecer por mucho tiempo porque sabía que te preocuparías. Así que cogí un taxi hasta allí y luego volví. Dejé propina. Quizá no debería haberlo hecho. Pero sé lo que es necesitar dinero y los taxistas no siempre consiguen una buena propina.

Estaba balbuceando. Lo hirió escuchar en su voz el dolor que había causado su juicio erróneo.

-Nena -susurró.

Él la estrechó entre sus brazos, pero ella estaba rígida como un palo.

-Nena -repitió-. Dime por qué te fuiste. Dime por qué no pudiste contármelo.

Incluso mientras hablaba, retrocedió con ella entre sus brazos. Se dejó caer en el sofá con ella sentada en su regazo. La rodeó con ambos brazos para que no pudiera levantarse, y, a juzgar por su expresión, aún tenía mucho camino por recorrer para hacer que se quedara por voluntad propia donde se encontraba.

-Tenía que decirle que tuviera cuidado -susurró-. No quería que esos hombres le hicieran daño y sabía que no podría pagarles. Y tenía que decirle... lo nuestro. Se preocuparía cuando no me viera. Yo básicamente desaparecí y no quería que pensara que estaba muerta o que simplemente había pasado página y lo había abandonado.

Harry sabía que el problema ya estaba resuelto pero no ____. Y ahora tenía curiosidad -una curiosidad genuina- por saber por qué había dejado el sobre lleno de dinero aquí. Había suficiente en ese sobre como para haber pagado la deuda de Jack y aun así lo había dejado en el apartamento.

-Había suficiente dinero en ese sobre como para pagar la deuda de Jack - dijo Harry con voz queda.

La suya era un mero susurro.

-Sí, lo sé.

-¿Por qué no se lo llevaste?

Ella se tensó otra vez, pero cuando él no dijo nada más, sus hombros se desplomaron y lo miró con ojos llenos de decepción.

-Nunca haría eso -dijo suavemente-. No era mi dinero. No lo habría cogido para pagar la deuda de Jack. Jack se metió él solo en esa situación. Si yo tuviera el dinero, se lo daría. Sin reservas. Lo que es mío es de él. Pero ese dinero no era mío. Yo nunca me aprovecharía de ti de esa forma. Tú has sido muy bueno conmigo, Harry. No quiero pagarte esa amabilidad con mentiras aunque lo que haya hecho hoy ha sido justo eso.

Harry suspiró.

-La deuda de Jack está saldada. Los hombres ya no están interesados en ti o en Jack. Tienen su dinero y eso es todo lo que querían. Por ese motivo les dije a Kaden y a Trevor que no estaba seguro de que los fuera a necesitar mañana. No porque te fuera a echar.

Su ceño se arrugó y los labios se curvaron hacia abajo tristemente.

-¿Qué has hecho, Harry? -susurró.

-Me hice cargo del asunto.

Ella sacudió la cabeza.

-No. No era tu problema. No quiero que te metas en él.

Las lágrimas brillaban en sus ojos y el corazón de Harry dio un vuelco mientras ella luchaba para evitar que se derramaran.

-Tú eres mi problema -dijo bruscamente-. Lo hice porque esos cabrones fueron a por ti por ese dinero. Eso no lo voy a permitir. Haré todo lo que tenga en mi mano para que estés a salvo. No hay absolutamente nada que puedas decir para que cambie de opinión con respecto a eso, así que ahórrate el aliento.

Deslizó los dedos por el mentón de ____ y luego la acarició con el borde


de uno de sus carnosos labios.

-Ahora que ya nos hemos quitado eso de en medio, hay más cosas que necesitamos discutir. Pero quiero tener esta conversación contigo desnuda. En mi dormitorio. Y centrada en mí y yo en ti.

Sus ojos denotaban asombro pero sus mejillas siguieron sin tener color alguno. Entonces la miró con intensidad.

-¿Confías en mí lo suficiente como para hacer lo que te estoy pidiendo, ____?

Era una prueba. No porque estuviera siendo un cabrón, sino porque necesitaba saber si tenía su confianza. Estaba a punto de dar un paso enorme en lo que sería una relación exigente. Harry tenía que saber que ella podía con ello. No se iba a poder controlar mucho más.

Ella se relamió los labios y bajó el mentón, pero él no le dejó apartar la mirada. Quería ver cada pensamiento que se le pasara por los ojos. Cada reacción. Cada duda y cada pregunta.

-¿Todavía estás enfadado conmigo? -le preguntó suavemente.

Sus ojos estaban afligidos y ella parecía preocupada.

-Estoy enfadado, sí. No contigo. Estoy frustrado. Pero, de nuevo, no contigo. Nuestra relación es lo que me está frustrando ahora mismo. Estoy controlándome mucho, ____, y me está matando.

Ella echó la cabeza hacia un lado y entrecerró los ojos sintiéndose confusa.

-¿Por qué te estás controlando?

Él gimió.

-Porque no quiero asustarte, nena. Va a ser intenso. Abrumador, incluso. Estoy intentando todo lo que puedo llevar las cosas lentas porque quiero cuidarte. Asegurarme de que estás conmigo en cada paso del camino.

-Estoy contigo -dijo ella quedamente.

-No, nena, no lo estás. Aún no.

-Entonces dime. Muéstrame. ¿Cómo puedo saber lo que necesitas de mí si no me lo dices? Me has dado muchas cosas, Harry, pero no estás cogiendo nada para ti. Y yo necesito ser capaz de darte algo. No tengo nada más que tú. No hay nada que te pueda dar excepto a mí misma, y tú no lo quieres todavía.

-Lo quiero -dijo con ferocidad-. No hay nada que quiera más. Pero, nena, tienes que estar segura de esto. Aún tenemos que ir tomándonoslo poco a poco, pero esta noche voy a dar un paso grande si es que estás preparada para ello.

-¿Cómo voy a saberlo si no lo intentamos? -susurró ella.

Los sentidos de Harry se pusieron en alerta. Todo su cuerpo se tensó y una satisfacción salvaje lo cogió por la garganta.

-Levántate y ve al dormitorio -dijo con un tono de voz controlado.

La calma descendía y él tomó el control. Tenía que hacer esto bien. No podía dejar que se fuera todo al garete. No cuando ____ estaba depositando toda su confianza en él.

-Desvístete y arrodíllate en la alfombra junto a mi cama. Espérame allí.


Mi Fervor (02)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora