17

984 51 3
                                    

____ se sumergió en la enorme bañera y sopló ligeramente sobre la espuma que se estaba formando cerca de su boca. Se sentía increíblemente relajada. Como alguien en alguna película. Se había recogido el pelo en la parte superior de la cabeza de una forma desordenada que había pensado que parecía sensual. Se había apartado los mechones que le caían. La espuma crecía sobre el agua y había velas encendidas alrededor de todo el perímetro. Parecía un perfecto tópico, pero no le importaba. Le otorgaba un placer caprichoso. Ella ya había aprendido hacía mucho tiempo a disfrutar de todos los placeres como fuera que vinieran.

El agua caliente la rodeaba, la calmaba y le relajaba todo los músculos. La hermana de Harry sentía una pasión especial por las velas, estaba claro. Velas femeninas que olían maravillosamente bien. Y eran bonitas también. Velas extravagantes que eran seguramente caras, no de esas baratas que se conseguían en una tienda de todo a un euro.

Y el baño de burbujas. ____ había estado más que encantada cuando lo había encontrado en uno de los cajones del cuarto de baño. Eso también era caro. De una marca que conocía. Al principio dudó de si usarlo o no, pero la tentación había sido muy grande y lo había echado en la bañera encantada de la vida tal y como explicaba en el dibujo.

Cogió con la mano un poco de espuma y sopló de nuevo. ____ se reía mientras las pompas se rompían y caían como hojas en otoño.

-Estás tan preciosa que hasta me duele el pecho.

Ella ahogó un grito y automáticamente se hundió más en el agua mientras llevaba la mirada hasta la puerta donde Harry estaba apoyado y tenía los ojos puestos en ella. Tenía las manos metidas en los bolsillos y su vaga mirada viajaba de arriba abajo por toda la bañera.

-¿Cuándo has llegado? -dijo ____ en un chillido-. No te esperaba hasta dentro de una hora, al menos.

Él sonrió y se apartó del marco de la puerta para adentrarse en el cuarto de baño hasta llegar junto a la bañera. Bajó la mirada hasta ella.

-¿Me estás diciendo que no habrías estado en la bañera, mojada, si hubieras sabido que iba a volver tan pronto?

-N... no -tartamudeó.

-Es una pena -murmuró-. Me podría acostumbrar a encontrarte así.

Harry se sentó en el borde de la bañera y alargó la mano para tocarle la mejilla con los dedos, primero sobre la curvatura de sus pómulos y luego sobre el mentón.

-¿Todo bien por aquí?

Ella asintió, aún incómoda por su presencia en el cuarto de baño. Estaba en una posición vulnerable y eso la ponía nerviosa.

-¿Kaden y Trevor te han dado algún problema? ¿Estás cómoda con ellos?

Ella sacudió la cabeza y luego asintió para responder a ambas preguntas antes de volver a hundirse en el agua de la bañera. A lo mejor no estaba del todo cómoda teniendo a dos matones musculosos en el salón, pero no la habían molestado y habían intentado ser tan invisibles como pudieron. O tan invisibles como dos montañas podían ser, mejor dicho. Ella no quería parecer desagradecida. Que Harry llegara a esa clase de extremos para hacerla sentirse segura la abrumaba. La gente no hacía las cosas que él hacía por ella. Nada de su experiencia con la raza humana la había animado a creer que los caballeros de brillante armadura como Harry existieran de verdad.

Harry se rio entre dientes.

-Nena, si te hundes más te vas a ahogar.

Él bajó una mano y la metió dentro del agua. A ____ se le cortó la respiración cuando Harry curvó sus dedos bajo uno de sus senos y luego le tocó el pezón con el pulgar. Este respondió de inmediato arrugándose mientras un éxtasis delicioso se le empezó a formar en el vientre y se expandía hasta la unión de sus muslos.

Su clítoris latió y se hinchó. Todo lo que el hombre tenía que hacer era tocarla y ella se descomponía. La respiración se le entrecortaba erráticamente y el agua cálida de repente pareció estar insoportablemente caliente.

-¿Hay espacio para dos? -murmuró Harry.

Ella abrió los ojos como platos y alzó la mirada hacia él, insegura de si había oído correctamente. Los hombres como Harry no se deleitaban en baños de chicas con espuma y velitas. ¿No? ¿Y ella quería que lo hiciera?

Porque los tíos tampoco se metían en una bañera con una mujer a menos que esperaran algo más que bañarse.

Era una pregunta con doble sentido.

Ella se relamió los labios ya que los tenía secos y lo miró nerviosamente.

-¿Es una pregunta muy complicada?

Ruborizándose, ella sacudió la cabeza y luego se sorprendió a sí misma al decir:

-Puedes entrar.

Estaba actuando sin pensar. Pero se sentía... más valiente con él. Lo que tenía gracia porque Harry todavía hacía que le revolotearan mariposas en el estómago con una simple mirada. Además la ponía claramente nerviosa, todavía estaba intentando averiguar cuáles serían sus expectativas con ella. Toda la situación parecía... una locura, por falta de una palabra mejor. Pero de alguna forma él se las arreglaba para hacerla sentirse segura de sí misma, y eso ya era decir bastante porque segura de sí misma no era un adjetivo que usaría normalmente para describirse a sí misma.

Cauta, sí. ¿Desconfiada? Totalmente. ____ había aprendido a sopesar cada situación y a cada persona. Siempre buscaba las verdaderas intenciones de cada una porque nadie hacía nada sin querer algo a cambio... pero hasta ahora, lo único que había sido capaz de ver que quería Harry era... ella. Y ____ no tenía nada más que ofrecer.

La mirada de Harry era amable mientras le seguía acariciando el pezón con el dedo pulgar.

-¿Pero quieres que lo haga?

-S... sí -contestó ella con la voz ronca. Más segura de sí misma esta vez. Sí, sin duda era un adjetivo que estaba empezando a emplear. Le gustaba. Le gustaba la sensación de sentirse así.

La satisfacción inundó los ojos de Harry. Se levantó del borde de la bañera, se quitó la ropa y la arrojó encima del banco del lavabo. ____ no pudo evitar admirar su cuerpo desnudo. Era tan guapo que se deleitó en él y memorizó cada detalle de su físico.

La apretada montaña de músculos que se marcaba en sus brazos, sus piernas, su pecho... El casi invisible vello negro que formaba una tentadora línea desde el pecho hasta el ombligo y luego la ingle. Y ese pelo moreno, desordenado que le caía por la frente y las orejas hasta cinco centímetros por debajo del cuello. ____ se moría por enterrar los dedos en sus sedosos mechones, por entrelazarlos con sus manos tal como había hecho la noche que él y Ash habían tenido sexo con ella.

Era extraño que recordara cada detalle de él con tantos pelos y señales de esa noche y que Ash solo constituyera como un borrón en su memoria. Era la boca de Harry, sus manos, su pene, la sensación de su cuerpo cubriendo el de ella, duro y exigente, los que seguían penetrando su mente una y otra vez.

Y ahora le estaba tirando los tejos con ese aire de dominancia. Tanto lujuria como autoridad inundaban esos deliciosos ojos marrones. El color era tan oscuro que era difícil identificar qué era la pupila y qué el iris. Aun así, había ternura en su mirada, casi como si intentara esconder esa exigencia que era como algo natural en él.

-¿Entrenas? -soltó ella de repente.

Harry se detuvo en el borde de la bañera. Levantó la mirada hacia ella y luego sonrió.

-¿Te gusta lo que ves, nena?

-Eres muy guapo.

Por un momento él pareció casi avergonzado. Era una monería ver a un hombre de treinta y ocho años tan seguro de sí mismo y sereno perder el control por un momento. Ella le había hecho eso. Sí, la seguridad en sí misma era bastante buena por una vez en su vida.

-Tú eres la guapa, ____. Tan guapa y preciosa que no puedo dejar de mirarte. Me quedé ahí en la puerta y te observé durante un buen rato. Te podría estar mirando todo el día y nunca llegaría a cansarme.

El calor se apoderó de sus mejillas y ella se sumergió, tímida.

-¿Entonces entrenas?

-Sí. Hay un gimnasio en el edificio donde tengo mi apartamento y en el trabajo. Intento ir todos los días, pero eso no es siempre posible.

-Tienes un buen cuerpo -dijo tímidamente.

-Eres buena para mi ego.

Ella sonrió mientras él metía una pierna en el agua. Un momento después se giró de manera que estuviera frente a ella y se metió dentro del agua. Deslizó los pies hasta que llegaron a tocar su cintura. Luego buscó con las manos los pies de ____ y los levantó por encima de sus muslos.

-Así está mejor -dijo.

-¿Ha ido todo bien en el trabajo? -preguntó ella en un intento de sacar un tema neutral.

Harry sonrió y luego se rio entre dientes. Ella alzó una ceja, confusa.

-¿Qué es tan gracioso?

-Suenas tan a ama de casa... preguntándole a tu hombre cómo le ha ido el día en el trabajo.

El calor abandonó sus mejillas. ____ estaba segura de que había empalidecido y luego bajó la mirada, avergonzada por su presunción. E igual de rápido se quebró su confianza de antes, y a su vez dejó un gran agujero del que la inseguridad se adueñó.

-Eh -dijo Harry suavemente-. ¿Qué te pasa, nena?

Él se echó hacia delante e hizo que el agua se removiera y navegara a su alrededor. A ____ le llegaba casi por el cuello pero de repente su mentón se elevó gracias a los dedos de Harry. Ella lo miró a los ojos de mala gana.

-____, me ha gustado. ¿Tienes idea de lo mucho que quería y deseaba volver a ti? ¿De que he odiado cada maldito minuto que he estado alejado de ti? Conté los minutos hasta que por fin la conferencia hubo acabado. Joder, no quería dejarte sola aquí, para empezar.

El cariño volvió a inundar el rostro de ____ y ella sonrió mucho más ampliamente esta vez. La confianza volvió a apoderarse de ella y alivió los resquicios de inseguridad que habían amenazado con atrincherarse.

Él alargó la mano y la atrajo hacia sí. Torpemente ella se puso de rodillas, por lo que el agua empezó a chorrearle por el cuerpo. La posición casi la obligó a quedarse sentada a horcajadas sobre él.

_____ quedó con los pechos directamente frente a su rostro. A Harry no parecía que le importara.

El hombre le rodeó la cintura con los brazos fácilmente y luego se encontró pegada firmemente a su pecho, los dos cuerpos mojados y resbaladizos.

Harry deslizó una mejilla por uno de sus senos y cuando llegó al pezón, lo succionó suavemente entre sus dientes y tiró de él a modo de experimento. Cuando ella gimió, Harry chupó con más fuerza y encontró un ritmo que estaba destinado a volverla loca.

____ se contoneó entre sus brazos y contra su cuerpo. Estaba resbaladiza pero él la mantenía bien sujeta y no permitía que hubiera espacio alguno entre ambos.

Sin abandonar nunca el pecho de su boca, Harry movió una de las manos hasta el centro de sus piernas, donde tenía acunado el miembro contra su sexo. El otro brazo se quedó rodeando firmemente su cintura, sujetándola para que no se pudiera mover.

Acarició con los dedos esa piel tan sensible y golpeó suavemente su clítoris mientras iba moviéndose hacia abajo para encontrar la entrada de su vagina antes de jugar con ella. Le hacía círculos sobre su carne, la provocaba y le insertaba apenas la punta de un dedo antes de volverlo a sacar.

____ se sujetó bien a sus hombros y luego hincó los dedos en los músculos de su espalda. Las uñas arañaron su piel pero él no protestó. Continuó succionando un pecho y luego el otro para prestar igual atención a ambos.

Un suspiro profundo se escapó de la garganta de ____. El placer era plata fundida por sus venas mientras se extendía hacia todas las partes de su cuerpo. Nunca se había imaginado recibiendo placer en una bañera llena de espuma y agua caliente. Le daba la sensación de que era pecaminoso y bastante obsceno, aunque tremendamente delicioso.

Un cuento de hadas. Definitivamente una fantasía. Alguna extraña realidad alternativa porque las cosas como estas no ocurrían en la vida de ____ Willis. Nunca lo habían hecho. Y nunca lo harían. Pero estaba bien vivir un sueño aunque fuera durante un rato. Tanto como durase.

En este sueño, ____ era querida. Era deseada. Era igual a Harry. No había una disparidad abrumadora entre sus vidas o sus estatus. Encajaba en su mundo. Pertenecía a él.

Eso último hizo que su pecho le doliera aun cuando Harry deslizó dos dedos en su interior y provocó que otras partes completamente diferentes de su cuerpo le dolieran también. Harry alzó la mirada hacia la de ella, sus ojos eran muy penetrantes e intensos mientras introducía los dedos más en su interior. Le pasó el dedo gordo de la mano por el clítoris una vez más antes de separar los dos dedos que estaban dentro de ella, abriéndola.

Pertenecer.

Ella quería pertenecerle. Quería creer en algo más que estar una noche más en las calles y esperar a estar viva por la mañana.

Maldito fuera él por hacerla soñar, incluso por un momento. Esto no era real.

Él no era real. ____ no tenía ni idea de a qué juego estaba jugando, pero no podía dejar que se lo acabara de creer. Le rompería el corazón. Harry la rompería en mil pedazos.

Los dedos se deslizaron más adentro y ella gritó cuando Harry presionó ese punto tan sensible que hizo que casi se corriera en el sitio. ____ se estremeció descontroladamente entre sus brazos y se agarró con más fuerza a los hombros de Harry. Cuando se dio cuenta de que las uñas estaban básicamente lacerando su piel, apartó las manos rápidamente.

-Lo siento -dijo con voz trémula.

Harry quitó el brazo que rodeaba su cintura por un instante y agarró uno de sus brazos. Lo volvió a colocar en su hombro y luego hizo lo mismo con el otro.

-Me gusta -admitió con voz ronca-. Márcame, nena. Clávame esas uñas en la piel. Me encanta cómo se vuelven más afiladas cuando experimentas placer.

____ cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás cuando Harry deslizó los dedos bien en su interior otra vez y acarició las resbaladizas paredes de su vagina. Encontró su punto G de nuevo y volvió a ejercer la presión justa y necesaria.

Los muslos de ____ se convulsionaron y ella se hizo agua, pero Harry la mantuvo bien cerca de él, sujetándola mientras apoyaba la frente contra la de él.

-Me pregunto cuán rápido puedo hacer que te corras -murmuró-. Eres tan increíblemente receptiva. Tan hipersensible. Cada vez que te toco, te entra ese pequeño escalofrío tan sexual que me vuelve loco. Tus pezones se endurecen y se ponen tan erectos que todo lo que quiero hacer es pasarme la noche chupándolos.

_____ se estremeció entera al escuchar esas palabras roncas y pícaras murmuradas tan cerca de su boca. Harry sonrió, engreído y guapísimo. Tan increíblemente petulante pero tan increíblemente guapo que la hizo derretirse.

-Sí, nena. Justo así.

Su dedo pulgar acarició su clítoris, añadiendo la perfecta cantidad de presión mientras sus dedos continuaban deslizándose en su humedad. Mordió el pezón con sus dientes y jugó con él, tentándolo, y luego tiró de él con fuerza mientras lo succionaba con ímpetu.

-Harry -susurró ____.

Era todo lo que podía decir. Su nombre. Su anclaje.

Apartó las manos de los hombros de él y las movió hacia su pelo para hundirlas bien entre sus revoltosos mechones. Le encantaba esa apariencia oscura y desordenada que tenía. Le encantaba su pelo. Hundió los dedos en su cabello y lo agarró con tanta fuerza que casi podría dejarlo calvo.

____ se elevó sobre la espuma y logró que el agua cayera en cascada por su cuerpo mientras cabalgaba sobre sus dedos.

-Eso es. Cabalga sobre mi mano, nena. Córrete para mí.

____ se removió hacia abajo, queriendo y necesitando más. Sujetó bien la parte trasera de su cabeza y lo mantuvo pegado contra su pecho mientras este chupaba y mordisqueaba su pezón. Cada vez que lo hacía, una oleada de placer le recorría las venas como si de fuego se tratara.

-A mi niña le gusta -dijo con la voz llena de lujuria y aprobación.

Oh, sí. Sí que le gustaba.

Su orgasmo se formó con fuerza. Tan rápido que la dejó sin aliento y tensa. Su cuerpo estaba tan lleno de tensión que era hasta doloroso. Se movió hacia arriba y luego de nuevo hacia abajo, buscando el máximo placer y satisfacción.

Sintió que tiraban de ella en una docena de direcciones diferentes. Su boca, sus manos, su cuerpo. Harry estaba en todos los sitios a la vez. Se estaba ahogando de placer. Se inundaba en sensaciones puramente pecaminosas.

Harry presionó el pulgar sobre su clítoris y luego hizo movimientos circulares con fuerza. Continuó acariciándola con movimientos tensos y circulares. La respiración de ____ se entrecortó y luego al final se le paró cuando un grito se escapó de su garganta.

-Eso es -dijo Harry con voz suave. Sin embargo, sus siguientes palabras contradijeron esa gentileza. Eran autoritarias, roncas y exigían obediencia-. Córrete para mí, ____. Déjate ir ya.

Era inútil intentar controlarse. Sus palabras la bañaron entera y resquebrajaron esa tensión que se estaba formando y acumulando en la parte baja de su vientre. Rebotó contra su cuerpo con tanta fuerza como para hacerla retorcerse por completo. Se convulsionó contra Harry y se deslizó por su cuerpo al tiempo que apoyaba la cabeza en su hombro.

Harry la sostuvo pegada a él para que no se hundiera más en el agua. Ella escondió el rostro en su cuello mientras cogía aire con fuerza y su pecho se movía arriba y abajo contra el de él. Se sacudió y retorció mientras Harry hacía su magia con los dedos. Nunca jamás había tenido un orgasmo tan explosivo provocado por la mano de un hombre. Todo lo relacionado con Harry la trastornaba. No tenía control alguno cuando estaba con él.

Durante un buen rato, Harry la abrazó mientras deslizaba un brazo por su espalda y ella respiraba contra su cuello. Estaba derretida, temblando y completamente saciada. Derrotada. Tan lacia que no tenía forma de mantener el peso de su propio cuerpo.

Harry bajó la cabeza para besar y mordisquear uno de los hombros de ____, provocándole un escalofrío que recorría toda su espina dorsal.

-Tengo que sacarte de la bañera y secarte. Estás cogiendo frío.

-Está bien -murmuró.

Harry la colocó frente a él en la bañera mientras el agua volvía a apoderarse de su cuerpo. Luego se puso de pie y ella soltó un sonido de apreciación al ver su miembro erecto desafiando las leyes de la gravedad. Estaba duro e hinchado.

____ se relamió los labios inconsciente de que lo había hecho hasta que se percató de la expresión que Harry tenía en el rostro mientras la miraba directamente.

-Por el amor de Dios, nena -dijo con voz ronca.

Ella parpadeó y levantó la mirada inocentemente.

-¿Qué?

Harry gruñó levemente.

-Provocadora.

Sonrió mientras salía de la bañera y alargaba el brazo para coger una de las toallas que había dobladas sobre el banco del lavabo.

Aunque Harry se hubiera ido al trabajo antes, se había asegurado de que ella estuviera bien. Había desfilado una procesión de gente trayendo comida, artículos de baño y de casa y ropa de hogar. Cosas en las que ella nunca habría pensado. Pero Harry sí.

Sacudió la cabeza. El hombre era perfecto. ¿Tenía algún defecto? Bueno, además de ser tan mandón, de su actitud controladora, del hecho de que básicamente la había secuestrado, no aceptaba un no por respuesta.

Cuanto más pensaba en esos supuestos defectos, más creía en que no eran defectos en realidad.

Harry se rodeó la cintura con una toalla y luego alargó el brazo para coger la mano de ____. Cogió otra toalla con la otra mano y cuando ella estuvo de pie la ayudó a salir de la bañera, la rodeó con el calor de la mullida tela.

Rápidamente la secó y seguidamente le colocó bien la toalla sobre los hombros para que sintiera el calor antes de guiarla hasta el dormitorio.

-¿Te apetece algo en particular esta noche? -preguntó.

Había una pequeña bolsa al lado de la cama, Harry se agachó y sacó una muda interior y un par de prendas. Vio que eran unos vaqueros y una camiseta. Totalmente informal. Mentalmente repasó el contenido de su nuevo armario. Había un par de vaqueros un poco ostentosos con un increíble jersey con cuello de tortuga, una chaqueta y una bufanda que sería también informal pero que seguiría siendo elegante. Y botas. Tenía un par de botas forradas en piel que irían genial con los vaqueros.

-Algo para picar -dijo antes de pensárselo mejor. Luego se sonrojó. Harry no aparentaba ser el tipo de gente que le gustara picotear. Él era más de caviar. De filetes caros, de carne cara que ella no sabía siquiera pedir, y de platos con salsas que tampoco sabía pronunciar.

Sin embargo, actuó como si no hubiera notado su metedura de pata.

-Hay un sitio no muy lejos de aquí. Ash y yo llevamos a Mia allí no hace mucho. Es un pub que sirve una comida increíble tipo tapas. Los nachos están buenos. También tienen hamburguesas, alitas de pollo, y cosas por el estilo.

A ____ la boca se le hizo agua.

-Suena perfectamente bien. ¿Podemos ir?

Él sonrió y la estrechó entre sus brazos.

-Vístete y te llevo.


Mi Fervor (02)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora