____ se quitó la ropa, la dobló y la guardó en el armario antes de dirigirse a la gruesa alfombra que había junto a la cama. Vaciló durante un largo rato mientras se quedaba mirando fijamente el suelo.
Sabía el significado de arrodillarse. De esperar a que Harry entrara en el dormitorio. Era una señal de sumisión. Le estaba pidiendo que se sometiera a él, que confiara en él. ¿Lo haría?
Sus primeros pensamientos retrocedieron a la primera noche. La noche en la que había tenido sexo con Harry y Ash. Cuando Ash hubo recitado con bastante brusquedad los términos de lo que conllevaría estar con ellos. Eran hombres dominantes, pero Harry era quizás incluso más. Ash parecía ser más despreocupado, mientras que Harry era... intenso.
¿Había estado luchando contra su naturaleza todo este tiempo que había estado con ella? ¿Había contenido su verdadero ser por miedo a asustarla y a que lo dejara?
Su humor mejoró. Harry no la había forzado. Bueno, sí que había sido exigente y fuerte. No hay duda de ello. Pero había un deje de control en sus acciones, y ____ tenía la impresión de que si Harry no se estuviera conteniendo, las cosas se podrían haber vuelto mucho más intensas.
¿Podría soportar eso? ¿Que controlara todos los aspectos de su vida? ¿Que dictara cada movimiento dentro y fuera de la cama? ¿Sería tan malo?
En cierto sentido, ella se deleitaba en la idea de ceder todo el control. De tener a alguien -un hombre fuerte y dominante como Harry- en su vida y que cuidara de ella. Que tomara decisiones. Que la mimara a más no poder.
Ella nunca había tenido eso, pero lo ansiaba.
____ no era nadie que deseara y buscara independencia o ser autosuficiente. Ella había sido independiente desde que era una niña. Había sido autosuficiente toda su vida. Nadie había cuidado de ella, excepto Jack. Y ella había hecho por él tanto como él había hecho por ella. Solo por una vez quería que alguien cuidara de ella. Solo de ella. Que acarreara todas las cargas que tuviera. Que tomara decisiones. Y quería simplemente vivir. Disfrutar de no tener que preocuparse por cómo lograría su próxima comida, por si tenía sitio donde pasar la noche. Quería ternura.
Quería... amor.
_____ inspiró con fuerza ante esa particular revelación porque era peligroso querer algo que bien podría ser que nunca tuviera. Harry la deseaba, sí. No tenía duda de ello. ¿Pero por cuánto tiempo? Él no podía amarla. No la conocía. No confiaba siquiera en ella.
Lo que ellos tenían era físico y evidentemente ella se sentía atraída por el lado protector de Harry. Así era él. Pero sabía que ella no era su igual sin importar lo que él dijera. Había un océano que los separaba. Eran tan diferentes que no podía siquiera relacionarse con su vida, y ella sabía que él claramente no se relacionaba con la suya tampoco.
____ se quedó mirando la alfombra de nuevo con las manos apretadas contra sus costados.
Y luego, antes de ser plenamente consciente de lo que estaba haciendo, se arrodilló lentamente.
Harry se encontraba en el marco de la puerta, observando mientras una miríada de emociones cruzaba el rostro de ____. Era obvio que estaba debatiendo su decisión. Podía ver la confusión y la tristeza en sus ojos. Pero también veía necesidad.
No se había dado siquiera cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que sus pulmones protestaron y le ardieron. Inspiró por la nariz sin apartar la mirada de ____. Ella no sabía siquiera que él la estaba observando. Casi con total seguridad la haría sentirse incómoda el saber que Harry podía ver su vulnerabilidad con tanta claridad.
Pero luego se puso de rodillas lentamente y el alivio se apoderó de su pecho, robándole así el aire.
Se estaba sometiendo. Y él sabía perfectamente que ella entendía el significado de arrodillarse tal como le había pedido. Había visto todo el proceso mental que había llevado a cabo en esos preciosos y expresivos ojos.
Harry se sentía débil del alivio.
No, no todo estaba resuelto. No lo tenía todo en el bote. Aún tendrían que recorrer un camino muy largo, pero era un paso gigantesco adelante en la progresión de su relación.
Era un comienzo.
Caminó hacia delante y ____ alzó la cabeza para encontrarse con su mirada. Harry no quería nada más que barrer ese miedo e inseguridad de sus ojos, pero sabía que solo el tiempo podría conseguirlo. Tiempo y paciencia. Tenía que estar dispuesto a esperar tanto como a ella le llevara aceptar el lugar que tenía en la vida.
Tenía toda una vida de sentirse infravalorada para superar y eso no iba a ocurrir en un día, ni en una semana, ni siquiera en un mes. Pero que lo aspasen si no iba a intentar todo lo que estuviera en su mano para mostrarle que no se iba a ir a ningún sitio.
Alargó la mano para tocarle la mejilla y dejó que sus dedos se deslizaran por su sedosa piel.
-Eres tan hermosa -dijo con voz ronca-. No puedo decirte cuánta satisfacción me da verte arrodillada aquí, esperándome. Por el placer que te voy a dar.
Los ojos de ____ se llenaron de cariño, que logró sepultar parte de la inseguridad que sentía. Sonrío vacilante con una sonrisa tan dulce y tímida que hizo que a Harry le temblaran las rodillas.
Dios. ¿Qué tenía esta mujer para que le inspirara tal abrumadora respuesta en él? Quizás nunca lo sabría. Quizás esto era lo que pasaba cuando conocías a tu otra mitad.
Harry casi se avergonzó ante lo cursi que sonaba ese pensamiento, pero no podía explicarlo de mejor manera. Las mujeres con las que había estado antes eran de relleno. Él había estado allanando el terreno, esperando. Para ____.
Había visto a Gabe sobrevivir a un matrimonio que no se había forjado sobre un amor profundo y duradero. Había visto a su amigo tirarse a multitud de mujeres. Y no fue hasta que vio a su amigo con Mia, cuando Harry se dio cuenta de lo vivo que estaba su amigo.
Eran almas gemelas.
Gabe y Mia eran almas gemelas. Se veía en cada mirada, en cada caricia. En cada momento que Gabe la desnudaba con los ojos.
Y ahora todo lo que había encontrado tan desconcertante en Gabe y en Mia estaba aquí justo frente a él.
-¿Confías en mí, ____? -preguntó Harry mientras pasaba una mano por su pelo y tiraba de él ligeramente para que su cabeza quedara echada hacia atrás.
Los ojos de uno estaban fijos en los del otro y Harry vio la duda reflejada en los azules de ____. El corazón se le encogió. No se había dado cuenta de lo mucho que quería que confiara en él. De lo importante que eso era para él.
Le estaba dando vía libre. Le estaba cediendo el poder a él. Se estaba sometiendo a él.
Pero sin su confianza, ¿qué tenía realmente?
-No conozco las reglas -dijo ella con voz queda-. Sé que me estás pidiendo que me... someta. A ti. Pero no sé cuáles son las reglas, Harry. ¿Necesito tener permiso para hablar libremente? ¿Para decirte lo que estoy pensando? ¿Para responder honestamente a la pregunta que me acabas de hacer? No sé cómo funciona esto y no quiero estropearlo antes de que empecemos.
Harry se dejó caer de rodillas hasta quedar a su misma altura. Ni de lejos iba a tener este tipo de conversación en una posición de dominancia. Era demasiado importante.
Le cogió el rostro con ambas manos y depositó un beso en su frente. Solo un pequeño beso y luego se apartó.
-Nunca vas a tener que pedirme permiso para decirme lo que estás pensando.
¿No se daba cuenta de que sus pensamientos eran su forma de escapar? Harry tenía que saber lo que estaba pensando para poder abrirse camino hasta su alma y su corazón.
____ tragó saliva de forma exagerada y luego inhaló con la nariz estrepitosamente.
-Creo que la pregunta más importante es si tú confías en mí.
Harry la miró con estupor y por un momento no supo cómo contestar.
A ella le temblaron los labios pero siguió adelante. Estaba claramente asustada pero a la vez decidida a decir lo que pensaba.
-Llegaste a pensar... cosas bastante malas sobre mí, Harry. Sé que lo que hice no ayudó, pero sacaste unas conclusiones que me dicen que piensas lo peor de mí. Sé que no nos conocemos bien. No me conoces. Pero que pensaras que estaba jugando contigo, que te estaba robando...
____ terminó y cogió aire profundamente como para serenarse.
Luego lo miró directamente a los ojos, su rostro denotaba seriedad y una completa vulnerabilidad.
-¿Por qué querrías acostarte conmigo siquiera? -susurró-. ¿Por qué querrías... esto...? -Se pasó una mano por el cuerpo y luego a su alrededor, indicando claramente su posición. Su sumisión-. Sé que este... acuerdo... o relación, lo que sea que estemos haciendo requiere mucha confianza por mi parte. Pero tu confianza tiene que involucrarse también. Además del hecho de que no me puedo imaginar por qué querrías tener sexo con una mujer de la que piensas tan mal, ¿por qué querría yo entregarme a un hombre que me encuentra tan... repugnante?
Harry apretó los dedos sobre los hombros de ____ y se obligó a sí mismo a relajarse. Le iba a hacer daño y él no quería herirla nunca. Apartó las manos, no confiaba en sí mismo, en que no fuera a estrujarla todavía más.
Ella pareció dolida ante su distanciamiento y Harry soltó un gemido. No lo estaba haciendo nada bien. Cada caricia, cada palabra que salía de su boca. Todo lo hacía mal. La estaba jodiendo y esto era demasiado importante. Lo era todo para él.
Por primera vez en su vida, estaba asustado. Porque sabía que si no manejaba la situación, la perdería. Y esa no era una opción. Sin importar lo que le llevara, sin importar lo que tuviera que hacer, ella tenía que formar parte de su vida.
Dios santo, estaba cerca de suplicar, y él nunca había suplicado por nada.
Se aclaró la garganta y luego se volvió a apoyar sobre los talones. Todas las palabras que necesitaba decir se atropellaban en sus cuerdas vocales.
Luego se puso de pie y le tendió la mano. Ella lo miró confusa pero deslizó su mano sobre la de él. Otro símbolo de confianza. Confianza que no había podido corresponder o transmitírsela a ____.
Se sentó en el borde de la cama y estrechó el cuerpo desnudo de ____ contra el suyo, acunándola y sentándola sobre su regazo para que estuviera cerca, tocándolo.
Harry descansó el mentón sobre su pequeño hombro y luego depositó un beso sobre su piel. Inspiró hondo para captar su olor y poder saborearlo.
-Lo siento.
Ella se quedó petrificada y mirando directamente a la pared más alejada. Harry deslizó un dedo por debajo de su barbilla para obligarla a mirarlo.
-Tienes razón. Dije y pensé cosas horribles. No fui justo contigo. Tenía miedo, ____. Estaba aterrorizado -se corrigió-. Reaccioné mal. Esto es un territorio nuevo para mí. Yo nunca he estado tan... Nunca he estado tan mal por una mujer en mi vida. Estoy acostumbrado al control. Eso lo sabes porque ya te he dado pistas. En el espacio de esas pocas horas, no tuve control alguno. No podía protegerte. No tenía control sobre lo que te ocurriera. Me entró el pánico y lo pagué contigo.
-Lo entiendo -dijo ella suavemente.
Él sacudió la cabeza.
-No, no lo entiendes. Y no deberías tener que hacerlo. Ya me explicaste lo que ocurrió, y aunque no esté de acuerdo con lo que hiciste, no tenía motivo alguno para acusarte de todo lo que te dije. Tengo temperamento, nena. Ya conocerás esa parte de mí también. No estoy acostumbrado a las cosas que están más allá de mi control. Pero lo que necesitas comprender es que nunca te voy a hacer daño. O al menos intentaré lo mejor que pueda no hacerlo. Físicamente, nunca va a ocurrir. Pero digo cosas porque estoy cabreado. Estaba asustado y no sé controlar eso bien. No te puedo garantizar que nunca vaya a pasar, pero tienes que saber de antemano que no voy a decirlo con intención. Sé que estoy pidiendo mucho, pero necesito que puedas ser capaz de ignorarme cuando esté cabreado y diga cosas que te duelan. Intentaré no hacerlo, pero me conozco. Mis amigos me conocen. He sido un gilipollas con la gente que más me importa. Tú. Gabe. Ash. Mi propia hermana. Pero sé que te duele. No estás acostumbrada a mí. No puedes ver lo que hay detrás de la furia y las cosas que digo en caliente. Pero me conocerás, ____. Me conocerás porque no voy a irme a ninguna parte, y lo que hay entre nosotros solo va a ir a más. Necesito que creas en eso. Necesito que lo quieras tanto como yo porque eso me dirá que vas a estar conmigo para sortear los problemas juntos.
Sus ojos lo miraban conmocionados. Su expresión era de completo asombro. Ella se cogió a uno de sus brazos; los dedos lo sujetaban con tal fuerza que Harry dudaba de que fuera consciente de su gesto.
Abrió los labios y él esperó a que reorganizara sus pensamientos. Podía verla procesar todo lo que había dicho. Dios, ni siquiera él estaba seguro de haberlo procesado todavía. Decir lo que le salía del alma no era algo que tuviera por costumbre hacer todos los días. O nunca, mejor dicho. Nunca se había sentido tan vulnerable en su vida y no le gustaba ni un poquito.
Se sentía como si alguien lo hubiera abierto por la mitad y estuviera sangrando frente a ella.
-¿Y qué quieres de mí? -susurró-. Es decir, lo que de verdad quieres. ¿Qué soy para ti, Harry? ¿Un lío? ¿Una sumisa temporal? ¿Un caso de caridad? Tienes que entender que yo también esté asustada. No sé qué es lo que quieres de mí. Has hecho tanto por mí, pero estoy asustada de aceptarlo todo porque en todo lo que puedo pensar es en que si me echas mañana, va a ser mucho más difícil volver a mi vida. Preferiría no haberte conocido nunca a tener que saborear nuestra relación para que luego repentinamente me quede sin nada y tenga que volver a la existencia que he llevado hasta ahora.
»La que he vivido la mayor parte de mi vida. Incluso las partes de mi vida en las que no estaba en la calle no han sido felices tampoco. Fueron años de supervivencia, de esperar a que algo mejor ocurriera y normalmente nunca lo hacía. Me vale esa vida. Es todo lo que he conocido. Pero tú me estás enseñando una vida muy diferente.
Su voz se entrecortó y el dolor atravesó el pecho de Harry, casi logrando asfixiarlo. Quería estrecharla entre sus brazos y hacer que se callara, pero sabía que necesitaba decirlo. Ambos lo necesitaban para poder seguir adelante.
Las lágrimas llenaron sus ojos y parecía estar tan asustada que el corazón se le encogió una y otra vez.
-Tú me has enseñado cómo pueden ser las cosas -susurró-. Y lo quiero, Harry. No debería quererlo. No debería siquiera atreverme a soñar que algo tan bonito pueda ocurrirme a mí. Pero lo quiero igualmente. Pero si me lo vas a quitar, si esto es únicamente temporal, una diversión para ti, entonces no lo quiero porque me matará volver a la que ha sido mi vida.
Las lágrimas se deslizaron silenciosamente por sus mejillas. Para su sorpresa, Harry se percató de que sus propios ojos le picaban, como si alguien le hubiera lanzado arena a la cara.
-Y sé que suena una locura que te pida esto. Nos hemos conocido hace muy poco tiempo. Y no es justo que te lo pida. Pero necesito saberlo porque no puedo volver por donde vine tras haber soñado con cuán diferentes pueden ser las cosas. Tras haber soñado cómo es estar con un hombre como tú. Alguien tan inalcanzable para mí que no puedo siquiera concebir la idea. No me mientas. Necesito saber si eso es todo lo que significa para ti. Solo algo con lo que pasar el tiempo. Un nuevo reto. Por favor, respétame al menos en eso y déjame ir si nunca voy a significar nada para ti.
Sin poder escuchar más el dolor en su voz, Harry la abrazó tan fuerte que pudo sentir cómo su corazón latía contra su pecho.
-Dios, ____. Por Dios, nena, no sé siquiera por dónde empezar.
-Con la verdad -dijo pegada a su cuello.
Harry la alejó de él y deslizó las manos casi frenéticamente por sus brazos.
Quería darle tanto. Confort. Tranquilidad. Las palabras le daban vueltas en la cabeza pero tenía que solucionar esto. Le debía esas palabras. La verdad que había pedido, incluso si eso lo dejaba completamente desnudo frente a ella.
Inspiró hondo y la miró con intensidad, esperando que pudiera ver la sinceridad en sus ojos.
-La verdad es que nunca me he sentido así por otra mujer. La verdad es que estoy terriblemente obsesionado contigo. La verdad es que te quiero de cualquier forma que pueda tenerte. La verdad es que si me dices ahora mismo que nunca te podrías someter a mí, que nunca podrías darme lo que tanto quiero de ti, no me importaría. Te tendría de cualquier forma que pueda tenerte. La verdad es que no te voy a dejar marchar.
La esperanza se instaló en sus ojos, pero a Harry le dolió lo rápido que la hizo desaparecer. Como si tuviera miedo de permitirse esa emoción.
-Nunca voy a dejar que vuelvas a la vida que has tenido hasta ahora, ____. No importa lo que pase entre nosotros. E incluso si alguna vez decides que no soy lo que quieres o necesitas, no voy a dejarte volver ahí. Aunque no estés conmigo, siempre vas a estar protegida y tendrás todo lo que te haga falta. ¿Lo entiendes?
Ella asintió lentamente mientras se mordía el labio inferior. La fuerza que hacía con los dientes le iba a lacerar la piel y sangrar. Con suavidad, Harry hizo que abriera la boca y liberara el labio.
-¿Qué quieres, Harry? -preguntó de nuevo-. Necesito saber qué esperas de mí. No puedo vivir con la incertidumbre de no saber si lo estoy haciendo bien o mal o de si lo estoy estropeando todo.
Harry suspiró y sus manos recorrieron el cuerpo de ____. Tenía frío. Los escalofríos se extendían por su torso y su piel estaba fría al tacto. Todos los pensamientos sobre sexo se esfumaron. Su excitación se había apagado. No porque no la quisiera, ni tampoco porque no estuviera desesperado por poseerla, sino porque algunas cosas eran más importantes que el sexo y la satisfacción.
-Vístete, nena -dijo con voz amable.
Su mirada se llenó inmediatamente de miedo.
Él la besó en la frente.
-No has hecho nada mal. Tienes frío y necesitamos hablar -dudó durante otro momento-. ¿Quieres volver a mi apartamento conmigo? Te prepararé chocolate caliente y nos sentaremos junto al fuego para hablar. Me gustaría que pasaras la noche conmigo allí.
Para su sorpresa, ella le rodeó el cuello con los brazos y presionó su cuerpo desnudo contra el de él. Lo abrazó con fuerza.
-Me encantaría -susurró.