"Bueno, déjenme contarles una historia, de una chica y un chico, el se enamoró de su mejor amiga, cuando ella está cerca el no siente otra cosa mas que felicidad, pero ya ella había sido dañada, le rompieron el corazón y eso la hizo ciega, pero ella...
El fin de semana llego, era viernes y estaba esperando que terminara la última clase para poder irme a la casa. Javier no se había separado de mi, me sentía frustrada por que extrañaba un poco mi soledad pero a la vez sentía bonito tener con quien compartir las clases libres y proyectos que teníamos en equipo.
Salimos de la universidad en cuanto el maestro dijo "Hasta el lunes", caminamos con paso pesado por los pasillos hasta llegar a la entrada.
-¿Tienes planes para este fin?.- Me preguntó Javier mientras esperaba a mi hermano.
-Saldré con algunos amigos ¿Y tú?.- Le pregunté de vuelta.
-Quería invitarte a salir.- Dijo algo desilusionado.- Pero si quieres lo dejamos para otro día.
-¿Puedes el domingo?.- Le dije apenada.
-Claro, yo paso por ti y vamos a comer a algún lugar y al cine si quieres.- Dijo con emoción y asentí.
Me platico sobre algunas películas que estaban en cartelera, me negué rotundamente a ver alguna de terror, escuché como un carro tocaba el claxon, era mi hermano, me despedí de Javier y me acerqué, Eduardo venía en el asiento del copiloto así que tuve que irme atrás.
-¿Quien es ese wey?.- Me preguntó Pablo en cuanto cerré la puerta.
-Un amigo.- Conteste seca.
-A chinga, ¿Desde cuando tú tienes amigos?.- Dijo confundido.
-Que te valga.- Dije a la defensiva, si, estaba de mal humor.
-Perdón florecita si te marchite.- Volvió a molestar Pablo así que decidí no contestar.
Mire que agarraban carretera¡Ha cabron!.
-¿A donde vamos?.- Les pregunté.
-Al tamarindo.- Me contestó Marco, estaba serio y no me había mandado ningún mensaje desde ayer que se salió enojado.
Cerré mis ojos un momento, pero creo que fue más de lo necesario por que cuando desperté Víctor ya estaba con nosotros.
-Estabas roncando tú.- Se burló de mi y yo reí.
-Vaya, hasta que alguien la hace reír.- Comentó mi hermano.
-Ya vas a empezar, tu haces que me ponga de mal humor.- Le conteste Molesta.
-¿Que le hiciste tú pinchi Pablo?.- Le preguntó Víctor.
-Que le voy a andar haciendo, nomas le pregunté quien era el vato que estaba con ella hace rato.- Le dijo mi hermano.- Pero bien dicen que si te te enojas es por que algo escondes.
-A la verga ¿Quien era?.- Pregunto Víctor curioso.
-¡Apenas se juntan ustedes dos! ¡Es un amigo!.- Dije exasperada.
- Pero si tú no tienes otros amigos más que nosotros.- Dijo confundido.- Ese wey algo quiere y no es dinero.
-Apenas empezamos a hablar no tiene nada de malo.- Dije casi en un susurro.
-¿Y está guapo?.- Pregunto Víctor ¿Que onda con sus preguntas?, escuché como mi hermano reía.
-Algo.- Dije sería, mentía, si estaba guapo.
-Verrrrgaaaa la fercha ya va a tener novioooo.- Dijo emocionado.- Exijo saber cuánto le mide, no te vaya a lastimar.
-¡Víctor!.- Grite avergonzada.
-No mame compa como va a andar diciendo eso.- Dijo Eduardo enojado.
-Callese usted, déjela disfrutar.- Le contestó Vitolias.
-Cuál disfrutar, apenas va a tener novio todo con calma.- Hablo mi hermano.- Nada de saber cuánto de mide Fer.- Me advirtió a lo último lo que hizo que Víctor soltara una carcajada.
Cuando por fin llegamos a la casa, nos despedimos de Eduardo, con su mala cara hacia mi, pinché bipolar.
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Despertamos temprano para alcanzar a llegar antes que toda la gente y que los muchachos pudieran aventarse sus policiacas sin que nadie los molestara. Ate mi cabello en dos trenzas tejidas, lave mi cara y puse algo de bloqueador y me vestí con ropa deportiva y de manga larga. Tome una gorra que me había regalado Eduardo y baje con mi teléfono en mano.
Víctor estaba en la cocina preparando algo, me tiré en un sillón literal a esperar que bajara mi hermano, me puse a revisar mi intagram, la puerta principal se abrió dejando ver a Eduardo somnoliento.
-¿Y tú carnal?.- Me preguntó mientras se tiraba a un lado de mi poniendo su cabeza en mis piernas, acarició mi cara con sus manos haciendo que le prestara atención.
-Todavía no baja.- Volví la mirada al teléfono y el siguió pasando todos sus dedos por mi cara, trataba de ignorar todo eso ¿Acaso no se daba cuenta que me lastimaba emocionalmente?.
-Ya de tardo el Verga.- Bajo su mano rindiéndose y cerró sus ojos, sentí como su respiración se calmó avisando que se había quedado dormido, dije mi vista en el, vi sus facciones, era tan hermoso, cualquier mujer quedaría enamorada si el así lo quisiera.
-Ya perros.- Dijo mi hermano bajando las escaleras apresurado.- Despiértate verga.- Grito haciendo que Marco abriera las ojos.
-¡Vámonos a la verga!.- Gritó Marco y yo reí.
Salimos de la casa en la camioneta de mi hermano, era la que tenía más espacio, subimos los cuatro y cuando avanzamos Kevin salió corriendo.
-Ya te andaba dejando compa.- Le dijo mi hermano y el río.
- Me quede dormido a la verga.- Mencionó el y se subió, quede en medio de los dos.
-¡Verga se me olvidó mi Yeti! Bájate Fernanda.- Me ordenó mi hermano, obviamente me queje, había quedado en medio de Marco Y Kevin, pero yo también había olvidado el mío así que dando y dando.
-Yo voy, para que no te bajes.- Comentó Marco ¿Que mosca le pico?.
Regreso minutos después con los dos termos en la mano.
-Tu tampoco lo llevabas hija de la chingada.- Me regaño Eduardo en cuanto se subió a la camioneta.
Arrancamos hacia el lavado de Eduardo para irnos en los rzr, bueno ellos, yo me iría con mi hermano en la camioneta, por que pobres forever.
-Fer, ya tenía mucho tiempo sin verla.- Me saludó Jaimico y sonreí con tan solo escuchar su voz, ya era todo un personaje.
-Ya no me sacan Jaimico.- Hice un puchero jugando y el se carcajeó.
-¿Te quieres ir conmigo?.-Pregunto Marco interrumpiéndonos.
-¿Yo?.- Dije confundida.
-Si tú fercha.- Dijo obvio y asentí.
-Solo por que es usted voy a dejar que se vaya con Markitos.- Me advirtió Jaimico.
