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Aunque los días pasaban yo sentía que estaba atrapada, pesadillas empezaban a llenar mis noches, pensé que lo peor ya había pasado, que me ayudaba el echo de no recordar nada, pero en el  momento en el que veo a Javier encima de mi, quitando mi ropa y siento el dolor en mis partes bajas, querer gritar y que de mi boca no salga nada, la impotencia de querer quitarlo de encima y no tener fuerza para hacerlo, hacen que cada noche despierte bajo mil capas de sudor pidiendo a gritos que todo pare. 

La ayuda psicológica no me ayudaba personalmente. 

Escucho ruido en la cocina y se que es mi hermano, mi actitud con todos a cambiado, no quiero ser así, no quiero ser borde ni grosera con las personas que amo pero siento odio hacia todos de un momento a otro, ellos han seguido con sus vidas y yo me he quedado estancada tratando de descifrar como fue que paso, en que momento me convertí en una presa para Javier y su bola de amigos cerdos. 

-¿Quieres desayunar conmigo?.- La voz de Pablo interrumpe mis pensamientos.- Toqué.- Avisó.- Pero no contestaste y por eso abrí la puerta.

-Ya bajo.- Dije ignorando sus palabras, el asintió y cerro la puerta atrás de el, me levante con pesadez y tome dos pastillas, antidepresivos, si, así de jodida estaba mi vida, puse mis pantuflas, esas de unicornio que Marco me había regalado en broma por mi cumpleaños #19, algo que en ese momento me pareció tierno ahora me resulto ñoño. 

-Por fin Bella durmiente.- La voz de Marco inundo mis oídos, le di una sonrisa forzada y me senté un poco alejada de los dos. - Hoy nos iremos a Chinitos con la familia

-Que bien .- Murmure fingiendo alegría.

-Tu también vas, Pablo sale a Guadalajara mañana a ver unas cosas con el Toro.- Dijo con una sonrisa, se que estaban mal mis pensamientos, que Marco siempre fue una persona atenta conmigo pero no pasaba desapercibido el hecho de que me tenga lastima. 

-No tienes que llevarme, puedo quedarme sola.- Escupí y soy consciente de que la he regado. 

-¿Hoy amanecimos de malas guapa?.- Marco trato de tranquilizar las cosas y yo me encogí de hombros. 

Mi hermano se despidió de mi como si la fuera se le fuera en eso, siempre habíamos  sido muy unidos, pero nunca llego al punto de hacerlo tan notorio. 

Subí a mi habitación siendo consciente de que atrás de mi estaba Marco, me tire en la cama y senti el bulto al lado encendiendo la television. 

-Alista la maleta.- Murmuro cerrando los ojos. 

Nuevamente me pare con dificultad y empeze a tomar cosas al azar y meterlas dentro de una mochila deportiva.

-Quiero ver a Javier.- Las palabras que salieron de mi boca fueron sin pesnsar, Marco se incorporo sentandose en la cama viendome serio. 

-¿Que verga acabas de decir?

-Yo.. quiero saber que paso exactamente.- Murmure. 

- No no tienes... y no es no.- Dijo molesto y supe que debía dejar el tema por ahora. 

-Estoy lista.- Dije saliendo del baño con ropa deportiva, agarre mi cargador, cartera y celular echándolos a mi bolsa.- ¿Quien ira?.- Pregunte rezando por que su novia no fuera.

-Solo estaremos nosotros, pasaremos por el Chiquete y Vitolias no esperaran haya.- Murmuro serio. 

Emprendimos camino hacia su rancho, según el el mas bonito de todo Culiacan pero yo tenia mis dudas. 

Chiquete no paraba de recriminarme por que no deje que el se sentara enfrente y ahora tenia que ir de pose sirena en el asiento de atrás. 

-Vamos a pasar a un oxxo hija de la chingada y te vas a tener que bajar.- Me advirtió serio y Marco se rió.

-Te voy a mandar a ti para que tu traigas las cosas.- Le conteste seria. 

-Estas loca hija de la verga yo no te voy a traer ni madres..- Reí por sus palabras. 

Paramos en oxxo y Chiquete se rió por que sabia que tenia que bajar. 

-¿Que quieres que te traiga?.- Murmuro Marco y chiquete abrió la boca en forma de asombro, no pude evitar soltar una carcajada, vi los ojos de Marco y pude ver como me miraba, fue algo inexplicable. 

-¿Es neta Eduardo a la verga? ¿Me vuelves a cambiar por esta apestosa? Pensé que teníamos algo.- Dijo Enrique tan dramático como siempre.

-Quiero un agua de Jamaica, un suero y una flaming hot.- Dije ignorando la escena de Enrique, Marco asintió y se alejaron del coche entrando al establecimiento. 

Regresaron minutos después con muchas cosas en mano, Eduardo me tendió una bolsa con muchos dulces aparte de lo que le pedí y me sonrió inocente. 

-Es que, te gustan los kinder y los skwinkles.- Murmuro y le di las gracias. 

El camino fue muy corto y se hizo aun mas por las travesuras de Chiquete, era todo un loco, por un momento quise pensar que tal vez mi vida podía volver a funcionar, cerrar ciclos y perdonar. 

¿De eso se trataba no? Tenia una familia y amigos, tenia todo para ser feliz, aunque Marco no se fiara en mi sabia que el siempre estaría a mi lado, como un amigo. 












"MAS QUE AMIGOS" (Markitos Toys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora