"MAS QUE AMIGOS" (Markitos Toys)

30

Al día siguiente desperté por que alguien tocaba la puerta, cuando fui ya no había nadie, pero habían dejado un paquete en la puerta, lo metí a la casa pensando que era para Pablo pero para mi sorpresa tenían la dirección de al lado.
Tome las llaves y fui a tocarle a Doña Vero, no me sorprendió que el que abriera la puerta fuera Eduardo y tampoco me sorprendió su mala cara.

-¿Que quieres?- Contestó grosero y yo rodee los ojos.

- ¿Tú mamá?.- Pregunté sin ánimos, el se quedó parado dudando si dejarme pasar o no.

-¿Quien es?.- Pregunto Doña vero caminando hacia la puerta.- ¿Fer? ¿Cómo estás mija? Apenas estaba haciendo el desayuno para llevártelo a tu casa, pero ya que estás aquí de una vez quedate para que comas algo.

-No como cree, hace rato llevaron este paquete a mi casa y trae su nombre y dirección, ya sabe que siempre se andan equivocando.- Le conteste agradecida.

-No cual no, ya te dije que te quedes.- Me ordeno y no me quedo de otra más que aceptar, ignore a Eduardo a pasar sin voltearlo a ver.

Ella siempre hace almuerzo para un ejército, se senté en el comedor ignorando nuevamente en todo momento a Marco, salude a Kevin y a Mayve quien apenas venía bajando las escaleras con pereza.

-¿Cuando se regresan?.- Me preguntó Doña Vero sirviéndome la comida, mire incomoda a todos lados.

-Tenemos que durar por lo menos tres meses aquí.- Conteste amable.- Pero mi hermano ya se encargo de todo.- Aclaré en BBC instó vi su mirada preocupada, mi papa ya le había contado por lo que no tenía caso ocultarle nada, solo no quería entrar en detalle para que una personita no se enterara.

-Todos Los días estaré preparándote la comida, de haber sabido antes...- empezó a platicar la señora.

-¿Haber sabido que?.- Pregunto Eduardo.- ¿Por que verga hablan en clave?.

-Marco cállate.- Le regaño Kevin dándome una mirada cómplice.

-Vaya, resulta que las personas te conocen mejor que yo.- Comento Marco con odio y se levanto de la mesa.

-No le hagas caso, el día que se dé cuenta estará arrepentido.- Trato de animarme Mayte y yo asentí.

-Creo que lo mejor será que me lleve esto a casa, de verdad No se preocupe por la comida, puedo preparar y comprar.- Le conteste y ella asintió.

-Yo puedo prepararla y lavarla a tu casa si no quieres venir aquí.- Me

-¿Le gustaría acompañarme mañana?.- Le pedí inesperadamente.

-Claro.- Dijo sorprendida.- Gracias por incluirme en tu vida Fernanda, sabes que el cariño que te tengo es como a una hija.

Asentí tímida y me despedí con la mano para poder comer en mi casa.

Llegue a casa y me senté en el comedor para acabarme la comida deliciosa que Doña Vero preparado, tome mi teléfono y me metí a tratar de pasar el nivel de Home scapes.

La puerta se abrió y me quedé quieta, los pasos se hicieron presentes pero no levante la mirada, los pasos cesaron y yo seguía inerte.

-¿Como te fue?.- Pregunte para no ser grosera.

-¿Que escondes?.- La voz de Marco hizo que me sobresaltara.

-¡Jesús!.- Exclamé exaltada llevando una mano a mi pecho, pude notar una sonrisa disfrazada de enojo.

-¿Puedes contestarme?.- Insistió.

-No tengo nada.- Dije tratando de tranquilizarme un poco y no ponerme tan nerviosa.

-¿Por que me quieres engañar? Te conozco perfectamente sé cuando escondes algo.- Grito exaltado.

Ni tanto... pase mucho tiempo escondiéndote que estaba enamorada de ti.

-No escondo nada.- Dije suspirando.

-Todos te tratan como si fueras de cristal y de alguna forma lo eres, pero nadie te trabaja así, creo que tengo todo el derecho de saber qué pasa contigo.- insistió.

-No tienes ningún derecho.- Respondí sería.- Ya no somos amigos, no tenemos ningún tipo de relación.

-¿De verdad Fernanda? ¿Vas a actuar así?.- Preguntó molesto

-¿Así como? Así actuaste tu, no te culpo, pero yo no mande a la fregada tantos años de amistad.- Mi coraje estaba saliendo a flote.- Tu eras mi amigo, no ella, no puedes obligarme a querer o soportar a alguien cuando yo se que te ha visto la cara todo este tiempo.

-¿Por que todo gira a eso? ¡No cambies el puto tema!.- Grito exasperado y yo solté una risa sarcástica.

-Tu dejaste de hablarme ¿Lo olvidaste? En el momento en el que más te necesite, no vengas a exigir que te cuente algo que realmente ya no te incumbe.- Dije dando media vuelta y entrando a mi cuarto.