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Al llegar a Chinitos, me di cuenta que todo lo habían planeado, no llegamos a casa de su abuela, fuimos directo al rancho donde prácticamente toda la familia estaba reunida, todos estaban poniendo casas de campaña en todo el terreno, había un montón de leña para prender fuego, cajas de jugos y refrescos además de botana, todos hablaban y platicaban con la música de fondo, agradecí mentalmente haber traído sudaderas y pants en la maleta.

-¿Por que no me dijiste que era una acampada?.- Pregunté al bajar mi maleta y colgarla en mi hombro.- Yo no traje casa.

-Sabes que puedo compartir la mía, ya hemos dormido juntos.- Aclara Eduardo y asiento un poco nerviosa.

Salude a toda la familia y me senté un poco alejada, vi como Eduardo y Enrique armaban sus casas, la de Eduardo era un poco más grande, el tenía razón, ya habíamos dormido juntos, no había por qué hacer tanto problema.
El día paso entre juegos y risas, su familia era a toda madre, no tenían problemas y si los tenían siempre hablaban de frente para no hacerlo más grande.

-¿Ya tienes sueño?.- Me preguntó Marco acercándose un poco, su aliento se mezclaba entre el alcohol y la menta, simplemente delicioso.

-Un poco.- Respondí mirando como algunos aún estaban platicando frente a la fogata y otros ya habían caminado hacia sus casitas de acampar.

-Vamos a dormir, yo ya tengo sueño y estos hijos de la chingada tienen carrera larga.

Le hice caso y caminamos los dos hacia la casa, me quite los zapatos para no ensuciar la colchoneta que mucho trabajo nos costo meter y me tire quitándome la sudadera y sacando de la maleta de Marco una frazada calientita.

-Está haciendo frío de a madres.- Mencionó Marco quitándose igual su pants y sudadera quedándose solo en un short deportivo.- Estás muy callada ¿Es por lo qué me dijiste en la mañana?.

-¿Que cosa?.- Dije tonteando.

-Lo de ver a ese baboso.- Replicó.- Sabes que lo hacemos para protegerte.

-¿Protegerme de que?.- Le respondí a la defensiva.- El daño ya me lo hizo, pero está bien, solo no quiero pelear.

-Yo siempre te cuidaré, eres una persona muy importante para mi.- Me respondió "Yo quisiera ser algo más" pensé.

Me deje caer y después el, el silencio se hizo presente y solo se escuchaba la respiración de los dos, en un momento me di la vuelta hacia el y el hizo lo mismo, quedamos frente a frente, a pesar de obscuridad pude ser sus facciones, el era la cosa más preciosa que mis ojos habían visto.
Su mano se dirigió a mi cara y apartó algunos mechones de cabello que la cubrían metiéndolos atrás de mi oreja.

-Eres tan hermosa.- Susurró haciendo que mi corazón latiera a mil por hora.- ¿En que momento fue que te rompieron tanto?.- Si tono mostraba culpabilidad.

Solo hice mas que quedarme en silencio y dejar salir aquellas lágrimas que no había parado de soltar desde aquel día.
El se acercó un poco más  cortando la distancia entre los y dejando solo unos cuantos centímetros , acarició mi cara con sus dedos y cerré mis ojos al sentir su tacto, cuando menos lo espere sus labios tocaron los míos, no reaccioné al instante, no podía creer que lo que siempre había soñado por fin estaba pasando, mis labios empezaron a moverse junto a los de el correspondiéndole el beso, las lágrimas dejaron de salir y se transformaron en miles de mariposas que revoloteaban en mi estómago.
Nos separamos cuando el aire nos faltó y entonces se rompió la magia.

-Yo.. perdón.- Mencionó Marco arrepentido, era de esperarse.

-No está bien.- Dije tratando de no soñar triste.- Tu discúlpame a mi no debí haberte correspondido ha sido un... error.

- Si solo eso, un error.- Repitió Marco.- Creó que deberíamos dormir.- Se volteó dándome la espalda y entonces hice lo mismo, toque mis labios suavemente con las yemas de mis dedos, este error lo iba a recordar siempre, algo bueno tenia que pasarme para poder recompensar el daño que la vida me había hecho.

Todo pasa por algo.

"MAS QUE AMIGOS" (Markitos Toys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora