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Quisiera pensar que todo estaba bien, pero eran las 4:00am y no había señales de mi hermano y mi amigo, literalmente me estaba comiendo las uñas, llamaba y directamente mandaba a buzón.

Mis ojos se estaban cerrando, luché contra el tiempo y el sueño pero al final me quede dormida.

Desperté muy tarde, había mucho silencio así que lo primero que hice fue fijarme en la habitación de mi hermano, estaba vacía, no había nadie, entonces, mi preocupación se elevó más, marqué nuevamente los números pero no había respuesta.

Si a ellos les había pasado algo no podría con la culpa, ellos eran las únicas personas contantes e importantes en mi vida.
Me seguí carcomiendo la cabeza con malas ideas como por una hora, se escuchó la puerta abrirse y baje de nuevo corriendo, vi a mi hermano entrar y sentarse, detrás de él Eduardo se hizo presente.

-¿Que le hicieron?.- Dije asustada.

-Nosotros nada.- Eduardo se encogió de hombros.- Lo único que tienes que saber es que no te volverá a hacer daño, ese pedazo de mierda va a pasar muchos años encerrado.

-¿Pero como?.- Le dije extrañada, la justicia en Mexico protegía a los violadores, por eso todas las marchas feministas al principio del año.

-Por que mi amigos nos ayudo, tenía varios conocidos en el ministerio y le platicamos sobre tu caso y las fotos, hablo con uno de ellos y "Falsifico" exámenes médicos, procedieron con una orden de arresto y fueron por el, término por confesar que te había drogado, te dio algo en la bebida y por eso te dormiste.- Explicó nuevamente Eduardo.

-No hicimos nada malo, solo aplicamos justicia, las pruebas las teníamos, fuiste violada y después te acoso con esas fotos, teníamos pruebas suficientes, pero yo no quería que pasaras por todo ese proceso tan doloroso nuevamente, el hablo puras mierdas, mañana irán a la escuela para que sus amigos borren las fotos y asegurar que no hay nadie más con ellas.- Comentó mi hermano.-Lo  importante es que tú estás bien y que de alguna forma gracias a dios no recuerdas todo lo que ese hijo de la chingada te hizo.- Dijo con coraje.

Era consiente del cariño que los dos me tenían "Un amor de hermano" pensé, entre Marcos y yo no podía haber nada más que amistad, una bonita amistad.

-Yo, no quiero seguir con la escuela.- Le dije a mi hermano.- Se que apenas estoy empezando pero me gustaría tomarme un tiempo.- Dije apenada, buscar una opción en otro lado, en otro estado tal vez.

-¿Quieres irte?.- Pregunto mi hermano y me encogí de hombros, en realidad no sabía que hacer, pero de lo que si estaba segura es que no quería seguir en la universidad, después de lo que pasó todos se enterarían y yo no quería miradas de lastimas o miradas curiosas sobre mi.- Aunque no me gustaría que te fueras y me dejaras solo, sabes que te voy a apoyar en todo.

-Gracias de verdad, yo lamento no haber tenido cuidado...- Dije llorando.

-Ya hablamos de eso, el que tiene sus mañas tiene sus mañas, sabes que después de esto necesitas ir a un psicólogo.- Me advirtió Eduardo y yo asentí.- Por lo menos para que le cuentes a él lo que no nos quieres decir a nosotros y que podamos ayudarte.

-Si Yo lo sé, necesito ayuda para poder superar esto.- Dije sintiendo como un escalofrío recorría mi cuerpo.

-¿Quieres que le hable a mi papá?.- Dijo mi hermano cambiando de tema.

-Yo creo que no... digo si el quisiera saber como estamos por lo menos hablaría entre semana y no vendría solo los domingos.- Dije triste.- ¿Para que avisarle?

-Si Es lo que quieres, eso haremos, lo superaremos entre nosotros, tu familia.- Me respondió abrazándome y después se unió Marco.

Esperaba poder volver a estar tranquila y me prometí no volver a confiar tan fácil en las personas, jamás las terminas de conocer.

"MAS QUE AMIGOS" (Markitos Toys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora