𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]

- XXVIII - Malas noticias

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𝑦𝑜𝑢 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑎𝑝𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑎𝑡𝑒 𝑤ℎ𝑎𝑡 𝑦𝑜𝑢 ℎ𝑎𝑣𝑒 𝑡𝑖𝑙𝑙 𝑖𝑡𝑠 𝒈𝒐𝒏𝒆.

༄

Solo inmaginensen la resaca que tenían los chicos hoy.
Era descomunalmente gracioso.
Al menos lo era para mí.

Desde que se levantaron tenían un dolor de cabeza horrible.
Tuvieron incluso que faltar a las clases.
Y yo con ellos.

Remus no paraba de regañar a los chicos por haberle metido alcohol en la bebida.
Peter vomitaba cada media hora.
Sirius estaba hecho a polvo a nivel si me muevo me muero.
Y James no recordaba nada de los que pasó en la fiesta y se mareaba constantemente.

—Eso les pasa por... pasarse— dije mientras le ponía un pañuelo mojado en la cabeza de James.
Resolparon.

—La resaca es una mierda— gruño Sirius. Rode los ojos con una sonrisa.

—Fue tu culpa por pasarte con las bebidas— me burlé acercándome al ojigris. El chico al igual que James, tenía un pañuelo mojado en la frente.

El chico me sacó la lengua.
Rei y entro un fénix por la ventana. Era Fawkes, la mascota de Dumbeldore.

El pájaro traía una carta.
Lo gracioso es que el profesor me lo envió a la habitación de los chicos directamente. No se le escapaba una.

Me acerqué al fenix y cogí la carta. Fawkes salió volando al terminar la acción.

Reneé Griffyn.
Tan pronto como recibas esto, ven a mi oficina, por favor.

Profesor Dumbeldore.
Pd: me gustan las legumbres dulces.

Frunci el entrecejo.
Lei la carta en voz alta para que los chicos pudiesen opinar sobre ella conmigo.

—Es Dumbeldore, ya sabes que deberías ir— dijo Remus sentandose en su cama, con rostro cansado.
Asentí lentamente.

Sali del dormitorio y me dirigí al despacho del director.
Caminando por los pasillos insegura y confundida. No se me ocurría por que el director necesitara de mi presencia.

Al llegar, dije: legumbres dulces.

La gárgola se giró lentamente, subi las escaleras que dio paso al hacerlo.
Entre en el despacho.

El director me separaba sentado en su silla, delante el escritorio.
—Buenos dias Reneé— me saludo.
Con la mano indicó la silla libre para que me sentase.
Así lo hize.

—Supongo que te gustaría saber para que te he citado aquí hoy— comenzo el profesor Dumbeldore cambiando su rostro a uno serio.
En que lío me habré metido ahora... pensé.