𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]

- VI - Cuarto año

Como bien dije en el capítulo anterior, los tres primeros años ya han pasado.
Os dejo con Reneé a punto de comenzar su cuarto año.

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Me dolió profundamente no poder pasar el verano con los demás merodeadores este año. Mis padres planificaron un viaje al Caribe y pasé los 3 meses fuera.

Este verano había cambiado físicamente, estaba bastante desarrollada para mi edad. Tenia los rasgos más finos y más curvas. Por otra parte también había desarrollado más la cadera y ya parecía más una adolescente.

Si antes era guapa y linda, ahora era hermosa, la típica chica que ves en la portada de una revista de moda. No lo digo yo, es lo que me han dicho. Aunque opino igual.
Para ser sinceros tener la atención de tantos solo había servido para subir mi ego.

Pero el verano ya había llegado a su fin y estaba con mis padres caminando hacia el Hogwarts Express. Atravesamos la pared y llegamos al andén 9¾, este estaba lleno de familias despidiéndose unos de otros. El tren escarlata esperaba como siempre, soltando vapor aguardando entrar en marcha.

Me despedí de mis padres emocionada con un abrazo y breves palabras y subí al tren. Habia muchísima gente en el pasillo pero solo me importaba ver a los chicos.

Me dirigí a nuestro compartimento intentando no chocar con nadie. Cosa que fue imposible.

Llegue y abrí la puerta cansada. Los 4 estaban ya ahí, hablaban animadamente, pero se detuvieron al ver que entraba.

-Hey, chicos- dije sofocada por tanta gente en los pasillos, apoyándome a mi maleta para no caer.

-Hola...- dijo Peter.
Me miraban fijamente, algo sorprendidos por lo que pude notar.

-Dios, Ren, cuanto cambiaste- dijo Sirius revolviendose en su lugar nervioso. Los demás asintieron para darle la razón.

-Vosotros no se quedan atrás- dije guardando mi maleta.

El grupo de Dylan, ahora mucho más numeroso se asomó por la puerta.
-Vaya Reneé, de que revista
has salido- dijo uno.

Ese grupo llevaban acosandome desde segundo, y cada vez, a medida que iban creciendo se atrevían más. Y por mucho que los rechazase no se cansaban.
-De una de tu padre- respondí brusca.

Se rieron.
-¿Porque no te vienes con nosotros?- dijo otro.

Sirius, que era quien tenía más cerca se levantó y se puso a mi lado. Pude apreciar cuánto había crecido, normalmente las chicas se desarrollan antes que los chicos pero aun así él parecia haber empezado ya con el estirón, el ojigris ya me sacaba casi una cabeza.