- XXVI - Castigo

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—podría haber sido peor— dijo James encogiéndose de hombros.

Al día siguiente estábamos cumpliendo nuestro castigo por la broma de Halloween.
Si se preocupan por nosotros... bueno deberían hacerlo por las pobre personas que salían... no beneficiadas.

Nuestro castigo es ayudar a la infermera en nuestros tiempos libres. Cuando podríamos estar descansando el la orilla del lago negro, teníamos que estar en la infermeria.

Aveces venían chicas que no tenían nada, y cuando digo nada es NADA.
Con las típicas excusas de:
—¡Me he torcido un tobillo!—

—¡Me siento mareada!—

—¡Soy una zorra!—
Digo... ¿qué?

No se preocupen, a esas les atendía yo misma. Y siempre que podía les preguntaba si les gustaba el arroz.
Y que la cura es dejar de comer tanto.

Aún no comprendo porque dejaron una responsabilidad tan grande a nuestras manos.
Aver, que lo único que teníamos que hacer era seguir las órdenes de Poppy... pero ¿Y si se me caía un frasco de cristal con un líquido ultra fuerte?

¿Y si me clavaba esos mismos cristales por el impacto?

¿Y si el líquido salpica a Peter y mientras corre con las manos alzadas en círculos gritando de una forma extrañamente aguda se le caen los pelos?

O peor... ¿¡Y SI ESE LIQUIDO LE CAE A SIRIUS Y SE DESTRUYE SU MELENA PANTENE?!

¿¡Y POR RESULTADO ME PERSIGUE HASTA EL FINAL DE MIS DIAS?!

No, no soy paranoica.

El poder estar en la infermeria en cierto modo también nos benefició.

Hubo una luna llena, y por la mañana podíamos estar con Remus.

—¿Te duele?— pregunte preocupada.
Remus estaba estirado en la camilla.
Acabábamos de regresar de la luna llena y estaba amaneciendo.

Estabamos todos cansados, pero nos quedamos con Remus en la infermeria para cuidarlo.
Le tenía que cerrar las heridas con una poción que me dio Poppy, mientras los chicos estaban sentados a los lados de la camilla esperando por si podían ayudar.

Le cerré unas cuantas heridas de la cara, pasando un algodón mojado en la poción.

El chico hacía muecas, seguramente escozia. —Se aguanta bien— murmuro.

Cada vez que volvíamos de la luna llena el chico se sentía muy culpable. Tiene miedo de hacernos daño.

La última vez, James volvió con una cicatriz que apenas le dolía. Pero eso fue suficiente para hacer sentir fatal al castaño.

—oye Rems, lo has hecho muy bien, estamos todos bien, como siempre— le dije con voz dulce. El chico hizo una mueca triste.
Le di un beso en la mejilla procurando no rozar ninguna de sus heridas para no hacerle daño.

—Exacto, no debes sentirte culpable de nada, nunca deberías. Todos sabemos no eres consiente— dijo Sirius con los párpados medio cerrados. El ojigris estaba apoyado en un extremo de la camilla, descansado su cabeza entre sus brazos.

Le pedí a Remus que se inclinase hacia delante para sanarle las heridas de la espalda.
El chico lo hizo lentamente mientras le sacaba la camisa con cuidado para que no rozase sus nuevas cicatrices.

—¿Y que hay de la cicatriz que le hize a James?— dijo mientras se le humedecidan los ojos. James suspiró cansado.
Comenze a curar sus heridas.

—Lunatico, ya te dije que en ningún momento me dolió. Y además, es una bonita gran cicatriz de guerra— bromeo James apoyando su cabeza en su mano medio dormido.

El silencio que reinaba en Hogwarts era sepulcral. Los pequeños rayos de luz roja y naranja del amanecer que entraban por las ventanas de la infermeria, daban un ambiente cómodo.

—Os quiero chicos... creo que aveces no os lo digo lo suficiente— dijo en voz baja el ojimiel con una sonrisa ladeada.

Sonreí y me aparte para poder ver mejor a los chicos. Le indiqué a Remus que ya se podía estirar en la camilla.
Este lo hizo soltando un suspiro tranquilo.

Los chicos también sonreían.
Le tomé la mano a Remus sentandome en el borde de la cama de lado.

—el sentimiento es mutuo, ya lo sabes Rems— dije en voz baja con voz dulce. El chico me sonrió en respuesta.

—No se que haría sin ustedes— susurro Peter adormilado con una sonrisa.

—Merodeadores desde siempre comenzó Sirius.
—Y por siempre— termino James.

Estos eran los momentos que recordaría cuando fuese mayor. Esos que me marcaban y me recordaban cuando los quería.
Incluso Snape podría apreciar lo tierna que era la escena.

Remus cerró los ojos mientras le acariciaba su mano con mi pulgar.

Volvi a sonreír. Mire a los demás chicos.

Peter estaba dormido y Sirius y James estaban a punto.
Me acerqué a James y le saqué las gafas suavemente para que pudiese dormir con más comodidad.

El chico me sonrió agradecido y se apoyó en la camilla descansando su cabeza encima de sus brazos cruzados.
Le revolvi el cabello, lo que le hizo soltar una risita y deje sus gafas encima la mesita de noche de al lado la camilla.

Me acerqué a Sirius y me senté en ma silla de su lado.
Este me sonrió adormilado de forma dulce y sincera.
—Buenas noches mi principe— susurre dejando reposar mi cabeza sobre mi mano, apoyando el codo en la camilla.

—Buenas noches mi princesa— susurro aún más bajito cerrando los ojos.
Le acaricie el cabello suavemente mientras se dormía.
Tarareando la misma canción que el hizo en las vacaciones cuando dormimos juntos.

El chico volvió a sonreír y lentamente se durmió.

En esos puntos era la única despierta. Mire el amanecer por la ventana y lentamente me apoyé en la camilla cerrando los ojos.
Escuchando las respiraciones desacompasados de mis amigos...
No. De mi familia... cai en los brazos de Morfeo.

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Este capítulo fue bastante tierno, ¿no creen?
Espero que les gustase mis bbs, de verdad que aprecio cada voto y comentario, gracias <3

Este capítulo fue bastante tierno, ¿no creen?Espero que les gustase mis bbs, de verdad que aprecio cada voto y comentario, gracias <3

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La vi demasiado... única como para no compartirla con ustedes xd

𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora