- XXXIII - Baile de Navidad 5/5

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𝑆𝑜𝑚𝑒𝑑𝑎𝑦𝑠 𝑖𝑚 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑙𝑖𝑘𝑒: 𝑊ℎ𝑎𝑡 𝑡ℎ𝑒 𝑯𝒐𝒍𝒚 𝑓𝑢𝑐𝑘

Me fui de vuelta con James, quien estaba en la barra.
Estaba hablando con Lily y parecía bebido. Hize una mueca y aceleré el paso.

Pero no llegué a tiempo, Lily grito algo que no pude entender mientras abofeteaba al miope y se iba caminando a grandes zancadas hacia Snape echando humo.

El azabache se fue de la misma manera en la dirección contraria. Corri hacia el preocupada mientras este salía del gran comedor.

No sabía lo que podría haber dicho la pelirroja pero a James no le había sentado nada bien. Además de que al estar borracho no podría contener sus emociones como querría estando consciente.

Lo seguí por los pasillos llamándole, pero el chico no pareció percatarse. Puede que estuviese demasiado fundido en sus pensamientos para prestar atención a donde iba o a lo que pasaba a su alrededor.

Pude distinguir el rumbo que tomaba. Parecia dirigirse a la torre de astronomía. Sabia que era un lugar donde el chico solía ir para relajarse.

Al final llegamos. El silencio era cómodo.
El chico se paró apoyandose en una pared, deslizándose para terminar sentado en el frío suelo.
El azabache se abrazaba a sí mismo
mientras algunas lágrimas silenciosas comenzaban a recorrer su rostro.

Me rompió el corazón verle así. James nunca lloraba, era de esas personas que solo parándose a su lado te alegraba el día con una chiste malo o con su aura de diversión.

Me acerqué a él rápidamente, sacándome los tacones mientras me sentaba delante suyo con expresión preocupada.
El chico reparó en mi presencia y me miro sin hacer ademán de contener las lágrimas.

Con delicadeza le saqué las gafas, dejándolas en el suelo a nuestro lado. Con las manos temblorosas extendi mis brazos hacia él.
El chico sin dudar me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello, dejando que lo estrujara entre mis brazos.

El azabache comenzó a sollozar, sin miedo a retener sus sentimientos.
Dejando salir toda la tristeza acumulada de cuando Lily lo rechazaba. Esta vez no lo podía ignorar.

Le acariciaba la espalda con cariño, intentando tranquilizarle en la plenitud de la noche.
Solo las estrellas podían escuchar los llantos de mi amigo.

Lentamente James se tranquilizó, separándose con suavidad. Junte mis manos con las suyas para que en todo momento esté pudiese notar mi apoyo.

—Jamie...— susurre. El chico bajó la mirada respirando entrecortadamente por el llanto.
—No hagas caso... ya sabes que lo que dice no es verdad... no dejes que te afecte— añadi apretando sus manos. El azabache me devolvió el contacto mientras negaba con la cabeza.
—¿Por que no soy suficiente para ella...?— dijo con voz rota. Negué con la cabeza mientras le volvía a abrazar.
Ambos nos mantenimos en silencio. En separarnos le entregue las gafas para que pudiese ver mejor.

El chico se las puso un poco confuso. Le entregue la más dulce sonrisa y señale las estrellas, que se podían ver perfectamente desde ese lugar.

El chico siguió con la vista mi dedo, terminando observando el cielo estrellado.
Me acerqué a el sentándome a su lado, pasandole un brazo por la cintura.

—Las estrellas se ven hermosas esta noche— comenze mirando el cielo. Siempre había sido muy fan de la astrología.
—¿Pero sabes quién es más hermoso?— pregunte.
El chico ya se sabía la frase, pero espero expectante. Sonreí encantada.

—Tu no, porque eso es quedarse corto. Eres maravilloso James, tu sonrisa ilumina cada rincón oscuro de este planeta. Tu forma de ser hace a la gente sentir bien, tu, James Fleamont Potter, eres perfecto. No dejes que nadie, ni siquiera Lily te haga pensar algo distinto— dije mirándolo con seriedad. Mis palabras eran totalmente ciertas a mi parecer, y necesitaba que James lo supiera.

Se quedó callado, mirándome con cariño. Unas lágrimas volvieron a deslizarse por las mejillas del azabache. Este se sacó las gafas antes de que yo pudiera, para comenzar a secarselas mientras retenía el llanto.

Este pronto paró, para luego mirarme fijamente. El rostro del chico era serio. Tenia los ojos levemente rojos por el llanto y las pestañas mojadas.

Este sin pensárselo dos veces se abalanzó sobre mi, juntando sus carnosos labios con los míos.
Me quedé demasiado pasmada como para reaccionar.

Sabia que el miope tenía alcohol en el organismo pero no sabía que llegaría a tal punto como para hacer eso.
De todas formas James estaba muy dolido, y procuraría separarle con delicadeza.

El miope besaba con decision, aunque no habían sentimientos de por medio, o por lo menos no sentimientos de amor. No de ese tipo.

Puse mis manos en su pecho para apartarlo suavemente. Este no se resistió y se separó lentamente.

—James... estas borracho...— comenze manteniendo la calma. El chico nego repetidamente como niño pequeño.

—Esto es de verdad— dijo con una mueca molesta. Mientras miraba al suelo. Sonreí de lado mientras le subía la cabeza suavemente con mi palma.

—¿Que te parece si lo hablamos mañana?— dije para engatusarle. Un borracho aveces era como un niño pequeño muy inocente.
El chico asintió.

Me levanté y le ayudé a caminar. Cogi las gafas y mis tacones con mi mano libre. Para luego guiarle a los dormitorios. Los párpados del chico se cerraban constantemente, indicado, aunque lo negase, que estaba muerto de sueño.

Llegamos a los dormitorios, lo estire en su cama, dejando las gafas donde siempre, en su mesita de noche.
James cayó dormido cuando su cuerpo rozó las sabanas.
Sonreí tierna.

El beso no me había alterado. Sabia que James no estaba en sus facultades en ese momento. Ninguno sentía nada por el otro.
Además, en esos momentos estaba demasiado cansada y no podía pensar con claridad, ahora mismo todo me daba igual, mañana ya me preocuparía.

Me decíse el peinado y me saque el maquillaje y pendientes, dejándome como siempre.

Me puse el pijama en el baño, dejando mi vestido en una silla y me estiré en la cama. Cerrando la luz con un movimiento de varita.

Seguramente los demás no tardarían en llegar, y quería estar dormida para no tener un encuentro incómodo con cierto ojigris.

Me entregué en los brazos de Morfeo, intentando no pensar en nada de lo que había pasado esa noche, ya que tenía muy claro, que si lo hacía, no dormiría.

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𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora