𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]

- XIX - Vacaciones 2/4

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Me desperté la primera.
Seguramente porque era la que había dormido más en las últimas horas.

Unos rayos de luz entraban por la ventana. Se podía escuchar a los pájaros cantar.

Los chicos aún dormían.
Mi postura con Sirius cambió, supongo que por la noche nos moveriamos.

Ahora Sirius estaba estirado boca arriba con el brazo más cercano a mi aún abrazándome por la cintura. Yo me desperté con mi cabeza usando su pecho de almohada mientras reposaba las manos en el espacio que nos separaba.

Suspire, hize ademán de separarme, pero rápidamente los brazos del ojigris me envolvieron apretandome a el con brusquedad.

Sirius aun dormía, y había hecho ese movimiento inconscientemente.
Nuestros rostros estaban innecesariamente cerca.

Me quedé observando sus rasgos. Las pestañas del ojigris eran largas. Daban ganas de recorrerlas.
Sirius tenía los rasgos marcados, y unos labios finos pero carnosos.

En ese momento algunos mechones azabaches le tapaban el rostro. Con un movimiento suave y lento para no despertarle, los aparte colocando los detrás de su oreja.

La respiración de Sirius comenzo ha hacerse más lenta, lo que indicaba que se estaba despertando.
Cerré los ojos rápidamente y fingí que dormía.

Por como se removió en su lugar supe que se despertó.
Rápidamente se quedó quieto al reparar en mi. Supongo que no quería despertarme.

Después de unos segundos de tranquilidad note unos labios posarse sobre mi frente.
Cuando el contacto se desvaneció note como Sirius apoyaba su barbilla sobre mi cabeza, acercándome más a él.

Lentamente, después de unos minutos de silencio, el chico comenzó a taradear una canción mientras jugaba con un mechón de mi pelo.

Sonreí mientras escuchaba la canción, dejando que esta se me grabaste en la mente.
Si el chico notó cuando sonreí no lo demostró.
Estuvimos así unos minutos.

-Te vi sonreir- dijo Sirius con tono burlón. Me separé para poder verle el rostro.
Su sonrisa era sincera, y sus ojos brillaban con alegría.

-Que fácil es hacerte feliz, mi príncipe-canturree devolviendole la sonrisa. El chico río.

—qui biniti is icirti riir mi principi— dijo James con voz aguda en su cama.
Me giré para poder verlo.

El miope se sobaba los ojos y sonreía burlón.
—Buenos días Jamie— le salude. El chico se inclinó y cogió las gafas en su mesilla de noche para después ponerse las.

—Buenos días Aphrodita y Siri— dijo mirándonos curioso con una ceja alzada.
—¿Interrumpi algo chicos?— pregunto burlón viendo nuestra postura. Tanto Sirius como yo estábamos de lado para verle, pero la mano del ojigris nunca hizo ademán de separarse. En este momento estaba en mi vientre, justo por arriba de la cintura.