𝕱𝖊𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌𝖘 || Merodeadores [pausada]

- LII - Sirius

Como por arte de magia, los chicos desaparecieron, menos Sirius claro. Casi pude escuchar sus risas mientras nos miraban a lo lejos.
Le sonreí a Sirius de forma nerviosa, no dudaba que el se sintiese igual.

Este me devolvió el gesto, acercándome una mano para que entrelazase mis dedos en los suyos. El chico llevaba unos guantes negros que me arrepentí de no haber pensado en el momento.
Los alumnos ya comenzaban a caminar hacia Hodsmedae cuando yo acepté el contacto.

Caminamos uno al lado del otro, dejando que los demás alumnos se adelantaran para más intimidad.
Sirius no abría la boca, parecía tener tantas cosas que decir pero sin saber cómo comenzar.
Su mirada acostumbraba a estar fija al frente, con una sonrisa que no se esforzaba por disimular. Sin embargo, cuando yo no lo veía, no se lo pensaba dos veces el momento de verme con ojos tiernos.

—Llevaba tanto tiempo esperando esto— susurro con un suspiro de tranquilidad, mientras una cortina de su aliento salía de entre sus labios, pudiéndose ver por el frío. Parecia siempre hacer frío en Escocia.

—Cuanto, ¿exactamente?— pregunte para aligerar el ambiente sin despegar su vista de su, a mi parecer, perfecto perfil.
El azabache río levemente, girando su cabeza hacia mi mientras su sonrisa se expandía.

—Decirlo dañaría mi orgullo— respondió para evitar la vergüenza que le provocaría responder. Aunque, conociendolo terminaría diciéndolo el mismo en algún momento.
Ladee la cabeza devolviendole el gesto.

Separe mi mano de la suya, abrazando de lado su brazo mientras el reposaba sus manos en los bolsillos de la chaqueta negra.
—Ya, tu tampoco estás mal Siri— bromeé. Este volvió a reír mientras colocaba su brazo de una forma para que estuviese más cerca.

De todas las veces que había estado en esa posición con una chica, podía admitir sin problemas que era la primera vez que no lo encontraba empalagoso.
Aunque ambos supiesen que era la primera cita, el pasar un rato juntos se les hacía tan cómodo que parecía que fuese la quinta.

—¿Donde querrás ir primero?— pregunto Sirius mirandome de reojo. Me lo pensé, aunque quería un poco de intimidad, el mejor lugar que se me ocurría eran las tres escobas.

—Las tres escobas no estarán muy llenas todavía, ¿no?— pregunto. La ruta normal de los alumnos era pasarse por las tiendas antes de tomar algo, por lo que seguramente tenía razón.

Sirius se encogió de hombros, pensando en ello, aunque su rostro me mostró que la idea le parecía bien.
—Aceptaria aunque quisieses ir a tomar un té con Madame Pudipié— admitió.

Caminamos en un silencio cómodo. ¿Que se hacía en una primera cita?

Yo tuve una con Luke, pero estar con el no se sentía ni de lejos estar con Sirius. Tampoco creo que el tuviese mucha experiencia en citas mínimamente formales. Para ser sincera, que hubiésemos acordado en hacerlo así era gracioso. Ver a Sirius Orion Black intentar actuar como un caballero era algo que sabía que tenía que ver antes de morir.