CAPITULO 5

173 18 0
                                    

Sólo mátame ahora Jesús.

-Escuché sobre tu escape de medianoche-. El Dr. Andrews habló.

-No fue un escape-. Murmuré.
El se encogió de hombros.

-Más o menos-. Él rió entre dientes.

-¿A dónde vamos?-. Pregunto.

-Voy a tomar un café, tú en cambio vas a ver a la doctora Jauregui-. Gemí ante el solo pensamiento.

-¿No eres su fan?-. Él ríe.

-No soy fanática de los médicos-. Frunce el ceño ante mis palabras.

-Bueno, afortunadamente para ti, tu médica no es fanática de la gente-. Dice mientras caminamos por el pasillo familiar.

-¿Se supone que es gracioso, Dr. Andrews?-. Me burlé al pasar junto a él.

-No, pero te jodió, ¿no?-. Guiñó un ojo. De acuerdo, ¿todos los chicos de aquí son unos pervertidos cachondos o solo me estoy imaginando una mierda? Llamó a la puerta de la doctora Jauregui y ella pareció muy disgustada de verlo. Supongo que a nadie por aquí le gusta el doctor este.

-Bueno, buenos días a ti también, sol-. Él le guiñó un ojo. Ella pone los ojos en blanco y vuelve a su escritorio. Me sonrió y le di el mismo tratamiento que la doctora Jauregui.

-Bueno, me voy a poner en marcha-. Dijo retrocediendo nerviosamente.

-Buena idea-. respondió, bueno, al menos sé que no soy la única.

-No tienes que quedarte fuera Camila-. Dijo en un tono tranquilo. Entré silenciosamente a su oficina.


-Escuché sobre tu épica fuga-. Ella sonrió haciendo girar el bolígrafo sobre su escritorio.

-¿Épica?-. Me reí  -Sí ... maldito fracaso épico-. me burlé rodando los ojos hacia la mujer de ojos verdes.


-No te culpo Camila. Hubiera corrido tan pronto como entré por esas puertas-. Dijo con indiferencia.

-¿Por qué trabajas aquí?-. Ella comenzó a reír, pero no pude entender por qué.

-Me he estado haciendo la misma pregunta desde que entré por la puerta-. Comenzó a dar vueltas en su silla, para ser una joven de veinticinco años, seguro que actúa como una adolescente. ¿Qué mujer adulta hace eso?.

-¿Por qué estoy aquí?-. Pregunto. Ella me miró con tanto desconcierto.

-¿No lo sabes? Porque estoy segura que yo tampoco sé -. ¿Cómo va a ser mi doctora pero, ni siquiera sabe por qué diablos estoy aquí?

-Ni siquiera debería estar aquí, soy perfectamente normal-. Dije apoyándome contra la pared beige lisa y vacía.

-Bueno, según tengo entendido, tienes que estar bastante arruinada para estar aquí-. Dijo finalmente mirándome.

-Entonces, ¿estás insinuando que estoy jodida como el resto de estos bichos raros aquí?-. Le espeté, ella no es mejor que la doctora Flirt o ese pervertido Peter, realmente me molesta.

-No estoy insinuando nada, solo digo. Si estás aquí, algo debe estar mal contigo-. Empecé a sentir que me hervía la sangre. ¡Cómo se atreve ella, no me conoce!

-Tonta-. Murmuré.

-Así me dijeron-. Ella gruñe  -¿Quieres empezar?-. Pregunta en un tono más feliz.

-Podemos empezar, pero no voy a hablar contigo-. Dije sentándome en el sofá frente a su escritorio. La mayoría de los médicos todavía tienen sillas, ¿ella tiene un sofá? Empiezo a pensar que no es una doctora legítima.

-Eventualmente lo harás, estoy segura-. Ella sonrió.

-¿Y por qué es Dra. Jauregui?-. Ella me mira y comienza a negar con la cabeza.

-Encanto de Jauregui-. Me guiñó un ojo.

-Ya veremos-. Murmuré.

-¿Desafío? Me gusta eso-. Ella sonrió.

-Graciosa, pero no me agradas-. Dije devolviendo el gesto.

The Patient's Promise (traducción) CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora