CAPITULO 22

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"Lauren no está aquí", susurra.

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-¡Aléjate de mí!-. Grité dándole una patada en la ingle.

-Te vas a arrepentir-. Él gruñe.

-Quizás-. me levanté y rápidamente agarré el control que abre la puerta. -Cóm... -.



-Matthew, hay una Vaness... -. Brian me detuvo la frase y miró entre el doctor Andrews y yo   -¿Qué demonios hiciste?-. Le preguntó al Dr. Andrews.


-Nada, tuvo un episodio y pensó que era yo quien la estaba haciendo daño-. El doctor Andrews habló.

Estaba a punto de hablar, pero me detuve cuando sentí que un rinoceronte me aplastaba el cráneo.

-Mila eres tú-.

-Llévela a su habitación y dígale a una de las enfermeras que la ayude-. Dijo el doctor Andrews interrumpiendo a Brian a mitad de la frase.


-Bueno-. Brian asiente sin saber qué hacer con la situación. Ni siquiera sé qué está pasando.


*


-¿Qué pasó ahí?-. Preguntó Brian.

-No estoy segura. Espero que esté bien-. Me encogí de hombros al entrar a mi habitación.

-¿Bueno?-. Él rió  -Pateaste al hombre en su orgullo de alegría Camila-.


-Él estará bien-. Dije  -¿Has visto a Lauren?-.

-No, no en un tiempo. Nadie lo ha hecho-.


-Oh. ¿Qué hay de Daniel? Yo tampoco lo he visto-.


-Mila... -.

 

-¿Señorita Cabello?- Dice una vocecita desde mi puerta. Miro hacia arriba para ver a una mujer pequeña y frágil que se esconde detrás de su bata   -El Dr. Andrews me pidió que fuera a ver cómo estabas, cariño-.

Es tan adorable y pequeña que solo quiero tomarla y ponerla en mi bolsillo.

Brian se apartó de mí y comenzó a alejarse  -¿Qué me ibas a decir?" I grité-.


-No es importante-. sonrió y se alejó. Sentí que algo andaba mal, pero no pensé demasiado en ello.


-¿Como te sientes?-. La enfermera me pregunta con dulzura.


-Bien-. Respondí con el mismo tono.


-La Dra. Jauregui me dice que tiene problemas para dormir-.


-¿Usted la conoce?-.

Ella no me responde, sale y toma mi historial de mi puerta. Ella lo miró y comenzó a escribir en él. Saca un frasco de prescripción médica, lo abre y me coloca dos píldoras pequeñas en la mano.

-Oh, se supone que no debo-.


-No es una droga-. La mujer se rió   -Es solo para ayudar con la relajación-. Colocó sus pastillas en mi mano. Sospechosamente los miré a ellos y a ella antes de ponerlos en mi boca. Me dio un vaso de agua y comencé a beberlo lentamente. Mientras lo bebía, ella colocó su mano debajo de la taza, inclinando la taza hacia arriba, provocando que entrara más agua en mi boca de la que pretendía.

-¿Cómo te sientes?-.


-Me siento como... -.

*

-Esto está mal-. Alguien dijo débilmente.


-No importa-.

-A la Dra. Jauregui, no le va a gustar esto-.


-No me importa-.

The Patient's Promise (traducción) CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora