Pasaron 7 meses, en ese tiempo me acordé de Ana, pero seguía sin recordar a Jaime y a Hugo.
Aún en mi estado podía trabajar, así que no dudo de volver al trabajo al mes siguiente después de salir del hospital.
Desde que salí del hospital, Ana pasaba los findes de semana conmigo y los lunes y viernes con ella y su prometido por las tardes. Con Hugo eran el resto de días ya de vez en cuando los viernes para ir a pasear.
Cuando estaba con él me sentía como... no sé... me entraban ganas de pegarle por la forma de despedirse de mí hace unos años... pero en el fondo... algo me lo impedía...
Hoy era Sabado, estabamos en pleno verano, eran las cinco y media de la tarde, hoy Ana no podía estar conmigo porque tenía una comida con los padres de su prometido. Estaba sola en casa aburrida, tenía tanta calos que iba en camiseta estrecha blanca de tirantes y con un pantalón negro muy corto, tanto que parecían más unas bragas que unos pantalones, pero era un pijama, hacía muchísima calor y a parte, los pijamas están hechos para estar cómoda en tu casa sin nadie que te critique.
Me encendí la tele, miré por todos los canales y no había nada interesante así que miré en el cajón de debajo de la tele a ver que película podría ver cuando de repente sonó el timbre.
Fui a abrir y me asomé por la merilla. ¡Era Hugo!...¡y yo con este pijama tan llamativo!
-Ai dios...- dije flojo- ¡Voy, un momento!
Fui corriendo a mi habitació, no sabía qué ponerme.
-Dios... ¿Qué me pongo?- dije rebuscando entre mi ropa.
Rápidamente cojí un patalón corto blanco y una camiseta de tirantes de color rosa oscuro.
Fui corriendo a abrir.
-Ya esta...- dije cojiendo y soltando aire cansada de correr para ponerme la ropa y abrir- Hola...
-¿Te pasa algo?- preguntó frunciendo el ceño.
-S-si, si... estoy... perféctamente...- dije intentando sonreir.
-¿Segura?
-Si, tranquilo...
-Bueno, como tú digas...
-¿Qué pasa?¿Necesitas algo?
-Venía a preguntarte si te gustaría venir a la playa.
-¿A la playa?¿Con quién?
-Conmigo.
-¿T-tú y... yo?¿solos?
-Si, tu y yo, solos.
-N-no sé...
-Venga... será divertido, además hace calor y seguro que te estás aburriendo aquí sola... venga Amelia.
-Bueno,... vale...
-Bien, a las seis y media paso a por tí.
-Vale.
-Ponte mucha protección solar, que tú eres de las que se queman fácilmente- dijo marchándose.
-¿Cómo... sabe eso?
Me metí en casa y tras cerrar la puerta me preparé el macuto.
Si según él yo soy de las que se queman fácilmente tenía que tener un buen protector solar. Miré en el armario y ví un bote de crema solar del 50%. Hugo tenía razón, tenía una piel muy delicada.
Me pregunto... ¿Cuántas cosas más sabría él de mí?
Me puse el biquini que más me gusto que era uno color azul celeste y encima lo que me había puesto para recibir a Hugo. Me metí en el macuto una toalla, la crema, fruta por si me entraba hambre, mi móvil y mis gafas de sol.
Ya eran las seis y media y Hugo llamó a la puerta. Iba con su bañador de color negro con figuras raras de color azul marino y una camiseta blanca de tirantes.
-¿Lista?- preguntó.
-Si- dije con ganas de meterme ya al agua.
Al salir del edificio nos montamos en su coche, muy bonito y moderno también, y nos pusimos en marcha a la playa.
Camino a la playa, en el coche, estuvimos hablando de lo que recordaba y riéndonos de tonterias que le hice o me hizo Jaime, que más o menos me acordaba de él.
-¿Te gustaría después que fueramos a la casa de la playa de mi familia a cenar?- me preguntó.
-¿Tienes una casa en la playa?
-Si, pero deje de ir desde que mis padres murieron, pero hace una semana fui con Jaime a limpiarla para venir mañana a pasar el día, así que está en buenas condiciones... ¿Te gustaría?
-Está bien- dije sonriendo- pero...
-¿Pero qué?
-Esto... em... es... ¿U-una cita?
-Bueno, si, se podría decir que si.
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Amor con Odio
RomanceAmelia, una chica lista, simpática y educada tenía un amor en el instituto llamado Hugo, él apenas sentía algo bueno por ella, era un chulo, egoísta, pasota y creido. Él desapareció de una manera que con sus palabras hirieron a Amelia, de tal maner...