Capítulo 29-El sí quiero

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Nos dirigimos a la iglesia, todos los familiares de Ana y Jaime estaban esperando a la novia.

Jaime estaba en el altar y a su izquierda Hugo, iba bastante arreglado, la única diferencia de prenda entre los tres padrinos y Jaime era la corbata, Jaime la llevaba de un naranja oscuro y los padrinos de color azul claro.

Las damas de honor entramos primero y detrás nuestra la novia cojida del brazo de su padre.

La música empezó a sonar y cuando el padre de Ana le dió la mano de su hija a Jaime la música paró y empezó la charla del cura mientras las damas de honor y los padrinos estabamos sentados en primera fila.

Mientras que daba la charla aburrida de siempre el cura noté como Hugo me miraba estando en el lado de la parte del novio. Lo miré y me sonrió, a lo que yo respondí con una sonrisa también.

Miraba a Ana, se notaba que estaba nerviosa, el ramo de flores le temblaba, no mucho pero yo al menos lo noté. Y de repente vino el gran paso a una nueva vida.

-Ana, ¿Aceptas a Jaime para amarlo, cuidarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, o en la riqueza y la pobreza?-preguntó el cura mirando a Ana.

-Si, acepto- dijo ella mirando a Jaime sonriéndole.

Repitió la misma pregunta con Jaime.

-Si, acepto- respondió sonriendo y mirando a Ana.

-Entonces os declaro marido y mujer, puedes besar a la novia- dijo el cura.

Jaime la miró y la agarró de la cintura y Ana del cuello fundiéndose en un beso que marcaba sus nuevas vidas.

Todos nos levantamos y aplaudimos.

Les dabamos la enhorabuena ya fuera en la entrada de la iglesia..

-Ven aquí- dije abrazándola- enhorabuena Ana.

-Gracias, y no llores por favor.

-No estoy llorando, ya lo hice en tu casa, y sabes que en público no lloro.

-Jaja si claro- reimos.

Escuchamos la conversación de Hugo y Jaime.

-Gracias Hugo- dijo abrazándole.

-Menos mal que te has casado...

-¿Por?

-Porque si no no ibas a sobrevivir sin comida.

-¿A qué te refieres?

-Me refiero a que si voy a tu casa no harás tú la comida, ya he soportado demasiado...

-¡Oye! Hago unos fideos instantaneos maravillosos

-Lo único que sabes hacer, ¿o acaso no recuerdas que pasó cuando intentastes hacer una hamburguesa?

-La cortina se quemó sola, yo no fuí.

-Ya claro, al menos ella no quemará nada- dijo Hugo mientras se reían

-Ejem...- se quejó Ana- a mí no me vas a tener como tu chacha...

-Ya ya, era solo una broma tonta de Hugo ¿verdad Hugo?- dijo pegándole un pequeño puñetazo en el brazo.

-Ai, si si...- se quejó.

Ana y yo nos reimos, se veían tan graciosos cuando descubriamos lo que tramaban...

-Bueno Hugo, hasta la próxima...- dijo con tono tristón y en voz baja para que no lo oyeran.

-Si, suerte en tu nueva vida...

-Igualmente...

Se abrazaron, y tras eso Hugo me miró sonriéndome y se montó en su coche marchándose.

Amor con OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora