Capítulo 24-Tarde de playa

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Llegamos a la playa y no había casi nadie, eran las seis, el sol quemaba. Pusimos nuestros macutos en la arena.

Miraba el agua, no había ninguna ola, el mar estaba en calma y parecía muy refrescante. Me dí la vuelta y me encontré con un panorama que hizo que me sonrojara a nivel extremo. Hugo se estaba quitando la camiseta dejando al descubierto sus pectorales bien definidos.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-¡Na-nada!- dije mirando a otro lado.

-Vale- sonrió- ¿Vamos al agua?

-S-si- me quité la ropa dejando ver mi biquini que al parecer a Hugo le gustó porque tenía la boca abierta y los ojos de búho- ¿Qué?

-Eh... ¿Qué de qué?- dijo mirando al mar.

Se me escapó una pequeña sonrisa, que poco sabía disimular, bueno... a diferencia de mí... él es un maestro para disimular.

Me agarró de la muñeca y me llevó al agua. Nada más meter los pies en el agua noté lo que me iba a costar meterme, estaba congelada. Era lo único que odiaba del verano, el agua fría del mar.

-¡Ai!- dije haciendo que me soltara de la muñeca- no puedo...

-¿Meterte al agua?

-Si, no puedo...

-¿Por qué?

-Está muy fria...

-Mm, tengo una idea- dijo.

Se fue más adentro del mar y se capuzó. No lo ví, tardaba en salir del agua, estaba preocupada así que me metí a buscarlo. El agua me llegaba por el ombligo.

-¡¿Hugo?! ¡Hugo!- dije buscándole a mi alrededor.

Álguien me cojió del tobillo debajo del agua haciendo que cayera y me mojara entera. Al salir a tomar aire a la superficie estaba congelada.

-¡Dios! ¡aaj! ¡Está congelada!- dije cojiéndome de los brazos.

De repente, Hugo salió de debajo del agua y mientras se hechaba el pelo para atrás se reía.

-Me has asustado estúpido- dije soltando una sonrisa.

-Pero he conseguido que te mojes...- dijo sonriendo con una sonrisa pícara.

-Tramposo... no vale asustar para eso- dije lanzándole agua.

-¡Eh! No salpiques- dijo tirándome agua.

Yo le volví a tirar agua y después él a mí mientras que tenía los ojos cerrados, mirando a otro lado y tirándole agua a ciegas, hasta que me agarró por detrás con sus brazos agarrándome de la barriga mientras me hacía cosquillas.

-¡¡Aaaah!! ¡No! ¡Cosquillas nooo! Jajajaja ¡Ai, para! jaja- dije sin parar de reir.

Cuando paró seguía riendo y me giró hacia él, y mientras que le miraba, la sonrisa de mis labios se convirtió en una seducción a besarlo. Nos íbamos acercando cada vez más y cuando estábamos a punto de besarnos, abrí los ojos y me dí cuenta de la situación y puse mi mano para que no nos besáramos, sería un error si lo hiciera... le odio... odio lo que me hizo y besarlo solo me confundiría.

-Lo siento...- dijo retirando sus manos de mi cintura.

-Da igual, no pasa nada...- dije intentando sonreir.

Después de aquello salimos del agua y nos tumbamos a tomar el sol. Yo boca abajo y el boca arriba con nuestras gafas de sol.

-Hugo.

Amor con OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora