Me pongo mi pijama que consistía de una simple camiseta roja de tirantes escotado y unos pantalones blancos cortos.
Me meto en la cama de la habitación de los padres de Hugo. A mi izquierda tenía unas preciosas vistas del mar tras los cristales, no habían ventanas en la habitación si no una puerta enorme con un cristal que llegaba del techo al suelo que si corrias una de esas grandes cristaleras te llevaba a un balcón amplio.
Mirando hacia aquellos ventanales intenté dormir, pero no paraba de dar vueltas en la cama, no podía dormir. Un vaso de leche con mucho cola cao siempre me ayudaba a cojer el sueño.
Con cuidado de no despertar a Hugo pasé por el pasillo hacia las escaleras de puntillas sin hacer ruido.
Bajé a la cocina y me hize el vaso de leche. Me lo bebí en nada de tiempo.
Subí las escaleras y cuando iba por el pasillo la madera hace un crujido en frente de la puerta de la habitación de Hugo, menos mal que no lo escuchó porque me paré por no hacer más ruido, y al cabo de un rato, cuando ví que no salía a ver que era ese ruido seguí caminando de puntillos camino a mi habitación aliviada porque no lo había despertado.
Llego a mi habitación y me pongo boca abajo abrazando la almohada y me hes fácil el coger el sueño al instante soñando... ¿Un recuerdo?
En mi sueño veo a Mario, el tio de Hugo, el día que perdí la memoria, amenazándome con un cuchillo y más tarde la caida que me hizo perder la memoria.
Después, cuando parece que todo ha terminado, me encuentro en una escena espantosa, Mario de pie junto al cadaver de... ¡Hugo!
Mario sujetaba un cuchillo ensangrentado y con la cabeza agachada acercándose cada vez más a mí mientras que yo lo único que hacía era llorar sentada en una esquina y me fijé en una cosa que me llamó la atención en Hugo tirado boca abajo muerto lleno de sangre saliendole del costado. Me fijé en una pulsera que llevaba donde ponía: my soldier. Me sonaba muchísimo.
Y cuando me fijé en que Mario se agachaba a verme el rostro dirigió su cuchillo a mi cara.
Me desperté sobresaltada, chillando y sudando un poco. Me puse a respirar intensamente para recuperarme del susto cuando de repente entró apurado Hugo a la habitación.
-¡¿Qué pasa?!- dijo asustado desde la puerta.
-Una pesadilla...
-Ah, ¿Estás bien?- preguntó.
-S-si...
-Ah vale...- dice dándose la vuelta para irse.
-¡Espera!- le dije levantándome y abrazándole por detrás- por favor, quédate, no quiero dormir sola...
-Vale...
Se acostó boca arriba dejándome posar mi cabeza sobre su pecho mientras me rodeaba su brazo.
El corazón me iba aún a cien por el susto de la pesadilla. Iba tan acelerado e intenso que Hugo lo notó por supuesto al estar mi cuerpo pegado al suyo por el miedo.
-Te va el corazón muy rápido, ya tiene que haber sido una pesadilla de las grandes...- dijo.
-Tanto que hasta me da miedo...
-No te preocupes, estoy contigo...- dijo cojiendo mi mano puesta en su torso con su mano libre ya que la otra la tenía en mi cintura.
-¿Conmigo?- dije flojo.
-Contigo, siempre, ... no te dejaré nunca sola, nunca...
Tras eso mi pulso fue disminuyendo a un ritmo normal, sus palabras me tranquilizaron. Al rato no nos costó pillar el sueño y tengo que admitir... que dormí bastante bien...
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Amor con Odio
RomanceAmelia, una chica lista, simpática y educada tenía un amor en el instituto llamado Hugo, él apenas sentía algo bueno por ella, era un chulo, egoísta, pasota y creido. Él desapareció de una manera que con sus palabras hirieron a Amelia, de tal maner...