Capítulo 27-Algo en que pensar

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Pasamos el resto del día con Jaime y Ana, todo fue muy divertido.

Por la tarde fuimos a la playa, a veces Ana y yo tomabamos el sol mientras los chicos estaban en el mar, y otras veces nos hechabamos partidos de boleybol de chicos contra chicas. De los dos partidos que hicimos nosotras ganamos, aunque sospechabamos de que los chicos nos dejaban ganar a posta.

Cuando ya había anochecido cenamos en casa de Hugo mientras veiamos una película de acción en su tele de plasma.

Ya terminada la película Jaime y Ana se fueron.

-Ve preparando tu macuto- me dijo Hugo bajando sus cosas para llevarlas al coche.

-Si.

Subí y cojí mi ropa metiéndola en mi macuto.

Bajé las escaleras y me encontré en la entrada de la casa con Hugo.

-¿Lista?- dijo abriendo la puerta.

-Si, vamos, me lo he pasado muy bien, me gustaría volver a repetirlo.

-Lo haremos, Jaime y yo hemos quedado en que vendremos y haremos lo mismo que hoy dos días cada verano.

-¡Valla! Que buena idea.

Cerró la puerta con llave y nos subimos a su coche azul marino poniéndonos en marcha de vuelta a nuestras casas.

El viaje fue largo, solo se escuchaba la música de la radio que sonaba en el coche hasta que Hugo habló.

-¿Trabajas mañana?- dijo sin apartar los ojos de la carretera.

-Si, desgraciadamente mañana es Lunes- suspiré.

-Ya veo, odias los Lunes...- dijo sarcástico.

-¿Quién no?- reí- ¿Y tú?¿Trabajas mañana?

-Algo así, si...

-¿A qué te refieres?

-Tengo que mirar unos papeles que me han llegado.

-¿Algo malo?

-No, no parece ser nada malo, pero...- calló.

-¿Qué?

-... nada, olvidalo, no tiene importancia- me miró sonriendo y poniendo al instante la mirada en la carretera.

Cuando llegamos a mi casa y salí del coche con mi macuto en el hombro Hugo salió del coche dejándolo aparcado.

-Amelia espera- se acercó a mí.

-¿Que pa...- me interrumpió de manera sorprendente.

Sus labios acariciaban mis labios, hay que admitir que ese beso... me gustó.

El beso fue corto, lo estabamos disfrutando tanto que el tiempo se nos pasó como una bala.

No quería despegarme de aquellos labios tan cálidos que me transmitian seguridad, tranquilidad, paz, ...

Cuando nuestros labios se separaron nos quedamos en silencio hasta que decidí preguntarle el por qué.

-¿Por qué lo has hecho?

-No aguantaba más, quería volver a besar tus labios y volver a sentir que podía llamarte mi flor.

-¿T-tu flor?

-Recuerda, que aun en la distancia y en el olvido te amaré, pase lo que pase... nunca habrá nadie más para mí que tú- dijo totalmente serio.

-¿Pe-pero qué te pasa?- pregunté extrañada.

-Solo recuerda eso, eres lo mejor que me ha pasado.

Lo noté bastante triste, estos dos últimos días había actuado muy raro pero no me quiere decir por qué.

Me soltó las manos y se fue despidiendose de mí con una abrazo al que correspondí. Se subió al coche y se fue a su casa.

Me quedé parada allí pensativa, habían dos cosas que me preocupaban:

1° Algo me estaba ocultando y no era muy bueno segurísimo.

2° En aquel plácido beso... creo que sentí algo...

Amor con OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora