Cuando terminamos de cenar nos pusimos a ver una película que hechaban en la tele.
Su casa no era muy grande, pero era muy acojedora la verdad...
Suelo de madera, la cocina formaba parte del comedor y dos dormitorios con dos cuartos de baños y un balcón amplio y con vistas que parecía que veias toda Inglaterra.
Cuando terminó la película me llevó a mi habitación.
-¿Y tú?¿Dónde duermes?- pregunté.
-Aquí- me llevó a su habitación- pero tranquila, si necesitas algo solo tienes que pedirmelo.
Cuando se dió la vuelta al decir eso le bese por sorpresa y lo empujé a la cama y me llevó con él poniéndome encima suyo.
Seguiamos besándonos, nos estabamos dejando llevar, quería volver a sentirme suya.
Me desnudó dejándome con la ropa interior y yo igual.
Pasamos una noche reálmente apasionada.
Cuando no podiamos más nos dormimos.
Ya por la mañana me desperté sin Hugo a mi lado.
Al girarme ví una bandeja con un delicioso desayuno de cuatro tortitas con nata y una fresa encima y un zumo de naranja. También había una rosa con una tarjeta.
Olí la rosa, olía muy bien y era muy suave. Cojí la carta y la leí.
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Buenos días mi flor, espero que hayas dormido bien, me gustaría preguntarte una cosa que tenía planeada antes de tu accidente... Amelia... ¿Te gustaría ser mi esposa?...
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Me quedé perpleja... no sabía que decir o hacer después de eso...
De repente giré la cabeza a la pierta donde estaba Hugo apollado sonriéndome.
-¿Qué me dices Amelia?- se puso de rodillas cuando me senté en el borde de la cama sacando de su bolsillo una caja-¿Te quiéres casar conmigo mi flor?
Abrió la caja y enseñó su contenido, un anillo con un diamante azul precioso.
Me llevé la manos a la boca y mientras lloraba de felicidad afirné con la cabeza.
-Si... ¡Si! ¡Claro!- dije.
Me sonrió y me puso el anillo en el dedo correspondiente y tras eso me abrazó.
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Amor con Odio
RomanceAmelia, una chica lista, simpática y educada tenía un amor en el instituto llamado Hugo, él apenas sentía algo bueno por ella, era un chulo, egoísta, pasota y creido. Él desapareció de una manera que con sus palabras hirieron a Amelia, de tal maner...