7- Fiona

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Fiona arrastra su pelo largo entre sus dedos. Lo alza lo más alto que puede y lo ata con el elástico negro. Cae como una cascada ennegrecida sobre su espalda. Lleva un corto top rojo como sus labios que deja al descubierto su espalda decorada con un tatuaje: dos grandes alas de ángel.

-Te reto a gritarte aliento de perro a la profesora Gillies mañana. -Dice Fiona con voz dulce, pero llena de maldad. -Y cuando ella te quiera castigar debes huir.

-Espera. Esos son dos retos. -Dice el chico sentado frente a ella.

- ¿Me estas desafiando? -El chico abre la boca para contestar, pero la cierra enseguida.

-Claro que no, Fiona. -Responde con los dientes apretados.

- ¡Llego el alcohol! -Grita alguien detrás de Fiona. Al girarse ve a Salomé colocar con ayuda de Jeremy las botellas en la mesa de bebidas.

Salomé parece conmocionada. Su mirada está concentrada en las botellas, en ordenarlas perfectamente, una junto a la otra. Los vasos negros de plástico también los acomoda y limpia algunos con una servilleta, algo que no era necesario. Su actitud perfeccionista demostraba que su cabeza estaba en otra parte. Normalmente vuelve de buen humor después de ver a Charlie, pero esta vez se veía más extraña de lo normal.

-Fiona. -La chica junto a ella le toca el brazo. -Tienes que tirar las monedas.

-Ah, sí. -Fiona guarda las monedas devuelta en el vaso, pero se queda quieta, pensando. -Mejor te dejo la mesa. Ya vuelvo.

Fiona le da el vaso a la chica y se levanta para caminar hacia Salomé que continúa organizando las botellas. Jeremy intenta mover una gaseosa, pero ella lo detiene y parece hablarle con firmeza. Jeremy levanta los brazos en un gesto inocente y vuelve refunfuñando a su puesto de seguridad junto a las escaleras.

-Trajiste mi favorito. -Dice Fiona agarrando una botella de campari.

-Aún estoy ordenando, Fio. -Salomé le arrebata la botella y la coloca devuelta en su lugar.

- ¿Qué te pasa? Nunca te preocupas por ser ordenada u organizada en algo. -Fiona piensa un momento. -A menos que estés pensando en algo.

-No es nada. -Salomé intenta poner todas las etiquetas a la vista y los vasos al frente de cada botella.

-Ey. -Agarra el brazo de Salomé y la gira para que la observa. Como si estuviera en llamas, aleja su mano de su piel. - ¿Es Charlie? ¿Paso algo?

Los labios se Salo se arrugan y aprieta sus manos. Suspira rendida. Toma la mano de Fiona y ambas corren hacia la puerta blanca.

-Es Jamie. -Dice cerrando la puerta detrás de ella.

- ¿Jamie? ¿Qué pasa con él?

-Quiere entrar al torneo.

- ¿Cómo sabe del...?

-Él solo sabe que cada mes hacemos el aniversario y quiere entrar. -Salomé camina de un lado a otro de la habitación.

- ¿Cómo? Ni siquiera viene a la escuela.

-Pues ahora vendrá. -Hace una pausa y explica. -Lo echaron de su tercer escuela.

- ¿Otra más que no lo convenció? -Salomé responde encogiéndose de hombros, se muerde la uña del dedo gordo con rostro preocupado. -Mira. Es rebelde, eso tal vez sea un problema. Pero también es muy estúpido. Nunca nos descubrirá.

-Es un idiota egocéntrico. -Dice Salo frenando su caminata frente a Fiona que es un par de centímetros más alta. -Pero es más inteligente de lo que piensas.

- ¿Será un problema?

-No sé. -Salomé se cruza de brazos.

-Hay que decirle a Freddie y a Jeremy.

-No. -Responde cortante. -Ni siquiera saben la existencia de Jamie. Tal vez sea mejor así.

-Tu misma hiciste la regla de no mentir. -Insiste Fiona arrugando la frente.

-Ellos y tu deben concentrarse en encontrar al traidor. Yo me encargo de Jamie.

Cambiando Las Reglas Del Juego [Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora