Lizzie y Thomas habían mantenido una relación seria hace tres meses y hace dos que Lizzie se escabullía por los pasillos del edificio D para dormir en la habitación de Thomas. Pero esa noche era la primera vez que la novata no iría a la habitación de su novio, sino a Sótano. Paso por el pasillo sin siquiera mirar la puerta de la habitación de Thomas. Bajo las escaleras hasta planta baja y recorrió el lugar buscando un callejón oscuro.
Habían dos cuerpos masculinos, al acercarse sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y pudo ver quiénes eran. Un escalofrío helado apuñalo su espalda. Nico estaba apoyado sobre la pared con su celular en la mano y mascando algo. No parecía percatarse de que ella se acercaba, ni el chico frente a él. Freddie tenía su mirada clavada en Nico, su vena irritada y palpitante de su cuello denotaba cuanto deseaba golpearlo. Lo aterrador era que ya no parecía un tierno joven herido y sensible como la primera vez que lo vio en Sótano. Ahora sus ojos sacaban llamas, la pulsera roja de su muñeca izquierda parecía cortarle la circulación y su aspecto prolijo lo hacía aún más aterrador de lo que Lizzie hubiera pensado. Pero lo verdaderamente terrorífico era su repentino cambio de actitud cuando la vio: Su mirada se volvió suave y brillante. Una sonrisa sincera se formó en sus labios. Se despego de la pared para acercarse a ella, pero antes de que pudiera decir algo Nico lo interrumpe.
-Llegaste, preciosa. -Freddie parece querer cortarle la garganta. - ¿Por casualidad no trajiste a Cass con vos?
- ¿Cass? ¿Esa... Cass?
-Salomé dijo que vayamos los cuatro a Sótano. -Dice Freddie interponiéndose entre Nico y la novata. Esta tan cerca de ella que puede sentir su perfume embriagante, el cual le provoca comezón. -Te enseño a usar el chip.
Freddie extiende su mano y espera paciente mientras Lizzie saca su teléfono de su bolsillo trasero.
- ¿Todavía no lo instalaste?
-No sabía que tenía...
-Descuida. -Fred levanta la cabeza para sonreírle y acomoda sus lentes. -Lo hare por ti.
Lizzie no puede dejar de pensar en Freddie con ojos de diablo, pero lo ignora. Otro nuevo recuerdo asecha su mente. Un Tomy recostado con una pierna afuera observando una puerta que jamás se abrirá. Su rostro enfurecido la atormenta.
- ¿Entendiste? -Dice Freddie llamando su atención mientras le devuelve el celular.
- ¿Que? Eh... -Observa su teléfono. En la pantalla hay un mapa partido en cuatro, tres de las partes están vacías. -Si, sí. Entiendo.
-Si, claro. -La voz de Nico enturbia los oídos de Fred. -Tu cabecita está en la habitación 214. -Dice tocando su cien con el dedo índice.
- ¿Como sabes que numero de habitación es?
-Eso no viene al caso. -Nico hace un ademan con la mano y vuelve a apoyarse en la pared. -Si tanto quieres estar con tu noviecito. ¿Porque no vas con él? Digo, en vez de acosarme.
- ¿¡Acosarte!? -Lizzie se acerca amenazante a Nico, él hace un globo con su chicle. - ¿¡Yo a voz!?
Lizzie explota su globo rosado con su dedo. Nico se despega de la pared y la enfrenta. Ambos están a solo un par de centímetros.
- ¡Por donde vaya, vos siempre estas ahí! -Grita acercándose aún más. - ¿¡Yo soy quien debe aguantarse los...
Nico intenta acercarse a la novata, pero una mano fuerte en su pecho lo detiene. El muro de fino vidrio que había al principio entre Freddie y Nico se rompió. Sus miradas como dos navajas desenfundadas se amenazan, ambos sacando chispas. Se podía hasta oler la tensión que había en el aire. Lizzie sabe que en cuanto uno baje la guardia, otro recibirá una buena paliza.
-Son unos engreídos. -Susurra y camina hacia las escaleras por donde vino. La pelea de miradas termina.
- ¿A dónde vas? -Freddie intenta no gritar.
-Vuelve con su noviecito. -Antes de que Nico termine la oración, Freddie ya corría hacia Lizzie.
- ¿Que estás haciendo? -La sostiene del brazo sin fuerza. - ¿No era esto lo que querías? ¿Ir a Sótano? ¿Divertirte?
Lizzie, aunque lo intentara, no podía descifrar lo que pasaba por la cabeza de ese chico. Eso era lo que más miedo le daba. En ese instante parecía un tierno cachorro mojado que buscaba refugio. ¿Como no caer rendida con eso?
-Lo que quiero es que dejes de hacer eso.
- ¿Hacer que? -Freddie junta las cejas y arruga la frente.
-Esto. -Lizzie mira su mano rodeando su brazo. Freddie la suelta enseguida. -No eres mi guardaespaldas. No necesito a nadie para enfrentar a un imbécil como él. -Dice señalando a Nico con la cabeza.
-Te estaba protegiendo. -La voz de Freddie suena más grave.
-Lo sé. -Suspira. -Ya no lo hagas.
Lizzie le sonríe, sus mirada se cruzan por un segundo. Freddie asiente, aunque no esta seguro. Ambos regresan al pasillo con Nico. Ya no tiene el teléfono en la mano y los observa atento mientras caminan.
-No vayas a engañar a tu noviecito con Freddie también, preciosa. -Dice Nico, pero Lizzie pasa de largo intentando suprimir su ira. -Es decir... Otra vez. -Nico ríe. -Dudo que haya sido la primera vez que lo engañas.
Lizzie se gira con su mano hecha un puño y sus nidillos llegan con rapidez a la mejilla de Nico. Un sonido espantoso resuena en el pasillo. Nico termina con la mirada a un costado, al suelo. Escupe antes de mirarla con una gran sonrisa.
- ¡Wow! -Grita alguien detrás de ellos, cerca de las escaleras.
Su largo pelo rubio cae como una pared lisa, sus ojos claros son brillantes en la oscuridad. Cass tiene ríe a carcajadas mientras se acerca a Nico para darle unas palmadas en la espalda encorvada.
-No sabes cuanto estuve esperando este momento. -Dice y vuelve su mirada hacia la novata. -Aunque no pensé que tú lo harías.
Nico no llega a comprender ese intercambio de miradas entre Cass y Lizzie. Era mas que obvio que Cass lo disfrutaba: verlo sufrir. Pero Lizzie parecía orgullosa de si misma y al mismo tiempo con un odio que volvía roja su cara.
Nico noto la mano de Freddie en la espalda de Lizzie cuando caminaban hacia Sótano. Él tenia su mirada sobre ella, su cabello rojizo, con una sonrisa extraña. Parecía sincera y dulce, asquerosamente delicada para Nico. Casi le dieron ahorcadas cuando su mano comenzó a bajar sutilmente.
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Cambiando Las Reglas Del Juego [Pausa]
Fiksi RemajaUna historia situada en alguna parte de Buenos Aires, Argentina, sobre una chica que termina en un internado para menores.