-Él nos sacó arrastrándonos de la iglesia y nos gritó enfrente de toda la ciudad. Mis padres estaban ahí. -Lion suspiro. -Y después de eso no lo volví a ver. Ni a ese chico, ni a mis padres.
La actitud de Lion pareció cambiar completamente. Tenía los codos sobre el lavamanos dándole la espalda al espejo. Encogiéndose de hombros y soltando las palabras como si no tuvieran un peso de plomo.
-Lamento lo que te paso, Lion. -Susurro Thomas acercándose un poco y apoyo una mano sobre su hombro. Lion la aparto rápidamente.
-No lo lamentes. -Se acercó un poco más. Ambos estaban a un par de centímetros sin notarlo. -Gracias a lo que me paso ahora te conozco. Y... me agradas, Thomas.
- ¿Te... a... agrado? -Tartamudeo sintiendo el espacio entre ellos como una densa masa caliente.
-No eres temerario, ni un rebelde. No eres como nosotros, pero creo tienes más secretos de los que cualquiera acá podría tener. -Thomas trago saliva cuando Lion se acercó aun mas y paso sus dedos por su pelo. -Y quiero averiguarlos todos.
Lion se acerco lentamente hacia Thomas, como si estuviera palpando el suelo bajo sus pies. Thomas no se movió en todo el transcurso que sus labios se acercaban a él, pero cerro los ojos. Mientras lo besaba lo único que pasaba por su cabeza era el tacto de Lion sobre su rostro, la temperatura de su cuerpo junto al suyo y una sensación que nunca había sentido, ni siquiera con Lizzie.
Lizzie.
Thomas aparto a Lion de un empujón. Ambos tenían la respiración acelerada.
-Lo siento, pensé que... -Se adelanto Lion, pero Thomas lo interrumpió.
-No. Lion... -Se acercó a él, arrepintiéndose de haberlo empujado. Ahora tenía un intenso imán en su pecho que parecía arrastrarlo hacia Lion. -Tu... tu me agradas también.
- ¿Enserio? -Lion parecía sorprendido y se acerco para volver a besarlo, pero Thomas puso una mano en su pecho.
-Pero... Lizzie.
-Ah. Cierto.
-Debo decirle antes de que... -Thomas se atrevió a mirarlo a los ojos por primera vez. -Ella jamás me haría esto. Es buena y no se lo merece.
-Thomas... -Lion se detiene al ver su rostro. Recuerda el primer día que Lizzie entró al Sótano y también su primer reto. -Tienes razón. No se lo merece. -Mintió.
Tres horas y treinta y siete minutos antes de la derrota de Salomé, Fiona era la primera en pisar el Sótano. Para la ocasión especial se había puesto un largo palazo negro con brillos, una musculosa roja que se abría justo a la mitad dejando ver parte de su pecho, se había recogido el cabello en unas trenzas y una cola de caballo alta, y en los pies tenia unas botas altas. El conjunto lo había traído al instituto solo por si surgía la oportunidad de usarlo. Y había surgido, gracias a ella.
-En este... -Susurraba acercándose a una de las mesas con su lapicera negra. -La... no... vata. -Decía mientras escribía en el papel blanco sobre la mesa y sobre este el vaso negro con sus cuatro monedas. -Nico, Li... on y... -Fiona levanto la mirada un momento para pensar. El nombre de Freddie surgió en un primer momento, pero cuando estaba a punto de escribirlo otra idea se le ocurrió.
- ¿Llegue muy temprano? -Preguntó una voz masculina detrás de ella.
-Si. -Respondió terminando de escribir el nombre en el papel. -Ya que estas, ayúdame a organi... -Deja de hablar a penas ve el rostro de Jeremy.
-Hola, Fio.
-Debes esperar afuera. -Suelto sin más y se dirigió hacia la siguiente mesa.
- ¿Por qué lo haces? -Jeremy la sigue.
- ¿Hacer que?
- ¡Todo esto! -Él se detiene, pero Fiona no deja de escribir en el papel. -Si tanto quieres ser libre hubieras esperado a nuestra graduación. Los dos podríamos irnos y vivir alejados de todo esto. Lejos del Instituto.
-No lo entiendes.
-Entonces explícamelo.
Fiona se gira hacia él. Suspira antes de hablar.
-Dijiste que querías conocerme. Mi verdadera yo.
-Claro que sí.
-Nunca conocí a mis padres. Me crie en un orfanato hasta los 11 años. Una pareja me adopto, pero ellos creían que una hija solucionaría sus problemas. Pero... ¡Sorpresa! -Agita sus dedos en el aire por un momento y luego los baja para volver a su actitud seria. -No fue así.
>Las cosas fueron de mal en peor. A los 17 se divorciaron al fin y yo me quede con mi supuesta madre. Ella se hundió en pozo del que nunca salió. Y me arrastró con ella.
Fiona se acerca hacia Jeremy, alza una mano y con la uña de su dedos índice traza un camino desde su cuello hasta su pecho.
-Dia tras día tenia que buscar como alimentarnos, como sobrevivir. Hice cosas de las que no me arrepiento. Y cuando cumplí 18. -Su dedo se detuvo justo antes del primer botón de su camisa. Luego empezó a subir. -Un día como hoy salí de ese pozo. Vi la luz y fui libre. -Su relato se detuvo un momento, una gran sonrisa comenzaba a surgir en su rostro por los recuerdos alegres, pero dos segundos mas tarde la sonrisa se desvaneció. -Por un breve momento.
-Espera. -Fiona levanto la mirada hacia Jeremy, estaban más cerca de lo que hubiera pensado. - ¿Hoy es tu cumpleaños? -Fiona revoleo los ojos y continuo.
-Mi supuesto padre me encontró y... -Fiona hundió su uña sobre su piel, pero sin perforarla. -Me metió en otro pozo.
- ¿Por qué no me lo contaste?
Fiona se aleja, lo observa y se encoge de hombros. Luego se gira para volver a caminar a la siguiente mesa con su lapicera dando vueltas entre sus dedos.
- ¿Qué cosas debiste hacer para sobrevivir?
-Ya no importa. -Anota otros cuatro nombres en la última mesa. -Si no puedo salir del pozo, entonces voy a destruirlo.
-El Instituto no es tan grave, Fiona. -Suspiro Jeremy. -Cinco años y nos graduamos. Además... -Duda si decirlo. -Estábamos juntos y así era más soportable.
-Eres como mi madre.
-Fiona... -A penas logra pronunciar su nombre cuando la puerta del Sótano se abre y una avalancha de personas entran. Salomé liderándolas.
-Bienvenidos a la nueva casa de La Flor Negra. -Se acerca Fiona hacia ellos. Salomé y ella vuelven a enfrentarse.
-Sigue siendo mi Sótano. -Defiende Salomé.
- ¡Antiguos invitados del Sótano! -Comienza a gritar Freddie pasando entre la multitud y llegando junto a Fiona. - ¡Sus nombres están en las mesas! ¡Corran, jueguen, diviértanse! ¡Y lo mas importante! ¡Que prevalezca...!
-El mas fuerte. -Susurro Fiona al mismo tiempo con su mirada sobre Salomé.
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Cambiando Las Reglas Del Juego [Pausa]
Teen FictionUna historia situada en alguna parte de Buenos Aires, Argentina, sobre una chica que termina en un internado para menores.