21- Algo entre nosotros - Parte tres

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-Ya sabes lo que paso, Fiona. -Respondió cortante y volviendo su mirada al frente.

-Nunca dices mi nombre. -Dijo acercándose a él arrastrando los piel y las palabras.

Fiona esta justo frente a él, pero no la mira. Ella observa su cuerpo. Sus grandes hombros, su abdomen, su cadera, sus muslos y sus pies. Luego vuelve a su rostro, a su mirada seria y fija en un punto lejano. En algún lugar lejos de ella.

- ¿Por qué me ignoras?

-Estas ebria.

-Si. -Se acerca aún más, haciendo que sus cuerpos a penas se rocen. -Es cierto.

Fiona se puso de puntas de pie y pasa sus manos por su nuca atrayéndolo con fuerza. Sus rostros están casi pegados, sus narices se tocan. Pero Jeremy, aunque se agacha, agarra sus manos y la aleja de él. Esta vez sus miradas se cruzan con tanta intensidad que todo el lugar se calienta. Sus labios tiemblan.

-No... No puedo. -Tartamudea él.

- ¿Por qué? -Susurra ella desviando su mirada hacia sus labios que recordaba suaves, agresivos y traviesos.

Se mantiene así más tiempo del necesario, ambos cuerpos incendiándose desde el interior. Hasta que Jeremy la suelta y vuelve a erguirse.

-Deberías irte a tu dormitorio. Yo cierro hoy.

Fiona se queda mirándolo a los ojos, retándolo a verla, retándolo a besarla como antes. Pero también sabe que Jeremy no se rinde fácilmente. Así que empieza a caminar hacia la escalera. No tiene equilibrio y tambalea, pero logra llegar. Observa el suelo para ver donde pisa, pero eso hace que pierda el control de su cuerpo y a penas suba dos escalones. En el tercero uno de sus pies no atina al escalón, se resbala y cae hacia atrás.

Jeremy la ve justo a tiempo para atraparla. Sus brazos la sostienen con fuerza por la cintura y debajo de sus hombros. Mientras que Fiona se sujeta de él por un hombro y apretando su brazo.

Era como si se incendiara en llamas cada vez que se acercaba a ella, cada vez que sentía su cuerpo entre sus manos. Tal vez era su intensa mirada de ojos verdes que le mostraba como una ventana abierta todo lo que sentía. Tal vez era su actitud fuerte e inquebrantable lo que lo atraía. Tal vez solo le gustaba lo que ella le hacía sentir, tal vez era solo una idea, una ilusión.

Sus miradas esta vez no podían despegarse uno del otro. Sus rostros lentamente se acercaban como si fueran dos imanes, atridos uno por el otro. Los centímetros se acortaron hasta que fueron milímetros. Hasta que el espacio entre sus rostros comenzó a hacerse más y más diminuto, haciendo que Fiona comenzara a cerrar los ojos y su pecho se moviera con rapidez. Ella apretaba con fuerza su brazo e intentaba empujarlo hacia sus labios con la otra mano.

Jeremy tenía su mirada sobre sus labios rojos, sus narices estaban tocándose. Un recuerdo asaltó su mente cuando sus labios se rozaron, apenas pudo sentir su piel suave como seda en su labio inferior. El maldito recuerdo de su boca tocando a otro hacía que se clavara un puñal en su pecho y que ardiera dolorosamente.

-Traicionaste mi confianza, Fiona. -Susurra haciendo que abra los ojos. Se alejan lo suficiente para verse. -Me engañaste.

-Pero fue hace mucho tiempo. ¿Por qué no podemos volver a intentarlo?

-No creo que pueda.

Jeremy la ayuda a levantarse. Fiona esta dos escalones más arriba que él y ahora son de la misma altura. Las manos de Jeremy aún no se despegan de su cintura por miedo a que vuelve a caer.

-Te acompaño hasta tu dormitorio.

Fiona asiente, pero Jeremy ya estaba subiendo las escaleras y pasando su brazo por su cintura.

Cambiando Las Reglas Del Juego [Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora