Cambiando Las Reglas Del Juego [Pausa]

14- Espectáculo

- ¿Qué paso con la novata? -Preguntó Salomé en un susurro.

La profesora Nicole estaba explicando reacciones químicas en la pizarra. Había un silencio que aturdía, Salomé siempre odio que su aura fuera tan respetable. Y que le trajera recuerdos oscuros.

-Nada. -Responde Fred junto a ella en el mismo tono. -Le di su prueba y listo.

-Nico también estaba con ella. Fue como si lo espantaras. -Freddie se encoge de hombros y escribe en su cuaderno. -Fred.

Sus dedos tiemblan y provocan una línea en dos renglones, tapando otras letras. Fred busca su corrector en la cartuchera y comienza a borrar con extrema prolijidad.

-Te conozco mejor de lo que quisieras. -Susurra aun mas bajo. -Sé como te pones cuando...

-No entiendes. -Freddie aprieta con fuerza el corrector e intenta no gritar, algo que hace arder su garganta. -Cass le dio un estúpido reto y ahora Nico estará molestándola hasta que se rinda. También sabes como es.

-Ese no es tu problema, Fred.

Freddie se levanta con brusquedad de su asiento, observando a Salomé con ira. Abre la boca para gritarle, pero una fuerte alarma lo interrumpe. El sonido punzante hace que deban taparse lo oídos. La profesora Nicole comienza a gritar, desgarrando su garganta.

- ¡Todos afuera! -Señala la salida y hace que los alumnos salgan primero.

- ¿Qué es esa alarma? -Pregunta Salomé cuando llega hasta la profesora.

- ¡Todos al patio principal! -Grita antes de responderla. -Es una alarma de incendios.

En todos los años que Salomé había pasado en ese colegio conservador nunca había escuchado que tuvieran una alarma de incendios y menos que se haya activado. Ella y Freddie corrían por los pasillos con otros alumnos mientras Salomé comenzaba a imaginarse toda la escuela prendiéndose fuego. Una escena que le provocaba terror.

- ¿No seria genial? -Dice alguien junto a ella.

-Imagínate todo este lugar en llamas. -Dice otro. -Jamás tendríamos que volver.

El grupo comenzaba a reír, pero sus palabras hacían que Salomé se sintiera aun mas aterrorizada. Era como si un pequeño sueño envuelto en una burbuja de cristal comenzara a resquebrajarse, los pedazos caían sobre su piel, cortándola.

Después de recorrer varios pasillos y atravesar la gran salida del edificio A, Salomé y Freddie estaban en el patio junto con todos los alumnos del colegio. Muy pronto se habían encontrado con Fiona y Jeremy.

- ¿Qué esta pasando? -Pregunta Fiona, pero antes de que Freddie le responda irónicamente ella habla. -No veo que nada se incendie.

Era cierto. El edificio A estaba intacto. No salían llamas de ninguna ventana, nada parecía a punto de estallar. Salomé saco un suspiro, como si hubiera contenido su respiración todo ese tiempo.

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Los cuatro edificios que los rodean tenían parlantes que apuntaban al patio. Solía usarse para llamar a los alumnos, pero después de unos años quedaron abandonados. Nadie los saco. Sin embargo, de esos mismos parlantes polvorientas comenzó a sonar una melodía electro que te hacia querer bailar. Al principio era lenta y luego se volvía más intensa y rápida.

-Si para entrar a Sótano tengo que impresionarte. -Una voz grave susurro en el oído de Salomé. No se movió, aunque le sorprendieran sus palabras y su aliento cálido le provocara escalofríos. -Lo hare con placer.

Jamie pasa por su lado a penas rozándola, sus miradas se cruzan. Él sonríe de lado como todo un galán mientras Salomé parece querer rodear su cuello con sus manos y apretarlo con fuerza.

- ¡Que empiece el show! -Grita Jamie llamando la atención de cada alumno y profesor.

La música se acelera y Jamie correr a trepar las escaleras de la silla de arbitro alta. Cuando llega a la cima comienza a mover la cadera, sus manos están en el borde de su remera y poco a poco comienza a levantarla. Deja ver su abdomen marcado. Salomé parpadea, aunque sabia que entrenaba nunca había imaginado su cuerpo. Trago saliva cuando Jamie se la saco y la revoleaba en el aire. Los alumnos gritaban, silbaban y festejaban. Algunos aplaudían. Todos parecían disfrutar el show, mas que nada Fiona que lo observaba casi con una gota de saliva cayendo de su boca abierta.

Jamie al fin baja su mirada al público. Salomé lo mira negando con la cabeza, pero él sonríe. Sin embargo, nota algo a su espalda. La profesora Gillies tiene los ojos sacando llamas, sus orejas están tan rojas como su rostro y sus pies gordos hacen temblar el suelo a medida que se acerca a la silla de árbitro donde esta parado.

- ¡Baja de ahí ya mismo! -Le grita poniendo sus manos sobre el metal. - ¡Y apaguen esa música!

En el momento que la directora se distrae para dar su orden a algún profesor, Jamie deja su remera negra y se escapa por atrás. Se sostiene con ambas manos en el hierro horizontal y deja caer su cuerpo. Cae doblando las rodillas, da un giro en el suelo y vuelve a levantarse para correr por todo el patio. Los alaridos de los alumnos se incrementan, algunos lo gritan mientras otros silban.

Jamie rodea corriendo la cancha de básquet, pero frente a él hay dos grandes hombres de seguridad con trajes negros. Quiere volver y se frena. No le queda otra que rendirse. Su mirada vuelve a cruzarse con la de Salomé. La señala y le lanza un beso junto con un guiño. Segundos después un hombre se lanza encima de él. Otro cae encima de ellos. Jamie queda debajo de tres cuerpos gigantescos.

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