Para ti

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Fui hacia la puerta y la abrí. Seven estaba de pie fuera, a su lado había una puerta gruesa.

- Wow.

- ¿Haz quedado impresionada con mi gran belleza?

Seven agitó su cabello y puso una mano en su cintura.

- ¡Zen, sal del cuerpo de Seven!

- Pfff, jajaja. No esperaba esa respuesta.

- Lo siento, pero sonaste a Zen.

Me hice a un lado para que Seven entrara, dejó la puerta en la entrada, dentro. Seven miraba con curiosidad.

- No había venido aquí...

- Nadie lo ha hecho, solo V.

- Lo sé. Y tenía razón, tienes dos cámaras dentro.

- Sí. Como sabrás, estoy obsesionada con la seguridad.

- Me excusé.

- Mmh...

Me miró con sospecha.

- A-Antes de que instales la puerta, ¿quieres la sorpresa?

- ¡Oh! ¿Tan rápido? ¡Por supuesto que sí!

- Muy bien, siéntate en la mesa y cierra los ojos, vengo enseguida~

Tomé su muñeca y lo senté en una de las sillas, me miró con curiosidad.

- Sin tram-pas~

- Bueno~

Dijo, alargando la e. Cerró los ojos.

Fui a la cocina, saqué dos platos. En ambos puse arroz en el centro, encima puse el pollo en salsa. Justo a un lado puse los huevos revueltos, la lechuga y zanahoria. Por último, puse mayonesa. Tomé algunos cubiertos y dos vasos.

Llevé los vasos y los cubiertos y los coloqué en la mesa con cuidado, para no hacer ruido.

- Puedo sentirte, Kyung.

- ¡Shhht!

Escuché su risa.

Fui de nuevo a la cocina y tomé los platos con comida. Puse uno junto a él, el mío. Y coloqué el suyo frente a él. Ví que olfateó.

- ¡Oh! Huele bien... ¿puedo abrir los ojos?

- ¡Nop! Espera un poco más~

Fui a la nevera y abrí dos latas de dr. Pepper. Las vacié en los vasos.

- ¡Listo, puedes abrirlos!

Abrió sus ojos y me miró con sorpresa.

- ¿Kyung?

- Jajaja, no luzcas tan desorientado. Quería agradecerte por todo lo que has hecho por mí.

Le sonreí, vi sus mejillas encenderse.

- No tenías que agradecerme...

- ¡Claro que sí! Además... así me aseguro que al menos comas saludable.

- ¿Sigues con eso? Jajaja, eres genial.

Parecía avergonzado, miró hacia abajo.

- Lo siento, no sé cómo reaccionar. Nadie había hecho esto por mí.

- Acostúmbrate, porque seguiré haciéndolo.

Le sonreí. Su rostro estaba tan rojo como su cabello, se veía lindo.

- Dios, me vas a matar.

Cubrió sus ojos con una de sus manos, volví a reír. Estaba muriendo de ternura.

Mi complemento [Saeyoung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora