Mi complemento [Saeyoung]

Sótano

- "Viene para acá, solo debo tener paciencia".

Desde que había hablado con Seven, había desaparecido un poco la ansiedad que cargaba desde días. Sé que no debo confiarme, pero debía mantener un poco la esperanza.

Seguía sumida en mis pensamientos, pero fui interrumpida por unos golpes en la puerta. Era como si quisieran tirarla abajo, ¿por qué estaban golpeando con tanta fuerza?

- ¿Sí?

Contesté, aún sentada en la cama. Tenía algo de nervios. Los golpes continuaron, uno tras otro, cada vez más duros, llenos de odio.

Me puse de pie y me acerqué con temor a la puerta, estuve a punto de acercar mi mano al picaporte, pero recordé que la llave la tienen mis captores.

- Tendrás que abrir tú, no tengo la llave.

Una risa irónica sonó a través de la puerta, en ese instante la puerta se abrió de golpe.

- ¡Ray!

Me acerqué a él, estiré mis brazos para abrazarlo, pero me tomó de los hombros con fuerza. Su toqué era doloroso, su rostro no indicaba signos de arrepentimiento, no entendía que estaba pasando.

Cuando estuve a punto de replicar, la puerta se cerró con fuerza, el agarré en mis hombros fue más duro. Sentí que esa fuerza me empujaba hacía la pared. Los brazos de Saeran me rodeaban y me seguían tomando con fuerza, si continuaba así estaba segura de que pronto aparecerían hematomas.

- ¿Ray..., qué pasa?

Mi cuerpo temblaba como gelatina, la situación era tan... irreal, no esperaba que Ray, el chico más amable y dulce que había conocido, me tomara con fuerza y me empotrara contra la pared.

Como si hubiese contado un chiste, Saeran empezó a reír. Su risa era diferente a la que recordaba, su risa solía ser dulce y pegajosa, pero ahora estaba llena de locura. Era un sonido amargo e irónico, como un villano de alguna película de miedo. Observe su rostro, seguía riendo. Pasaron los segundos y me miró a los ojos.

- ¿No me reconoces?

Me dirigió una sonrisa, era tétrica. Nunca había visto esa expresión en él. ¿Realmente era Ray?

Lo observé de arriba a abajo, había claras diferencias al Ray que había visto hace algunos días. Su traje violeta había sido sustituido por un traje negro ajustado al cuerpo, podía ver con más obviedad su cuerpo delgado y desnutrido.

Sus ojeras eran enormes, como si llevara días sin dormir. Su rostro se veía más delgado, claramente no había estado comiendo bien. Su cabello estaba totalmente desorganiza y sus ojos... no podía mantener la vista en ellos, me aterrorizaban. Me miraba con odio y asco.

- Estaba ansiosa por conocerte, sabía que ese idiota tenía pésimo gusto. Veo que es PEOR de lo que creía.

Su voz era áspera, cambiaba de susurros a gritos. Estaba sorprendida de lo que estaba viendo. ¿Qué le habían hecho a Ray?

- Pero, ¿sabes? Ahora que te conocí, tengo tantas ganas de...

Acercó su rostro al mío, su cuerpo se pegó al mío. Uno de sus brazos se colocó en mi cintura y el otro se aferró a mi espalda descubierta, sus uñas raspaban mi espalda, era doloroso.

- ...destruirte.

Sentí su aliento acariciar mi cuello. Al terminar su frase, mordió mi cuello, dejando algunas marcas.

Alarmada, lo separé con fuerza, empujándolo. Me miró burlón, estaba jugando conmigo. Sentí irá, nunca creí que podría molestarme con él.

- Maldita sea, Ray. ¿Qué te hicieron?