Mi complemento [Saeyoung]

Comenzó

- ¡Por fin!

Puse la última caja en el suelo. ¿Quién demonios necesita tantas HBC para sobrevivir? Había unas 4 o 5 cajas en el apartamento. Mire a Seven, no se veía nada cansado.

- ¿Cómo lo haces?

- ¿El qué?

Inclinó su rostro, confundido.

- Acabamos de subir muchas cosas y parece como si no te afectara el peso...

- Oh... eh...

Su rostro se ruborizo, parecía algo avergonzado.

- No lo parece, pero estoy en forma, mi trabajo me lo pide.

Lo miré incrédula. Lo inspeccioné. Mis ojos lo analizaron de arriba a abajo, sus brazos, su pecho y sus piernas.

- "Tal vez no se note tanto por su chaqueta, pero recuerdo que cuando desperté encima de él, sentí sus pectorales"

De pronto sentí calor en mi rostro.

- Dijiste que trabajabas de hacker, pero... ¿en realidad qué haces?

- Eso es secreto~

Puso un dedo en sus labios. Seven está rodeado de secretos. Estos días que he hablado con los miembros de la RFA, me dí cuenta que tanto él como V son muy misteriosos.

- Un día lo descubriré~

- No lo hagas, sería peligroso si lo haces... tal vez podrían... ¿secuestrarte y torturarte a base de cosquillas? Sería muy cruel... sniff sniff...

Fingió llorar. Aunque estaba bromeando, algo en sus palabras y en su forma de decirlo me hizo temer un poco.

- No haces nada peligroso... ¿verdad?

- Tal vez si... ¿o no?

- ¡Bien! No me lo dirás, ya entendí...

Hice un puchero. Sentí que algo en mi cabeza.

- Me gustaría decírtelo, pero no puedo...

Una de sus manos revolvía mi cabello mientras me sonreía. De nuevo, mis mejillas aumentaron su temperatura. ¿Qué me pasa?

Sentí una dulce opresión en el pecho. Recordé las palabras de Yoosung.

- "¿Te gusta?"

- H-Haré algo para que comamos, debes tener hambre.

- ¡Comida de Kyung!

Quitó su mano de mi cabeza. Sentí mi rostro volver a la normalidad y podía respirar con menos dificultad.

- Si, haré algo ligero. Puedes ir buscando un lugar cómodo para trabajar.

- Sí... de pronto la realidad me golpeó.

Puso una mano en el pecho. Fui hacía la cocina y me puse en ello.

- "¿Qué podría hacer?"

Miré lo que tenía en la nevera y en las estanterías.

- "¡Ya sé!"

Tomé algunos huevos, fideos, algunas especias, varias salsas y aceites. Quería hacer algo rápido y ligero.

- "Qué mejor opción que el ramen"

Ramen... me hice experta haciéndolo después de irme de casa de mi padre. Al vivir sola desde tan joven tuve que aprender a cocinar por mi cuenta y una de las recetas más sencillas era el ramen. Lo comía casi diario.