Decisión

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-¿Kyung?

Una voz suave y algo tímida sonó del otro lado de la puerta. Hace muchas horas que había anochecido, pero no había logrado conciliar el sueño.

Me senté en la cama y me dispuse a responder.

-Puedes entrar.

Si no recuerdo mal, Ray dijo que pasaría por la noche para darme un celular, no esperaba que fuera tan tarde.

La puerta crujió y se abrió lentamente, mostrando a un Ray excesivamente contento.

-¡Me alegra que sigas despierta! Es tarde así que no estaba seguro de que estuvieras despierta.

Cerró la puerta y se acercó un poco a mí, sé que debe desconfiar en él, pero algo me dice que no es mi enemigo.

-Ray, es tarde. ¿Has estado trabajando hasta ahora?

-...¿Te estás preocupando por mí? Eres muy amable, Kyung. Estoy acostumbrado a trabajar hasta tarde, así que no tengo problema.

Me sonrió.

-Pero te ves cansado... deberías dormir más, Ray. Es muy malo para tu salud.

Insistí, preocupada por él.

-...

Su rostro se puso rojo, Ray era como un niño que no sabía cómo actuar cuando le das algo de atención. Sonreí enternecida y con algo de tristeza.

-Gracias por preocuparte por mí, pero no vine a eso. Te traje... ¡Esto!

Sacó de uno de los bolsillos de su traje magenta un celular. Se acercó y me lo ofreció.

Al instante lo tomé en mis manos. Estaba encendido.

-No sé cuáles son tus gustos así que tomé el que me gustaba...

Reí. Ray entró en pánico.

-¡L-Lo siento! No debí tomar este modelo, debí preguntar tus gustos. Tengo pésimo gusto y soy muy anticuado... ¡Lo siento! ¡Lo siento!

Parecía que iba a llorar, puse una mano sobre su hombro y lo sentí temblar debajo de mi toque.

-Ray, está bien. Me reí porque es el mismo modelo que el que tenía. No me estaba burlando de ti.

Seguía tocando su hombro, su rostro se iba tranquilizando un poco.

-¿No estás molesta conmigo? ¿O... decepcionada?

Negué.

-¿Por qué lo estaría?

-Por muchas razones...

Miró hacia el suelo, me daba mucha pena.

-No estoy decepcionada de ti, de hecho... estoy muy feliz de que hayas venido. Me sentía algo sola...

Era la verdad. En este lugar, Ray era la única persona que no me hacía sentir rehén. Aunque es ilógico, ya que él fue quien me trajo.

-¡Perdón! Debí venir antes... trataré de venir más seguido. Perdóname, soy un inútil, bueno para nad---

Lo interrumpí.

-¡Ray! No es tu culpa, sé que estás ocupado. Uno de los "seguidores" me explicó lo que haces.

-Aun así, yo...

Negué con la cabeza y proseguí.

-Además, dijiste que podíamos hablar más si me dabas el celular.

Sonreí. Ray me respondió con una sonrisa ligera.

-¡Sí! Hice una aplicación similar a la RFA. Así que podremos hablar por allí, también estará allí la Salvadora. Podremos hablar los tres y conocernos más.

Mi complemento [Saeyoung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora