2 de noviembre

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DISCLAMER: Ding, Dong, doble ración!!!!! Y este es otro de mis favoritos de corazón, no en vano le puse de fecha el día correspondiente a mi cumpleaños 😋🎂

Creo que a estás alturas la Regina que conocíamos se va desdibujando hasta ser irreconocible. Y aunque aún quede camino para su transformación total en un enorme y hermosísimo fénix, ya va dejando entrever quién es realmente y como Emma, incluso inconsciente, es capaz de sacar tanto de ella...

Bueno, no me enrollo, que aquí habéis venido a leer y no precisamente mis divagaciones :P

Espero que os guste mucho y nos leemos!!! 🥰

.

Ey. Ey, estás aquí. ¿Cómo te encuentras? ¿Te han hecho algo? No, no puedo tocarte. Ni siquiera me atrevo a apartar ese mechón rebelde que alguna enfermera inepta te dejó a media frente. Me da miedo que sea suficiente para hacer saltar las alarmas... y no quiero hacer saltar las alarmas, aún no...

Han sido muchos días, demasiados. ¿Lo has sentido? ¿Sabías dónde estabas?

Maldito Doctor Whale... ni siquiera tuvo la decencia de preguntarnos, tomó él solo la decisión... ¡cómo si fuera capaz de pensar por sí mismo!

Pero estás aquí, por fin. Su experimento habrá sido un total desastre, claro.

Yo... no sabía cuándo te devolverían a tu dormitorio. Se lo pregunté, pero aquí míster ensayos médicos no quería aventurarse a decir un día, sólo divagaba y lanzaba hipótesis al aire... He estado viniendo cada noche. Y cada noche seguías allí. Pero no hoy, hoy ya estás de vuelta, Emma. Estás ahí, dormida, tal y como te dejé hace seis días. ¿Qué ha hecho exactamente contigo en vigilancia intensiva aparte de mirarte día y noche? Y todo para averiguar qué te hace reaccionar noche sí y noche también. Otro gran acierto de Whale, ¿eh? No ha dejado de atinar una y otra vez desde que estás aquí, qué gran ayuda.

Tomo aire. Todo vuelve a estar en orden, ¿verdad?

Me pregunto si estos días habrán cambiado tu comportamiento, si sigues respondiendo al contacto... Estiro la mano... ese mechón me está tentando. Pero si te toco, si me acerco si quiera a ti, las máquinas pueden empezar a gritar y chivarse y tendría que irme ya. Y no, no estoy dispuesta a hacerlo tan pronto. Hoy no, ¿vale?

Esta noche sólo quiero...

¡DONG, DONG, DO... N... G!

Salto en la silla. Doy con el culo en el suelo. Pero me tapo la boca a tiempo.

¡Joder! ¡¿Es que ese maldito reloj no da la hora bien ni por equivocación?!

No ha vuelto a funcionar, nunca. Tiene sus momentos de lucidez, normalmente cuando Leroy acaba de ponerlo en hora. Pero en seguida regresa a su propio compás. No avanza, a veces incluso retrocede, las agujas se mueven algunos minutos, y las campanadas son anarquistas. Puede estar días sin sonar y saltar a las dos de la mañana un día cualquiera. Tiene a todo el pueblo desquiciado... yo le encuentro cierto punto divertido. Quizás porque es impredecible, o quizás porque todas esas noches yo estaba despierta y ni me asustaba ni me molestaba... como mucho ha sido una compañía.

A veces creo que ese reloj rueda al son de mi corazón. Por eso ahora renquea, moribundo, sin ritmo ni lógica. Por si acaso estás en esa habitación llena de llamas cachondeándote de mí, he de decirte que mi teoría tiene base y sentido... Empezó a funcionar cuando tú decidiste quedarte en este cochambroso pueblo. El mismo momento en que mi existencia volvió a provocarme algo más que simple apatía rutinaria. Es cierto que me provocaste odio y terror... pero, ¡ey!, son sentimientos. No sabes lo que es no sentir, no padecer. Que las alegrías o tristezas te afecten por igual. Es decir, nada.

Es vivir en un limbo que te hace desear golpearte y lastimarte hasta sangrar solo por la necesidad de sentir algo. Lo más mínimo. Te odié, sé que llegué a hacerlo, sé que volqué contra ti todos mis miedos, mis impotencias y mi rabia. Pero tú hiciste que volviera al mundo, que volviera a sentir algo, que mi corazón no estuviera sólo para bombear sangre sino también para palpitar como un desequilibrado cuando nos enfrentábamos, henchido de felicidad si lograba ganar un asalto o bailando de anticipación con la adrenalina previa a cada batalla... Aunque haya tardado tanto en darme cuenta, al fin entiendo todo lo que te debo... Pero ya es tarde, cada vez estoy más cerca de esa apatía dañina y destructiva de la que me sacaste. Cada vez mi corazón sirve para menos... como ese reloj que apenas se mueve, apenas suena, apenas quiere seguir dando la hora porque no encuentra ganas para hacerlo. La ciudad es territorio enemigo, he oído incluso rumores de auténticas pesadillas, como una posible boda entre los Charming. Tus padres son un poco precoces, ¿no?

Pero hasta eso me da igual...

Al menos, si el reloj va al mismo son que yo hoy funcionará suave, lento y sin fuerzas, pero un poquito más aliviado que estas últimas noches. Me quedaré solo un ratito más por aquí. Al fin y al cabo, acabas de regresar. Seguro que estás harta de estar sola. Sí, sólo un ratito más...

3 de noviembre (por la mañana)

Descuelgo el teléfono, aunque ya sé que voy a encontrarme al otro lado de la línea:

"¿Sí?"

"¿Señora alcaldesa? Soy el Doctor Whale, llamo para informarle sobre Emma"

"¿Han hecho avances en la unidad de vigilancia intensiva?"

"No, ninguno. Precisamente anoche llevamos a la paciente de vuelta a su dormitorio. Como ya le he informado, presentaba ciertas alteraciones durante la noche, pero en estos últimos días no había vuelto a suceder"

"¿Entonces por qué me llama?"

"Porque ha ocurrido de nuevo"

"¿Y para eso tanta premura?"

"No es por sus alteraciones, sino por la hora"

"Explíquese"

"Normalmente se registraban entre las 12 y las 3 de la madrugada"

"¿Y...?"

"Hoy ha sido a las 6.30 am. Y no sé qué ha cambiado"

Sonrío, bostezo, y le corrijo en mi cabeza. A las 6.38 para ser exactos. "Pues averígüelo, ese es su trabajo, ¿no?"

"Sí, sí, claro, señora alcaldesa. Ya estoy en ello"

"Tenga un buen día"

"Claro, claro, igualmente..."

Continuará...

Diálogos de la Manzana (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora