17 de octubre

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DISCLAMER: Feliz domingo, chicxs!! Vamos a por un nuevo capítulo... Cómo marcharán los planes de Regina?? 🤔🤔😏😏

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Separaría la cabeza de Gold de sus hombros. Con gusto y lentitud. Poco a poco... Con sangre y gritos. Y lo disfrutaría tanto... Ese estúpido, arrogante y soberbio gnomo... No entiende nada, no sabe nada, pero cree que tiene la sartén por el mango. ¡Está firmando su perdición y encima se ríe! Sólo él puede ser tan imbécil y ridículo...

Me agarro a la estructura de metal que hay a los pies de la cama, tomo aire, cierro los ojos y cuento hasta diez...

Ese asno gilipollas....

Mejor cuento hasta veinte.

Ahora sí... Inspirar y expirar comienza a hacer efecto y recupero la calma de forma gradual. Aún le arrancaría la cabeza de buena gana... pero estoy más tranquila.

Emma, no ha servido para nada. Hablar con Gold, me refiero. Ha sido una estupidez. Ese maldito anciano enclenque no atiende a razones. ¡Estoy de su lado, joder! Pero no, le pueden sus ganas de atormentarme y su desconfianza...

Él rabia porque despiertes, lo codicia más que nadie en este pueblo. Pero de repente, al proponer una alianza para deshacer tu coma, esa serpiente se ha echado atrás. Fue él quien me amenazó, ¡quien apareció borracho en mi puerta suplicando que te despertara! ¿Por qué no puede simplemente aceptar este golpe de suerte y estrecharme la mano? ¡Imbécil!

Once... Doce... Trece... Catorce... Quince...

Sé que no hemos sido grandes aliados en el pasado, que no soy de fiar, ¡pero él tampoco, ¿me equivoco?!

Dieciséis... diecisiete... dieciocho... diecinueve... veinte.

Joder..., farfullo sentándome en el sillón de invitados, junto al colchón. Intento asumir que no podemos contar con Gold. Pero era mi as en la manga. Mi única baza, de hecho. Y no sé por dónde continuar. Nadie más en este pueblo recuerda nada de sus vidas y, aunque lo hiciera, nadie superaba el control de la magia que desarrollamos Gold y yo. Si él continúa sin creerme, estoy sola y sin ideas...

Lo peor es que no puedo culparle... Vi el dolor de sus ojos cuando caíste dormida, la desesperación y el miedo de haber perdido su oportunidad de encontrar a su hijo... y me reí de él. Me reí, me negué a ayudarle y lo disfruté. ¿Cómo puedo culparle por no querer colaborar conmigo? Por si el odio visceral que le provoco no fuera suficiente, es muy probable que piense que quiero despertarte para poder acabar contigo de otra forma, para torturarte o para quién sabe qué.

Por supuesto, él mismo me ha preguntado por qué quería despertarte y he dudado. La verdadera razón sonaba tan falsa en mi boca que me sentía ridícula diciéndola. Me ha visto dudar y, encima, para acabar confesando: "Porque es lo que Henry quiere, porque necesita de vuelta a su otra madre...". Se ha echado a reír, por supuesto.

He tartamudeado, he dudado antes de hablar, pero pocas veces he sido tan sincera con esa rata. Y él se ha limitado a reírse. A pesar de ello, he tratado de dialogar, créeme. Durante más de diez minutos... Pero ha sido en balde. No piensa ayudarnos... o ayudarme, según se vea. Lo único que he logrado es despertar todas sus alarmas y hacerle sospechar... Gran plan el mío, ¿verdad?

Me froto los ojos y trato de recapacitar. Estoy jodida pero, ¿qué esperaba? Me lo tengo merecido, él sólo está devolviéndome el golpe que yo le propiné primero. Claro que ahora mismo estrujaría su corazón a ritmo de bossa nova, tranquila y rítmicamente. Pero, por alguna razón, no puedo enfadarme con él, no realmente. No cuando empiezo a entender la impotencia que él sintió. La frustración de verte aquí, tumbada, a unos centímetros de mí, pero sin poder hacer nada más que eso; mirarte. Saber que el único puente entre mi hijo y yo... o entre Gold y su hijo, eres tú, la bella durmiente imposible de despertar... Me cuesta cada vez más enfurecerme con él, y cada vez menos comprenderle.

En ocasiones dan ganas de traerte el desayuno y exigirte que dejes de remolonear. Como si estuvieras a unas décimas de despertarte, sólo eso. Estas tan en calma, tan plácida, que no pareces enferma. Probablemente porque no lo estás...

Aquí la única enfermedad soy yo y por eso Gold no nos ayudará.

Agarro tu mano y la aprieto... una forma mísera de pedirte perdón por ser una zorra traicionera que no puede encontrar aliados ni entre los de su propia calaña. Vale, no me devuelves el apretón, pero creo que no me lo reprochas y que aceptas mis disculpas. Los buenos sois así, tenéis la bondad que a los malos nos falta antes incluso de nacer, ¿verdad?

Ahora sólo hace falta que cumplas con ese otro estereotipo de los buenos, con el del final feliz. Venga, Emma, no puedes defraudar a tu público... no puedes defraudar a Henry. Sé un cliché, encuentra la forma de regresar y gana... o al menos ayúdame a encontrar una solución. Sola no puedo y ya no sé qué más hac...

¡Pí, pí, pí!

Miro horrorizada la máquina a mi izquierda. Son tus constantes, han vuelto a cambiar y esa maldita pantalla se ha puesto a gritar como si se tratara de la alarma de un banco. No tengo tiempo siquiera de salir corriendo. Ya oigo los pasos a la carrera por el pasillo, están a punto de llegar y se me acaba el tiempo.

Suelto tu mano, los pasos ya han alcanzado la puerta, y sé que no me queda más opción... Dios mío



"¿Qué le ocurre, doctor?" la voz de la enfermera suena pastosa y posiblemente esté conteniendo un bostezo. No puedo verla, pero no me hace falta para imaginar a la profesional mujer con los ojos llenos de legañas.

"Lo mismo que la última vez... sus constantes se han disparado, pero no hay un estímulo detrás" carraspea el doctor Whale.

Detrás quizás no, pero debajo sí, pienso mientras miro los pies de Frankenstein. Lo que me faltaba... compartir escondite con las pelusas de hospital debajo de la cama... Si alguien me hubiera dicho esto hace unos meses ese alguien estaría compartiendo habitación con Belle en el manicomio.

"Pero no lo entiendo, ¿se está despertando?"

Escucho a la enfermera y aguanto la respiración. Quiero evitar hacer cualquier ruido y además no quiero perderme su respuesta.

"Creo que no, pero es una buena señal que su cerebro reaccione a estímulos... aunque no sepamos a qué" Habla mascullando y sus pies se mueven de un lado para otro en medio metro cuadrado. Me lo imagino trasteando con todos sus juguetitos médicos, estudiando cada señal de la máquina y tratando de desentrañar un misterio que yo ya sé. Parece que Swan está menos dormida de lo que temíamos. Y que dice "hola" cuando alguien la toca. ¿Así que sólo estás falta de mimos, eh? Interesante... ¡Mierda, se me ha metido una pelusa en la boca!

Continuará...

Diálogos de la Manzana (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora