24 de noviembre

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DISCLAMER: Quien no llore aquí, no tiene corazón... :P😂 (es bromita, es totalmente válido ser resistente cual roca!!) Más de unx ya imaginará a qué momento nos acercamos, así que no digo nada más... 😊

Por otro lado, es maravilloso ver que, incluso "conociendo" el desenlace, el fic os sigue causando esa ansiedad y esos nervios, de verdad, ¡me parece tan genial!!! No es que me alegre de vuestro sufrimiento, pero me encanta saber que os tiene tan atrapadxs! Gracias por disfrutarlo conmigo, por vivirlo así y por transmitirlo en todos esos maravillosos coments!!!

Y ahora... vamos a por ello y nos leemos! 🥰🥰

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Desde que llegué a este pueblo he llorado más que en los últimos diez años. Tampoco era difícil. Hablamos de una media de un llanto por cada seis años... Pero este maldito lugar, esta maldita gente, mi familia... todo ha destapado una parte de mí que estaba tranquila, anestesiada, una en la que los sentimientos se encontraban bajo llave.

Pero lo de hoy, lo de ahora mismo, rebasa todas mis barreras, rompe todo mi aguante y me destroza hasta llorar como una niña pequeña. De nada me sirve haber sospechado que Henry no confiaba en mi marcha a Houston. Oírle hablar con voz desgarrada y a lágrima viva, puede conmigo. Todo lo que reprimí, la frustración, el dolor, la angustia de estos últimos días sale en forma de llanto.

Me habla y advierto su mano apretando la mía, aunque la máquina no reaccione ni dispare las alarmas.

"Mamá... mamá, tienes que escucharme. Tienes que despertarte, eres la salvadora, te necesitamos... y yo tengo miedo. Estoy preocupado por Regina. Parece fuera de sí, está demasiado tranquila y cada día más rara, más misteriosa. Mamá, ¿y si todo esto es por la boda? ¿Y si está pensando maneras de atentar contra ellos? No puedo imaginar a la Reina Malvada permitiéndoles ser felices... Al menos tú estarás a salvo de ella, lejos de su alcance... Aunque también lejos de mí. ¿Cómo es esa maldición? Te imagino luchando día a día contra ella... ¿Es así? ¿Estás tratando de volver con nosotros?"

Lo he intentado todo, Henry, créeme. Me estrellé contra las llamas, exploré cada centímetro de este diminuto lugar y probé incluso a huir por una ventana que no da a ninguna parte. He luchado hasta que no he podido más y puedes estar seguro que no hay nada en este mundo que desee tanto como volver con vosotros... Sorbo las lágrimas, procuro tranquilizarme, se supone que soy adulta...

"¿Puedes tan siquiera oírme? Mamá, necesito que luches, necesito saber que tú no me has abandonado también..."

Puedo oírte, Henry, siempre. Estoy aquí y jamás te abandonaré. Nadie lo ha hecho y mucho menos Regina. Ojalá pudieras ver a la mujer que veo yo, ojalá pudiera decirte que ella es nuestra única esperanza. Que se deja la vida tratando de reunirnos de nuevo.

¡Joder! Sacudo la pared y no consigo nada, sólo acabar con un brazo dolorido y medio atontado. Pero al menos me desahogo y desaparece una ínfima parte de esa frustración que no se borra a pesar de las lágrimas que vuelven a mí.

Mi cuerpo es víctima de una cálida sensación, me está abrazando, lo advierto. Escucho sus sollozos contra mi cuello, noto la sensación fría de sus lágrimas en mi hombro. Y me siento la peor de las madres por no poder abrazarle. Pero sé que no me lo reprocha. Cuando recoge su chaqueta y sale del cuarto, él parece un poco más tranquilo y yo aún no he dejado de llorar.

Trato de recuperarme, de encontrar la cordura sentada contra la pared, con la cabeza reclinada hacia atrás, sorbiendo los mocos e intentando serenarme. Y cuando estoy a punto de conseguirlo, escucho los pasos sigilosos de Regina y su voz, aún más rota que la mía. Me vengo abajo a las dos palabras.

"Emma, por favor, demuéstrale que no le has abandonado, demuéstrale que ninguna de las dos lo hemos hecho y que no está sólo, por favor. Salvadora, tienes que despertar." Las últimas palabras le salen a trompicones, se atraganta con las lágrimas y lloro por ella, por mí, por Henry. Porque sé que esta noche la visita no será más que un suspiro, porque Regina será incapaz de aguantar más, porque los tres estamos destrozados.

Mi conjetura se confirma cuando mi mano se estremece al notar la suya. Se está despidiendo. Es el tacto de siempre, esa calidez que sólo ella me transmite. Pero hay algo diferente, hoy sus manos tiemblan y yo tiemblo con ella: "Emma, se nos acaba el tiempo..."

Y cuando creo que ya no puedo llorar más, caer más bajo, hundirme más en la miseria, advierto algo contra el dorso de mi mano. Un beso, suave pero carnoso, tan dulce e irresistible como fugaz. Cierro los ojos, sobrepasada por esos labios. Un leve y delicioso toque que, por un momento, corta de raíz mi llanto, mi raciocinio, mi existencia.

Y cuando aterrizo, vuelvo a posar los pies en la tierra...

Ya sé lo que necesito, lo que necesitamos... Un beso.

Esa es la respuesta.

Tan obvia como inaudita.

Y arranco a llorar una vez más. No sé si es de sorpresa, de miedo o de alivio. No lo sé, ni me importa. Puedo salir de aquí, y Regina es mi respuesta, mi salida, mi todo. Intuyo que debería asustarme, pero este rayito de esperanza es superior a cualquier miedo y empiezo a sonreír sin dejar de llorar.

Continuará...

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¡BOOOOOOOOOOOOOM!!! ¿Quién votó por Emma como la primera en darse cuenta???? ¡Un brindis por la salvadora! :P Aunque, sinceramente.... ya era hora, ¡para ambas!! 

Diálogos de la Manzana (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora