3 de septiembre (Emma)

1.3K 205 95
                                    

DISCLAMER: ¿Os acordáis de cuando (AYER) dije que habíamos superado los mil comentarios? Pues equivocada equivocada no estaba, porque llevamos más de 2.600 (estáis maravillosamente locuelxs!!!!!). Pero aquí la señora a lo que se quería referir en su inmenso despiste era a que habíamos superado la frontera de los 1.000 votos, no comentarios. Si es que a esas horas no rijo...

Igualmente reitero mi eterno amor y agradecimiento y ¡vamos a por un nuevo capítulo de las locuras de Emma, la kamikaze! :P

¡Nos leemos!

P.d.: Soy la única a la que hoy Wattpad le va para el...??

.

Tengo fiebre. Lo sé. Lo noto. Especialmente cuando se me cierran los ojos y me parece ver dibujitos animados en las llamas.

Estoy delirando.

Eso es un hecho irrefutable.

O quizás Mickey Mouse esté realmente diciéndome "¡Hola!" dentro de ese pequeño fuego... quien sabe. Que visión más infantilmente satánica...

Estoy tirada, contra una de las paredes lisas, esperando a que el fuego avance para buscar un nuevo refugio en el que poder apoyarme. Y tengo que hacerlo sin contar con mi brazo izquierdo. Ahí está la fuente de mi fiebre. Bueno, ahí y en este maldito cuarto de fuego.

No tengo nada con lo que curar la herida, nada para paliar la huella que ha dejado el fuego en ella. Y está tornándose en una herida muy muy fea... Y yo, en una enferma muy muy delirante. Me cuesta llevar la cuenta de los días (ochenta, ochenta, ochenta...) y las vueltas del fuego. Pero trato de mantenerme alerta.

De repente, las paredes se ponen a hablar conmigo. "¡Una semana, joder Swan!"

Miro al techo. ¿Qué intentas decirme habitación de mierda? ¿Una semana de qué? Las alucinaciones han subido de categoría. Ahora las paredes hablan. Genial. Voy a ser la primera maldita que muera de una quemadura y hablando con la madera y el cemento. Esto se merece una esquela de honor...

Y la habitación sigue charlando sola. "¡Una semana es el tiempo que me he ido de campamento con el colegio! ¿Es que no puedo dejarte sola?"

El cuarto suena muy parecido a Regina. Espera. ¿Y si es Regina? ¿Estoy escuchando su voz? ¿O estoy alucinando? ¡¿Ha regresado?!

Me quedo en silencio sepulcral. Incluso le pido a Mickey Mouse que se calle para poder oír bien. El ratón de Disney cierra la boca y Regina continúa hablando.

"No tenía que haber hecho caso a la señora Charming, no tenía que salir del centro, lo sabía. Hemos estado rodeados de árboles, actividades infantiles y hogueras siete días, sin contar con la incomunicación con el mundo real".

¿Voz de cabreo? ¿Señora Charming? ¡Es Regina! Y si es una alucinación sonora, no me importa. Sólo quiero seguir escuchándola, sea real o no.

"Y encima ese imbécil de doctor ni siquiera contactó conmigo cuando regresamos. Tuve que espiar una conversación de mi hijo con Mary Margareth para saber que Whale se había puesto en contacto y tú tenías fiebre. Debía haberme llamado a mí, tenía que informarme la primera, para eso soy la madre de Henry, ¿no? Va a enterarse de quién soy la próxima vez que me lo cruce..."

¡Eso, patéale el culo! Estoy tan atontada que creo que, si pudiera mover el brazo, la aplaudiría a rabiar.

"¿Cómo de grave puede ser esa fiebre que tienes si pareces plácidamente dormida?" Muy grave, muy grave, canturreo para mí. No me he desconectado del mundo exterior. ¡Se fueron de campamento! Desde luego, si es mi cerebro inventándose una excusa, es grandiosa. "Estas igual. Tus mejillas un poco más rojas, pero con esa misma cara de ángel que oculta un genio de mil demonios..." murmura y, diga lo que diga, está preocupada.

Un momento.

¿Que ha sido eso? ¿Un beso en la frente? ¿Para medirme la temperatura? Sí, es una alucinación, definitivamente.

La vocecita me habla del Doctor Whale, de que la maldición no tiene efectos secundarios, de una supuesta infección... Y yo me dedico a escuchar como si me estuvieran cantando una nana. No me entero de nada, pero es tan relajante... La sensación de cárcel y abandono de estos últimos días se diluye un poco y yo me acomodo tan feliz.

"Como este cutre y semi profesional hospital te haya contagiado con cualquier microbio mutante y haya puesto en peligro mi maldición del sueño rodarán cabezas. Y mi madre era la reina de corazones, sé bien cómo se hace." Me llegan retazos de su voz y me río al imaginarlo.

"No aguanto más. Tengo que dar con el problema, encontraré la cura. Mañana esa fiebre será historia, Emma, ya lo verás." Un momento. Esto no me gusta. Suena a despedida. ¿Ya? Pero si acabas de llegar... llevas días de retraso, ¡ni se te ocurra irte tan pronto! "Tú intenta descansar. Y trata de no empeorar, o pensaré que sólo quieres llamar la atención... Buenas noches, Swan".

¡¿Qué?! Nada de buenas noches, ¡Vuelve aquí! ¡Regina! ¡REGINA!

Pero ya no se escucha nada más. Excepto la risa burlona de Mickey Mouse. ¡Cállate ratón! Tú no existes siquiera ni en el bosque encantado...

Continuará...

Diálogos de la Manzana (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora