Diálogos de la Manzana (SWANQUEEN)

7 de julio (Emma)

DISCLAMER: ¡Vamos con una nueva entrega de nuestra entregada Salvadora! ¿Qué estará pasando por su cabecita? Al margen de: Fuego, fuego, fuego, Regina!, fuego, fuego, quiero decir 😋

¡Espero que os guste y nos leemos!🥰

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En ocasiones creo que Regina sabe que la escucho. En otras me da que no. Ni de lejos. Nunca. Como hoy. Está hablando sola. Hasta ahí nada nuevo. Pero está bromeando, ella para sí misma, riéndose sobre la posibilidad de que Gold me haya besado. Así que el usurero también tiene tiempo para venir a verme, ¿eh? Sólo de imaginármelo agachado y plantando su boca en mí... estoy a punto de vomitar aunque mi estómago lleve semanas vacío.

¿Por qué Gold estaría tan desesperado por despertarme? Ojalá estos diálogos que mantiene conmigo fueran recíprocos y no un simple monólogo. ¿Me oyes, Regina? ¡¿Qué quiere Gold de mí?!

Pero nada.

Vuelvo a quedarme con la duda.

Y Regina sigue hablándome y hablándome, porque ella sí puede hacerlo. Es injusto... ¿Quién me ha preguntado si quiero aguantarla? ¿Quién decide que la voz de la Bruja Malvada tiene que llegarme con claridad y no la de Mary Margareth, David o cualquier otro? Imagino que su esencia mágica tendrá la culpa. O quizás el hecho de que ella me maldijo. O que conoce la verdad de este pueblo, al igual que Henry...

Eso da igual. Yo sigo postrada en una cama y ella hablando sin que se le pueda rechistar... Mi peor pesadilla.

"¿Cómo es eso de estar obligada a dormir siempre? ¿De no encontrar la salida y ver cómo la vida se te escapa sin solución? ¿Estás sufriendo tanto como me imagino?"

Encima con recochineo. Encima disfrutándolo. El libro se queda corto al hablar de su crueldad y de lo hija de puta que es. Quizás porque se trataba de un libro infantil y el autor creyó conveniente omitir palabras como zorra, cabrona o sádica. Algo tiene que estar mal en su cabeza porque no es normal que...

¿Qué ha sido eso? Algo me ha tocado el cuello. Mi cabeza se ha movido como si me sostuviesen... Regina me está tocando, al menos a mi yo comatoso. ¿Qué hace?

Y una vez más. Mi barbilla toca con el pecho y tardo un par de segundos en recuperar el control total de mi cuerpo. ¡¿Qué estás haciendo?!

Giro la cabeza, incómoda con esa sensación. ¿Cuántas veces me habrán tocado o movido desde que estoy aquí encerrada? Y jamás lo he advertido... nunca. No es divertido convertirse en un pelele.

"¿Mi hijo cree que contándote cuentos de niños despertarás?" La voz se cuela entre el sonido de las llamas. Ahí viene una de las rabietas de Regina. ¿Así que de eso se trata? Henry ha estado visitándome y leyendo ese libro que tan nerviosa te pone, ¿eh? ¡Bien por él! "Tú no eres David, tú no eres nada..." Aguanto la respiración, esa malnacida tiene toda mi atención. "No le importas lo suficiente a nadie como para recibir ese beso. Da igual cuánto escuches, da igual cuántas fábulas te narre Henry. Tú no tendrás final feliz, como nadie de este asqueroso pueblo".

Desearía poder gritar, que me oyera, que mi voz no se quedara aquí, muerta, encerrada... ¿Pero qué iba a responder? ¿Que sí le importo a alguien? ¿Que tengo una fila de personas deseosas de besarme esperando en la puerta del hospital? Mi solitaria y errante vida no ha dejado mucho sitio para las amistades y los lazos sentimentales. Y mucho menos para las parejas.

No... No me veo escapando de este lugar a la antigua usanza. Con alguien desesperado, colgando de mi cama día y noche, muriéndose por mi muerte, y besándome sin pensarlo siquiera.

Puede que en parte tengas razón, Alcaldesa. Pero créeme. Saldré de aquí y tú estarás ahí para verlo.

Continuará...