Capítulo 55

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Al otro día me levanto temprano. Tengo que entrevitá a la gente que va a trabajá conmigo.

Me siento así como importante more.

Me pongo una camisa blanca, pantalón jean y zapatillas altas. La vecina que me cuida a luisito llega, yo lo levanto, le doy su pastilla y lo dejo a cargo de ella.

Cojo un uber (ando muy fina pa coje carrito) y voy hacia el local. cuando veo el nombre en el cartel mis ojos se aguan. Mi sueño hecho realidá.

Hay una pequeña terraza  con sillas y mesas de madera que le da a uno la sensación de ta  sentao en la galeria de una casita de campo.al fondo esta el bar, mas mesas y sillas. Las paredes tán pintá de blanco con varios cuadros caribeños. Un pasillo grande lleva a los baños a mano derecha y a la izquierda una gran puerta batiente que da a la cocina. Es grandísima! Con estufas industriales, neveras, freezer, despensas grandes con platos y copas.

Al fondo del pasillo hay una pequeña oficina. Mi oficina, con paredes verdes claro un escritorio, dos sillas delante y un armario al lao. me siento en la silla y doy vueltas e ella riendome feli de la vida

Volkie llega

- Uyy ta monaaa eh! - dice riendo

- La velda eh que si more, soy dueña de mi propio local y tu me ecusa'- digo sonriendo

El va hacia mi, me para de la silla y me da un abrazo muy fuerte.

- Yo estar muy orgulloso de ti lieble, todo lo que has conseguido, si no fuera gay fueras mi mujer- dice el mientras me aprieta contra su enorme pecho.

sonrio

- Gracias mi vida, tu y anabell han sido mis angeles de la guarda desde el día cero, yo no tengo forma de agradecerles- digo mirándolo con lagrimas en los ojos

- Tu solo querernos, ese es nuestro precio- dice el secándome la slagrimas- deja de llorar, llegar la gente para entrevista. 

- Esta bien- digo arreglándome un poco.

- Avísame cuando estés lista- dice el.



1 hora después

Ya he contratado a dos camareras, dos camareros una cajera, un bartender. Volkie me consiguió un guachi de su confianza. Solo me faltan dos cocineras. Ahí e' que tengo que tené mucho ojo porque necesito que sean muy higiénicas y tengan buen sazón. Recuerdo con nostalgia a juana y anita, dos mujerones que trabajaban conmigo en mi antiguo local. si tuviera forma de contactarlas fuera feliz.

Como si Dios me escuchara, tocan la puerta y entran ellas dos con curiculum en mano, mirándome sonrientes y con lagrimas en los ojos. Yo echo un grito y me paro corriendo y las abrazo. Entre lágrimas y risas nos abrazamos.

- Ayyy moreees no me lo van a creer pero estaba pensando en utede' , hace años perdimos contacto!-digo limpiándome los ojos. Por esta vaina no me guta maquillame, tengo que parece una loca.

Ellas sonríen.

- Dios es grande mi niña, yo estaba sin trabajo- dice anita- y de casualidad mi hija vio tu anuncio en instagram y yo llore ma ', polque sabia que ete era tu sueño y cuando vi que tu bucaba cocinera con experiencia llama a juana juyendo.

- Yo trabajo con un italiano muy buena gente, pero ahora el se va a casá y con una dominicana muy chula ella que le cocina, yo voy a vece eh pero en la talde- dice juanita.

Yo sonrio. Ellas me pasan el curriculum y yo las miro

- ¡ Tan loca utede! Tan contrata dede que pasan esa puerta- digo riéndome y abrazándolas.

Vamos a la cocina y ella tan mala con todo lo que hay ahí.  to nuevo y de tecnología.

- Tu va tene que ayudano a entende eto more- me dice anita haciendo una mueca. es una doñita blanquita, bajita y regordeta con un corazon de to el size.

- Yo te enseño anita, que donde yo trabajo to e modelno- dice juana, morena alta y con un afro bello,

Yo las miro. Estas mujeres creyeron en mi cuando nadie lo hizo y cuando combinamos nuestros sazones fue to un éxito.

Miro al cielo y doy gracia a Dio. Me siento como una chapiadora. 

Muy bendecia!

Hola másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora